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Las ‘influencers’ de las oposiciones, que guían a quien lo deja todo por volver a estudiar

El cansancio crónico por jornadas de trabajo interminables, la inseguridad, los bajos salarios y la dificultad para la conciliación familiar en la empresa privada han hecho que muchas personas miren de nuevo a la administración pública con deseo. En este contexto, las ‘influencers’ del estudio se han hecho un importante hueco en las redes.

Son muchas las personas que se animan a opositar para salir de la precariedad y la inestabilidad laboral.
Son muchas las personas que se animan a opositar para salir de la precariedad y la inestabilidad laboral.Getty (Getty Images/fStop)

La estabilidad laboral es el santo grial a día de hoy. El cansancio crónico por jornadas de trabajo interminables, la inseguridad, los bajos salarios y la dificultad para la conciliación familiar en la empresa privada han hecho que muchas personas miren de nuevo a la administración pública con deseo. El funcionariado garantiza un puesto fijo hasta la jubilación con horarios establecidos sin sorpresas de horas extra no remuneradas y condiciones laborales decentes. Y no es un mal momento para optar a ello: el pasado 27 de julio, el Gobierno aprobó una Oferta de Empleo Público (OPE) de más de 30.000 plazas, un 8% más que el año pasado.

En este contexto proliferan en las redes sociales perfiles que aconsejan e influyen sobre el universo de las oposiciones. Hasta El Mundo Today se ha fijado en estas influencers del estudio y ha publicado un vídeo titulado Una opositora ha resumido el temario completo de las oposiciones a Administrativo del Estado en 17.000 bailes de TikTok. Bromas aparte, perfiles como Diario de una opositora (@ddunaopositora), que se llama Laura y tiene 30 años, se han hecho un hueco en los feeds de aquellos que aspiran a un trabajo estable y sin muchos sobresaltos. Dedicarse solo a estudiar no fue posible hasta octubre del año pasado. Empezó a prepararse para ser jueza en 2016 y su pareja le propuso que ambos viviesen de su sueldo. “Pero después de cuatro años sin trabajar me agobié porque no estaba aportando nada. En ningún momento él me dijo que no podíamos estar así, pero yo me sentía mal. Entonces me contrató una empresa para llevar las redes sociales de sus dos líneas de negocio. Es algo que puedo hacer desde casa a la vez que estudio. Y eso me da, desde hace un año, para pagar el alquiler y el preparador privado”.

Tiene 26.000 seguidores en Instagram, ha escrito un libro titulado Opositando que es gerundio y en su web ofrece materiales descargables como plantillas o calendarios, además de mantener un blog. Su fama en las redes empezó de forma casual, cuando en 2016 subió una foto de su escritorio para tener un recuerdo de su primer día de estudio. “La etiqueté con #oposiciones #opositar y a los días me di cuenta de que esa foto tenía ‘me gusta’ de gente que yo no conocía. Empecé a indagar y vi que había una comunidad de gente que estudiaba. Me animé y empecé a publicar fotos. Y no sé qué es lo que hizo que la gente me empezara a seguir, a comentarme, a contarme sus historias, a preguntarme que cómo me organizo y cosas así. Pero fue todo muy casual, ni lo pretendía ni lo busqué. Sí que es cierto que me gusta difundir y compartir lo que sé o lo que estoy haciendo, pero es algo de lo que me he ido dando cuenta en el proceso”.

Elisa A. (srta_opositora) tiene más de 54.000 seguidores en Instagram. No se considera influencer, solo “una pringada más en el mundo opositor”. Abrió su cuenta hace cinco años porque «Instagram es una ventana a la que abrirme al mundo de los opositores que están en mi misma situación o muy parecida. Me sirve como vía de escape, en la que busco y ofrezco motivación, fuerzas y ganas de continuar ”. Entonces ya sabía que existía una comunidad de opositores –studygrammers, dice– y ya miraba algunas cuentas. “Me encanta ver los escritorios llenos de apuntes bonitos y cositas de papelería”. También ha escrito un libro, Tengo un sueño y pienso usarlo, que ha publicado con el sello Random Comics.

Ella está estudiando para el examen de Biólogo Interno Residente (BIR) y la fecha de la convocatoria es el 29 de enero de 2022. “Son unas oposiciones muy duras y exigentes pues solo hay unas 46 plazas para toda España”. Trabaja como técnico en un laboratorio pero tiene aspiraciones “que van más allá porque sé que podría desempeñar muy bien mi trabajo”. Dice que es complicado compaginar trabajo, estudios, la casa y la familia. “Intento priorizar y planificar las horas del día para sacar algo de tiempo para estudiar sin descuidar lo demás. Y por supuesto, recibo algo de ayuda por parte de la familia, si no sería imposible”.

Por qué opositan las mujeres 

Eso ha llevado a personas como Clara M., de 32 años, a dejar su trabajo de periodista pese a tener un contrato indefinido porque no tiene demasiada garantía de futuro. “El despido es libre y es muy barato”, declara. Está preparándose para opositar a bibliotecas: “Auxiliar o ayudante, preferiblemente lo segundo porque es un nivel más alto”. De momento hay tres convocatorias en marcha que le interesan, aunque aún no tienen fecha definida. Una es para la Universidad Complutense y las otras para el ayuntamiento de Madrid.

Casualmente, Laura G., que tiene 40 años, también se está preparando para trabajar en la biblioteca pública. “Llevaba tiempo dándole vueltas pero con la pandemia, al poner patas arriba todas las prioridades, me di cuenta de que era la mejor opción”. También busca mejores condiciones laborales. “Quiero cobrar mejor que en puestos equivalentes fuera de la administración y, sobre todo, minimizar la posibilidad de que el trabajo sea una fuente de estrés y ansiedad”. Además, se ha apuntado a las oposiciones para personal de oficios y servicios internos del Ayuntamiento de Madrid “en parte para ir entrando en este mundo y recuperar el hábito de estudio”, comenta.

Ella no ha dejado su trabajo a tiempo completo por eso está «opositando a niveles bajos, para poder compaginar ambas cosas. Luego, cuando tenga una plaza y un horario fijo, ya me prepararé otras más altas”. Clara sí puede centrarse solo en los estudios. “Tengo un colchón económico que no todo el mundo tiene”, aunque esta situación dependerá del tiempo que tarde en aprobar. Le parece muy importante señalar que “no puede ser que solo sea una salida para quien pueda mantenerse sin trabajar. Sacarte una oposición –más allá de las que son súper complicadas y la gente se tira años preparándolas– depende mucho del tiempo que tengas y el tiempo cuesta dinero”.

¿De verdad hay más mujeres que hombres?

A principios de 2021, la plataforma de preparación para oposiciones online OpositaTest publicó un estudio basado en una encuesta realizada entre sus usuarios que concluye que el perfil de estudiante es “una mujer de 39 años que compagina la preparación de las oposiciones con el trabajo”.

Tanto en el caso de Elisa como en el de Laura, la mayoría de sus seguidores son mujeres. Pero la segunda comenta que fuera de las redes sociales no tendría por qué ser así, al menos en su ámbito. “Cuando fui al primero de nuestros exámenes [las oposiciones a judicatura tienen varias fases] vi que había muchísima mujer y muchísimo hombre. Sí que es cierto que en las últimas promociones de mi oposición de jueces y fiscales, la mayoría de los que han aprobado han sido mujeres. Pero creo que es una cuestión de personalidad, de espíritu de sacrificio, de constancia. No creo que sea por el volumen de personas que empiezan”.

Clara M. tampoco puede afirmar que el porcentaje de opositores sea mayor en uno u otro género según su experiencia. Más bien depende de para qué sean las oposiciones. “Por ejemplo, en las de secundaria sí hay más mujeres porque hay más mujeres profesoras. En otros sectores sí que veo a hombres que entraron en ERTE o les despidieron, es más transversal”.

El Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las administraciones públicas de Enero de 2021, elaborado por la Dirección General de Función Pública, señala que existen 2.710.405 efectivos en el sector público (AGE, CCAA y Administración local (Diputaciones y Ayuntamientos) de los cuales 1.560.802 son mujeres (el 57,59%). Pero “en el sector público hay múltiples perfiles y se ha de ir más allá de las meras cifras globales y detenerse en conocer cuáles son los puestos donde se encuentran la mayor presencia de mujeres en la administración pública”, explica Pilar Moreno, funcionaria de la administración local con habilitación de carácter nacional y vocal de la Junta Directiva de la asociación Mujeres en el Sector Público, una formación que surgió en el año 2018 en Toledo, en el seno del Congreso NovaGob.

Por ejemplo, en la sanidad y la enseñanza –como apuntaba Clara M.– hay muchos más puestos ocupados por mujeres, mientras que en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado hay más hombres. “Es un problema estructural”, afirma Moreno y deja caer otro dato quizá más sorprendente: “en el ámbito universitario, solo hay una mujer catedrática por cada cuatro hombres y solo 19 de las 76 universidades integradas en CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) están lideradas por rectoras”. Es decir, la educación está feminizada menos en los puestos más altos.

No es oro todo lo que reluce

Conceptos como la brecha salarial o el techo de cristal parecen propios de la empresa privada. Y aunque allí sean más acusados, los datos que ofrece la asociación Mujeres en el Sector Público son reveladores. Por ejemplo, las mujeres en la Administración General del Estado en 2020 ganaban de media 18,43€/hora y los hombres 20,066€/hora, lo que supone una brecha salarial de 1,636 €/hora.

Más concretamente, según datos del Ministerio de Política Territorial y Función Pública existe una mayor brecha salarial por género en Asuntos Exteriores y Justicia con más del 10%, seguidos de Hacienda e Interior con cerca del 9%. Si el análisis se realiza por grupos o escalas, la mayor diferencia se da en el grupo C1 [uno de los grupos inferiores en el sector público, seguido del C2] con un 6,3%. Es el más numeroso de la Administración General del Estado.

En cuanto al techo de cristal, hay menos mujeres en los puestos de mayor responsabilidad de las administraciones públicas, tanto en las locales como en las autonómicas. Como expone Pilar Moreno: “Se dan una serie de mitos y síndromes explicativos como el de la libre elección, según el cual las mujeres podemos elegir y no estamos condicionadas. Es necesario conocer lo que se espera de nosotras para poder decidir. Hasta ahora nuestra primera misión era cuidadoras y nuestro trabajo fuera de casa era un complemento”.

La asociación Mujeres en el Sector Público está organizando su III Congreso, enfocado al Liderazgo Femenino. En él intervendrán 30 mujeres representativas y expertas en sus ámbitos profesionales para dar su punto de vista sobre el papel de las mujeres en las administraciones públicas. “Se analizarán propuestas de liderazgo que reforzarán sin duda la presencia de la mujer en los próximos años en el sector público”, sostiene Moreno. “El liderazgo femenino debe desplegarse en todas las políticas públicas, porque la igualdad es una tarea de toda la sociedad y ha de permear en todos los ámbitos de la administración pública”, concluye.

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