Resulta evidente que hoy el tema de la manicura es un poderoso generador de interés. Sin embargo todos estaremos de acuerdo en que hay cosas mucho más importantes que podemos hacer con todo ese tiempo y dinero que exige una manicura perfecta. Entonces, ¿por qué hay tantas personas que deciden emplearlos en una actividad que no sirve “para nada”?
Aunque el origen de la onicofagia (el hábito de comerse las uñas) puede nacer por igual en niños y niñas, con la edad factores como la presión social o la cultura de la belleza hacen que las mujeres abandonen antes el hábito.
Inspirado en el estilo de uñas «glazed donut» del año pasado, surge la manicura «lip gloss», otro ejemplo de la obsesión actual por todo el que sea transparente y brillante.
Ni siquiera Rosalía las lleva ya. Tras unos años de excesos de largura y gel, estilos como la minimanicura francesa están aupando el regreso a una uña más corta, más higiénica, más sana y mucho más cómoda.
Nuestro cuerpo está en constante cambio y muchos de ellos, ya sea por cuestiones de salud o porque no prestamos suficiente atención, no somos capaces de evitarlos ni con la mejor rutina cosmética. De la mano de una especialista en Dermocosmética tratamos de averiguar todas esas afecciones que se producen en nuestra piel y cómo ponerle solución.
Consultamos a expertas del sector cómo ha afectado la Covid 19 a nuestra relación con los salones de manicura. ¿Se ha desinflado el furor por el cuidado de las uñas?
Entre un 20 y un 30% de la población sufre esta patología llamada onicofagia, muy relacionada con los niveles de ansiedad. Apps, productos y libros ayudan a acabar con este problema antigiénico especialmente preocupante por el coronavirus.
Tras el furor por el ‘nail art’ extremo más propio del espectáculo, las usuarias se han atrevido a pedir manicuras más llamativas, pero adaptadas para lucir a diario.
La Policía Municipal requisa los productos y denuncia al negocio por una infracción administrativa mientras se investiga si hay delito contra la salud pública, pero no ha sido clausurado
Los expertos explican que el mal uso de los acrilatos que contienen estos productos, sobre todo en el caso de los kits caseros, están conduciendo a reacciones de dermatitis alérgica de contacto.
Efecto jade, turquesa, cuarzo rosa o incluso ejemplares más rebuscados, como la labradorita y su tornasolado destello hipnotizante. No hay límites a la hora de estampar sobre este lienzo de moda –la uña– cualquier motivo por complejo que parezca.
En el último año, sus búsquedas en Pinterest han aumentado un 442%. No requieren lámpara UV ni buen pulso y prometen hasta dos semanas de uñas impolutas. ¿Es todo tan colorido como lo pintan?