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Sectas, drogas y bancarrota: el CV secreto de los nominados a los Oscar

Glenn Close creció en una secta, Bradley Cooper puso en peligro su vida por las drogas y Amy Adams se ganaba la vida como camarera sexy… Estos son los episodios más insólitos de los aspirantes a estatuilla.

Antes de ser protagonistas de las alfombras rojas, estos intérpretes pasaron por momentos menos glamurosos.
Antes de ser protagonistas de las alfombras rojas, estos intérpretes pasaron por momentos menos glamurosos.GETTY

En la madrugada del próximo 25 de febrero los focos del mundo del entretenimiento apuntarán a unos pocos elegidos. Cuando los intérpretes nominados a la 91 edición de los Premios Oscar leviten por la alfombra roja vestidos de las más importantes maisons de la moda internacional y se sienten en su butaca reservada del Dolby Theatre, verán por fin cumplido el sueño de toda una vida y de todo aspirante a intérprete. Pero para alzar la ansiada estatuilla, este ramillete de privilegiados liderados por Bradley Cooper, Glenn Close o Amy Adams habrá tenido que superar obstáculos tan importantes como la bancarrota, la adicción a las drogas o trabajos que distan mucho del glamur hollywoodiense. Esto es lo que los nominados han borrado de su currículum vitae.

Glenn Close pasó la adolescencia en una secta

Siete nominaciones parecen más que suficientes para que Close, toda una leyenda del cine, se lleve por fin a casa la primera estatuilla. Su papel en La buena esposa la ha erigido como favorita en la categoría de mejor actriz y una hipotética victoria pondría un broche de oro a una trayectoria difícilmente superable. La carrera de Close es un ejemplo de superación que se extiende hasta la propia adolescencia, que trascurrió con ella recluida en una secta religiosa. Según confesaba en una entrevista con The Hollywood Reporter en 2014, desde los 7 a los 22 años formó parte del grupo radical cristiano Moral Re-Armament al que se había unido su padre, un doctor de Harvard. “Básicamente no te permitían hacer nada, o te hacían sentir culpable por cualquier deseo antinatural”, explicó.

Las adicciones llevaron al límite a Bradley Cooper

Jackson Maine, el cantante country adicto al alcohol por el que ha recibido una nominación al Oscar al mejor actor, no solo es importante para Bradley Cooper por ser el protagonista de su primera película como director sino por su propia trayectoria vital. El protagonista de Resacón en Las Vegas sufrió una fuerte adicción a las drogas y al alcohol al comienzo de su carrera. “Si continuaba iba a sabotear toda mi vida”, aseguró el intérprete, que en una ocasión llegó a golpearse la cabeza deliberadamente y terminó ingresado en el hospital. Cooper dejó de consumir a los 29 años, coincidiendo con su salto al estrellato, y dice haberse mantenido sobrio desde entonces.

Amy Adams trabajó en el polémico restaurante Hooters

Hooters es una cadena de comida rápida estadounidense famosa por dos elementos: las alitas de pollo y las camareras exuberantes de escote pronunciado. Esta seña de identidad sexista le ha valido críticas de todo tipo y boicots en algunas de sus aperturas de franquicias. Una de las actrices más reclamadas del momento, Amy Adams, trabajó como camarera en uno de los restaurantes de la cadena cuando tenía 18 años. “Recién salida del instituto era un gran trabajo. Era una buena manera de ganar dinero para comprarme un coche”, declaró la nominada al Oscar por El vicio del poder.

Adam Driver no fue a la guerra de Irak por un accidente

Antes de hacerse un nombre en la industria con la serie Girls, de saltar a la fama internacional dando vida a Kylo Ren en Star Wars o de ser nominado al Oscar por su rol en Infiltrado en el KKKlan, Driver formó parte del cuerpo de marines estadounidense. Se alistó como respuesta a los atentados del 11 de septiembre y estuvo a punto de acudir a la guerra de Irak en el cuerpo de infantería, pero un accidente mientras montaba en bicicleta por la montaña le hizo romperse el esternón y quedarse en suelo americano. Después de aquello sufrió una crisis de identidad que, por fortuna para los espectadores, fue el detonante de su acercamiento a la interpretación.

Melissa McCarthy pasó varios años en bancarrota

Hoy es una de las actrices mejor pagadas de la meca del cine, con unas ganancias anuales cercanas a los 18 millones de euros según la revista Forbes, pero los comienzos en Hollywood nunca resultan fáciles para nadie. McCarthy, nominada a mejor actriz por el filme ¿Podrás perdonarme algún día?, aseguró en una entrevista con la edición estadounidense de Glamour que cuando se mudó a Nueva York para iniciar su carrera “no tenía ni 5 dólares en el banco”. La cómica subsistió pidiéndole dinero a sus padres para alimentarse y pagar el alquiler hasta que consiguió un trabajo como coordinadora de producción. En el año 2000, con su aparición en la serie Las chicas Gilmore, su suerte cambió para siempre.

Rami Malek compartió clase con otras celebrities

Difícil encontrar más talento adolescente por metro cuadrado. A finales de los noventa, en el instituto californiano Notre Dame, el máximo favorito para llevarse la estatuilla a mejor actor del año por su interpretación de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody compartía pupitre con otras dos futuras estrellas de Hollywood. Rachel Bilson, conocida por la serie The O.C., y Kirsten Dunst (Spider-Man) coincidieron con Malek en asignaturas como teatro musical y actualmente conservan una gran amistad. El actor aseguró haber estado enamorado de Dunst, pero la protagonista de María Antonieta prefirió salir con uno de sus mejores amigos.

La verdadera vocación de Mahershala Ali era el baloncesto

El ganador del Oscar por Moonlight y máximo favorito a repetir estatuilla por su papel de virtuoso pianista en Green Book no tenía ninguna intención de ponerse delante de una cámara más allá de que estas inmortalizaran sus triples y mates. Ali fue toda una estrella del baloncesto en el instituto, compartiendo equipo y posición (él era el suplente) con la posterior leyenda de la NBA Jason Kidd, e incluso logró una beca universitaria gracias a su talento como deportista. Una vez allí, Ali prefirió apuntarse a clases de arte dramático en lugar de a castellano porque pensaría que sería más sencillo sacar buena nota. Esa decisión detonaría la que acabaría siendo una de las carreras más brillantes en la industria del cine de este siglo.

Olivia Colman comenzó dando voz a un gorila

Colman es la reina indiscutible de 2019. Por su interpretación de la reina Ana en La favorita, que le ha valido la nominación al Oscar a la mejor actriz, y por su inminente trabajo como la reina Isabel II en la tercera temporada de The Crown. Pero antes de todo eso, la ya considerada gran dama del cine británico tuvo que desempeñar papeles actorales menos apetecibles. Colman fue una de las caras más habituales de la publicidad televisiva en las islas, habiendo realizado trabajos como el de dobladora del gorila protagonista de los anuncios de una firma de fragancias.

Richard E. Grant ha cumplido el sueño de su infancia

Puede que sea uno de los nominados de los Oscar menos conocidos por el gran público, pero en su defensa diremos que tiene más de cien películas a sus espaldas y es amigo personal del príncipe Carlos de Inglaterra. Grant, además de bordar su papel en ¿Podrás perdonarme algún día?, también es el protagonista de la mejor anécdota hollywoodiense de los últimos tiempos. El actor es un fan entusiasta de Barbra Streisand desde tiempos inmemoriales y, teniendo solo 14 años, le escribió una carta en la que invitaba a la artista a pasar unas vacaciones con él en su casa de Suazilandia, su país de origen. Lo que no esperaba el actor es que, 47 años después de aquello, Streisand le contestara a través de Twitter para agradecerle la misiva y felicitarle por su trabajo en el filme. Grant compartió el momento en la red social con varias imágenes en las que aparecía completamente emocionado, al borde de las lágrimas. Con la asistencia de Barbra a la gala ya confirmada, estamos convencidos de que el encuentro entre ambos será uno de los momentos más virales de la ceremonia.

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