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El atracón de oficina previo a las vacaciones: trabajadores quemados porque para descansar antes hay que trabajar el doble

En un país en el que el estrés laboral es un problema serio, en muchos trabajos de oficina hay que pagar un alto precio para poder disfrutar del derecho a vacaciones. Analizamos cómo podrían organizarse mejor los equipos para que esto no sucediera.

Para muchos trabajadores y trabajadoras, el estrés laboral aumenta cuando la carga de trabajo se multiplica para poder marcharse de vacaciones.
Para muchos trabajadores y trabajadoras, el estrés laboral aumenta cuando la carga de trabajo se multiplica para poder marcharse de vacaciones.Jamie Grill (Getty Images)
María Sánchez Sánchez

“La vida es algo más que pagar facturas” cantaba Templeton. Y esa sensación de conseguir pausar por un momento la rueda infinita de la producción es la que experimentan estos días aquellos que están a punto de cogerse vacaciones o ya disfrutan de sus días de descanso. Aunque las vacaciones de verano se suelen esperar con ilusión –o desesperación– muchas veces llegan acompañadas de más estrés. ¿La razón? Que en muchas oficinas antes de irse, toca cerrar proyectos, delegar funciones o preparar con antelación tareas que otros no pueden asumir. De esta forma, cuando uno solo piensa en estar tumbado en una hamaca, se ve inmerso en una carrera contrarreloj para conseguir dejar todo listo. El estado de cansancio en el que se llega al primer día de descanso requiere casi unas vacaciones específicas solo para recuperarse de todo el trabajo extra que se realizado para llegar ahí. Y, en muchas ocaciones, a toda la presión  de no llegar a todo tenemos que añadirle los preparativos de irnos de viaje u organizar cómo va a ser el merecido descanso. Un panorama con pocas horas de sueño por delante y mucha más actividad de lo normal. 

Es lo que le ocurre, por ejemplo, de Leticia Sainz, que antes de cogerse vacaciones, debe dejar siempre adelantado gran parte de su trabajo. Sainz, que trabaja como creadora de contenido para distintas páginas webs, ha llegado a verse desbordada por esa situación: “Antes de disfrutar de unos días libres, además de sacar adelante el trabajo del día a día, tengo que ir preparando todo lo que no voy a poder hacer cuando esté fuera. Así que para mí, los días previos al descanso, suponen enfrentarme a jornadas interminables y sufrir mucho más estrés que en cualquier otra época del año”. 

Estar quemado en el trabajo es un problema cada vez más grave en la sociedad española. Una de cada cuatro bajas que existen en nuestro país es por estrés, es decir un 25%, siendo el segundo motivo por el que se falta a trabajar, detrás de las dolencias musculares y óseas. Traducido en números, según la AMAT (Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo), en España se pierden más 25.000 millones de euros al año a causa del absentismo laboral y el estrés. Con estos números, más allá de la salud mental de los trabajadores que debería ser siempre un prioridad, evitar este tipo de situaciones donde el empleado siente un bournout extremo sale a cuenta.

Exponer la situación con tiempo y sin plantearlo como un problema

En empresas de gran tamaño es bastante habitual que los equipos tengan instaurado un sistema de handover que permite traspasar las tareas a otros compañeros. Esto es posible porque se cuenta con suficiente personal para realizar esas rotaciones. Pero, ¿qué se puede hacer cuando esto no es posible y son los propios empleados quienes deben autogestionarse? 

Rafael San Román, psicólogo de ifeel, explica que lo fundamental es “crearse una visión panorámica de la situación y calcular bien lo que va a suponer mi ausencia, ya que no es lo mismo irse una semana que tres. Así que hemos de pensar ‘si yo fuera a estar aquí estos días, qué es lo que tendría que hacer’ e ir llevando a cabo esa transición con la mayor antelación posible y de manera progresiva”, explica.  

San Román también indica que, si se tiene una buena relación con los compañeros, ayudará mucho “el poder contar con alguien que nos pueda cubrir en algunas cosas o poder dejar a una persona como referencia, al menos para gestionar esas tareas que no puedan esperar”. 

Cuando se necesite hablar estas cuestiones con un superior, el psicólogo recomienda ir preparado con alternativas de organización y no plantearlo nunca como un problema: “Hemos de intentar ser neutros, porque el jefe puede no tener la misma visión que nosotros y no empatizar”, explica San Román. “Por eso, en estas situaciones, es importante evitar frases como “Siempre me toca a mí”, “Hay que ver lo mal que nos organizamos”, etc. En su lugar, hay que intentar describir la situación a la que nos enfrentamos en términos laborales, técnicos, y ofrecer alternativas con tiempo suficiente antes de las vacaciones sobre cómo podemos organizarnos para asegurarnos que todos podemos estar bien durante ese período”. 

Desde Sodexo, una empresa que asesora a distintas compañías para aumentar el bienestar de sus empleados, indican que “cada empresa tiene su propia manera de abordar las vacaciones de sus empleados y depende de muchos factores el cómo se haga”. Míriam Martín, Directora de Marketing y Comunicación, apunta que para aliviar la presión sobre los trabajadores, las empresas pueden “organizar un buen calendario de vacaciones a fin de que la carga de trabajo esté correctamente repartida, concertar una vuelta del trabajo a mitad de semana, para que la reentrada sea más suave, ser más flexible gracias a las herramientas del teletrabajo, que permiten una desconexión y una reconexión más paulatinas, la aplicación de jornadas reducidas, etc”. 

Además, como recuerda Teresa Cervera, directora de Recursos Humanos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), gracias a las nuevas tecnologías, “cada vez más se implantan metodologías y procedimientos de trabajo colaborativo para compartir proyectos, que hacen que resulte mucho fácil y cómodo delegar en otros las tareas pendientes”.  Todo para llegar al objetivo de desconectar con energía y con ganas de exprimir todo lo que se pueda el momento en el que por fin la rueda de la productividad se detiene. 

*Algunos de los nombres de las personas que han participado en este artículo se han modificado para preservar su intimidad

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Sobre la firma

María Sánchez Sánchez
Redactora en Escaparate, donde se sirve de su experiencia en el periodismo digital para recomendar productos y servicios que pueden encontrarse en internet. Ha trabajado en medios como la Cadena SER y otras secciones de EL PAÍS como Verne o BuenaVida, además de colaborar con S Moda. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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