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Aleste Atelier, la firma valenciana que apuesta por novias menos contaminantes

La diseñadora Alicia Soler estrena en abril una nueva colección en la que vuelve a trasladar la responsabilidad a la moda nupcial.

Uno de los diseños de la última colección de Aleste Atelier.
Uno de los diseños de la última colección de Aleste Atelier.dr

El cuidado y respeto por el medio ambiente se han convertido en imperativo en la industria textil y cada vez son más las firmas que apuestan por la sostenibilidad adaptando su producción para mitigar los daños en el planeta. Con el objetivo de trasladar la responsabilidad a la moda nupcial, Alicia Soler (31 años) lanzaba hace un año su primera colección sostenible ofreciendo una alternativa para las novias valencianas empleando tejidos menos contaminantes. “En mi familia intentamos ser responsables y quería trasladar mi estilo de vida sostenible a mis vestidos”, cuenta la fundadora de Aleste Atelier.

Una inclinación por la moda “desde siempre”, le empujó a estudiar diseño de moda en la escuela ESADE (Valencia). Poco después de terminar su carrera, ya recibía encargos de amigos y conocidos para idear los looks de sus próximas bodas. “Fue algo muy natural, íntimo y cercano. Diseñaba y producía los vestidos de invitada desde mi propia casa”, explica. No tardó en correr la voz por las calles de la ciudad del Turia y los encargos a la por entonces jovencísima diseñadora se multiplicaron, por lo que decidió independizarse en un pequeño taller localizado en el centro de Valencia. Entonces y de una forma más orgánica que premeditada, llegaría el salto al universo de la moda nupcial. “Un día me llamó una de mis primeras clientas y me dijo: ¿me harías el vestido de novia? Yo no tenía experiencia, pero la modista con la que trabajaba sí y decidimos lanzarnos. Al poco tiempo vino una amiga suya para que hiciera su vestido y hasta ahora. Ha sido todo muy rápido”, recuerda.

La diseñadora de Aleste Atelier, Alicia Soler.
La diseñadora de Aleste Atelier, Alicia Soler.dr

Para la diseñadora valenciana, el éxito de sus vestidos reside en el corte sencillo de sus patrones: “No trabajo volúmenes exagerados, ni bordados recargados. Son diseños con caída en los que la protagonista es la tela”, nos cuenta. Con el cometido de hacer un vestido ad hoc a la personalidad de cada clienta, para Alicia su atelier no tiene un carácter definido: cada novia que ha pasado por sus manos le ha inspirado de una forma u otra. “Yo no tengo un estilo propio, me inspiro en cada una de las novias. No quiero que la gente vea un diseño y piense ‘este vestido es de Aleste’, quiero que cuando vean a la novia, la vean a ella”, recalca.

Fue en julio del año 2020 cuando lanzaba su primera línea en tejidos sostenibles con el objetivo de trasladar a la moda nupcial el estilo de vida responsable de su familia. Tras la cálida acogida por parte de sus clientas, en abril saldrá a la luz su segunda colección responsable ratificando su preocupación y respeto por el medio ambiente con diseños en los que abundan los volúmenes y volantes. “Esta línea es más sofisticada. En la primera colección la estética era más rústica”, apunta. Al contrario de la extendida creencia, moda sostenible no significa precios prohibitivos. “Muchas novias me llaman porque les preocupa que, si eligen tejidos responsables, el precio de sus vestidos se dispare. Pero en este caso la diferencia económica entre un vestido de novia con tejidos tradicionales y el mismo diseño con tejidos sostenibles no es muy elevada”.

Un reto fue localizar materia prima que fuera responsable con el medio ambiente al tiempo que reuniera las características adecuadas para su producción: “Nos costó mucho encontrar tejidos para desarrollar vestidos que fueran sostenibles y apropiados para las novias: telas con caída, con un determinado brillo…”, detalla. Finalmente, fue en Francia donde localizó las telas vegetales que hoy protagonizan sus piezas, ya que en España “es una industria que todavía está por desarrollar”. A la hora de idear su colección responsable con el planeta, Alicia apuesta por tejidos orgánicos, reciclados y ecológicos. “El cáñamo o el bambú no necesitan abonos ni cuidados y sus plantas necesitan 10 veces menos agua que las de algodón. El algodón orgánico procede de cultivos sostenibles donde no se utilizan productos químicos y los reciclados son mezclas de diferentes poliésteres, botellas de plástico…”, resume.

Como consecuencia de la incertidumbre que hemos vivido los últimos meses a raíz del coronavirus, las parejas que tenían su boda a la vista han tenido que adaptarse a este nuevo escenario. “Un 60-70% de las novias se han visto obligadas a posponer la fecha de la boda”, reconoce Soler. Algo que, en muchas ocasiones, requiere dejar en pausa el diseño del vestido hasta confirmar nuevo día en el calendario. “Ellas deciden si quieren seguir adelante con el vestido o paralizar el diseño hasta nueva fecha, ya que muchas veces no coincide y tenemos adaptarlo a otra estación del año cambiando mangas, escotes… “, explica.

Si hablamos de emprendimiento, Alicia recuerda que no es el camino más sencillo “lo más fácil es tener tu horario y tu sueldo”, sostiene. Pero reconoce, que si realmente es nuestra pasión, debemos intentarlo porque “el no ya no lo tenemos y los sueños hay que perseguirlos”.

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