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My Alma: “Los productos de higiene íntima tienen un IVA del 10% pero el viagra es primera necesidad”

Además de ofrecer una alternativa con productos para el cuidado femenino libres de tóxicos, la firma de Mercedes Escoda e Inés Puig tiene como prioridad empoderar a la mujer con información.

Imagen promocional de My Alma.
Imagen promocional de My Alma.My Alma

Las mujeres pasan 65.000 horas en contacto con productos de higiene íntima a lo largo de su vida. ¿Pero sabemos realmente a qué estamos exponiendo nuestro cuerpo? La falta de información que rodea esta realidad encaminó Mercedes Escoda e Iván Guillén a lanzar My Alma, una marca de productos de higiene íntima orgánicos que persigue concienciar a las mujeres acerca de la importancia de las materias primas presentes en algo tan común en nuestra rutina como una compresa o un tampón. “Queríamos aportar algo al mundo y apostar por el modelo sostenible. Empecé a investigar y pensé: no me puedo creer toda la mierda que me estoy metiendo al cuerpo”, cuentan Mercedes Escoda, cofundadora de la firma, e Inés Puig, que se añadió al proyecto el pasado marzo. Desde My Alma tienen una labor clara: romper tabúes sobre la menstruación y ofrecer una alternativa a las mujeres para velar por el cuidado de su salud íntima.

Vivimos en un mundo en el que miramos y cuidamos con exceso lo que nos rodea y consumimos: lo que comemos, los cosméticos que utilizamos. Con los productos de cuidado femenino y sus componentes existe un vació de información. Es algo que no habíamos cuestionado: lo habíamos normalizado: «Había un monopolio, dos marcas que has visto toda la vida y no te paras a cuestionarlas. Tampax vende productos sin tener que explicar los ingredientes que llevan. No sabes lo que estás poniendo en contacto con tu zona más íntima», señalan desde la firma.

De izquierda a derecha en la foto, los tres socios de My Alma: Mercedes Escoda, Inés Puig e Iván Guillén.
De izquierda a derecha en la foto, los tres socios de My Alma: Mercedes Escoda, Inés Puig e Iván Guillén.

Los datos hablan por sí solos: una de cada tres mujeres padece o padecerá patologías relacionados con la higiene íntima a lo largo de su vida. “El algodón de los tampones y los productos convencionales contienen trazas de glifosato, talco, cloro y otros tóxicos. El talco está directamente relacionado con el cáncer de ovarios y los tóxicos con disruptores endocrinos”, recalcan. ¿El mayor problema? Muchas mujeres sufren trastornos de los que no cuestionan su origen, y aquí podríamos encontrar la respuesta. “Hoy en día vemos a muchas niñas jóvenes con el síndrome del ovario poliquístico, potenciado además de por una vida estresante, por el uso de estos productos. Diferentes clientas nos han comentado que se les hinchaba la tripa al utilizar tampones. Posiblemente padecían algún tipo de reacción o alergia a estos químicos y no eran conscientes de ello”. Entre los productos de su firma encontramos tampones, salvaslips y compresas de algodón 100% orgánico y libres de tóxicos; y en un futuro muy próximo estarán disponibles en su página web parches para mitigar el dolor de regla a base de eucalipto y aceites esenciales. 

Pero si la salud de la mujer es el pilar fundamental de My Alma, también lo es el cuidado del planeta: el medio ambiente tampoco se libra de la huella de esta industria y nuestras costas lo atestiguan: «El 7% de los residuos de las playas en España son aplicadores de tampones», afirman. Su fidelidad a la sostenibilidad se cristaliza en el uso de algodón orgánico y la ausencia de plásticos. “El algodón orgánico presente en nuestros productos utiliza menos agua que el tradicional, se estima se ahorran 12 toneladas de agua por cada kilogramo de algodón orgánico producido”. Y si es cierto que en los últimos años hemos sido testigos del auge de productos más benévolos con el planeta como la copa o las bragas desechables, nos explican que no aseguran adaptarse a cualquier situación y un 64% de las consumidoras complementan su consumo con los tampones tradicionales. «Para hacer deporte la copa no va del todo bien y si trabajas en una oficina igual no es lo más óptimo para limpiarla. Buscamos ofrecer más opciones en el mercado que respeten la salud de la mujer».

Persiguen el empoderamiento de la mujer por medio de la libre información. Que puedan elegir, que tengan a su disposición la información necesaria sobre los productos que están consumiendo, pero también romper tabúes sobre la menstruación y hablar sin tapujos sobre un tema que eludimos y camuflamos. «El tema de la regla es muy emocional. Queremos que la mujer conozca mejor su ciclo menstrual y entienda qué le está pasando a su cuerpo. Para nosotros eso es empoderamiento: conocerse a uno mismo». Para llevar a cabo su misión las redes sociales juegan un papel prioritario: reconocen que muchas chicas se sienten más libres hablando de estos temas a través de Instagram.»Llevamos a cabo una labor de concienciación a través de las redes sociales. La generación Z vive en Instagram y es una manera muy rápida de comunicarnos e interactuar con ellas, se crea una conversación».

Imagen promocional de My Alma.
Imagen promocional de My Alma.

A lo largo de los últimos años los productos de higiene íntima de la mujer se han visto politizados por el tipo de impuesto que soportaban. “Los partidos políticos lo han utilizado como arma para obtener más votos. Prometen bajar el IVA de los productos de higiene íntima al 4% y nunca lo hacen”. Ocupamos las calles (y las redes) al grito de “igualdad”, pero solo con entrar a un supermercado podemos reafirmar que la brecha de género continúa presente con el desajuste entre los productos designados de primera necesidad para el género masculino y femenino. “Los productos de higiene íntima de la mujer tienen un IVA del 10% mientras otros como la viagra están considerados de primera necesidad. Lo mismo ocurre con un medicamento para la caída del pelo masculino, Regaine. Desde My Alma vamos a luchar por cambiar las cosas”, sostienen[El pasado mes de febrero, el Gobierno planteó reducir este IVA del 10% al 4%].

Con una plena consciencia social, si bien fabrican en diferentes puntos de Europa, la parte final de la producción la llevan a cabo en Madrid junto a dos fundaciones que persiguen la reinserción de la mujer. “Nuestra labor también es social, queríamos ayudar a las mujeres más vulnerables. Aquí se encargan del empaquetado, la parte final de la producción”.

De cara al futuro My Alma apuesta por generar fidelidad y confianza por parte de sus clientas, convertirse en marca referente en el sector del cuidado femenino y alcanzar la transparencia que caracteriza a otros sectores como la alimentación o la cosmética. “La intención no es tener mucho más producto, pero sí ser una marca de referencia en higiene íntima. No tener mucho producto, pero sí tener el mejor”, señalan. Y crear una comunidad de empoderamiento de la mujer, “normalizar el tema de la regla y ser fuertes en acción social: queremos informar a las mujeres, pero también ayudarlas”, concluyen.

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