YouFest: ¿Frikismo o revolución musical?

“¡No puede ser!” Debió de gritar Delfín hasta el fín al recibir la llamada de los organizadores del Youfest para que participase en el evento musical más controvertido de la década. El cantante ecuatoriano es toda una eminencia en la Red con más de 9 millones de visitas gracias a su tema Torres Gemelas y, por tanto, cabeza de cartel este fin de semana junto a otros grandes nombres de YouTube como Kutiman o Pachamama Crew. Pero no todo el mundo entiende el porqué de este concierto.

“Éramos unos fanáticos de los artistas del universo YouTube e hicimos en Buenos Aires en 2010 una pequeña prueba de cómo funcionaría un festival de este tipo. Terminó por ser portada de todos los periódicos e incluso la MTV vino a cubrirlo”, nos cuenta por teléfono Sebastián Muller, uno de los creadores del festival de la generación YouTube que se celebrará los próximos 28 y 29 de septiembre en Madrid. Fue precisamente durante ese experimento cuando Delfín conoció a Wendy Sulca, otra de las sorpresas del cartel y en ocasiones pareja artística del ecuatoriano junto a la Tigresa del Oriente. “Un productor de Argentina nos contactó para el Youfest. Fue una oportunidad increíble para mí”, cuenta a smoda.es la propia Wendy. Esta adolescente peruana de 16 años comenzó con tan solo 6 años a interpretar música andina hasta que un día colgó un vídeo en YouTube: “Me ayudaron a hacerlo porque yo no sabía nada de internet. Un día fuimos a una cabina de Internet cerca de mi casa cuando aún no tenía computadora y vi que mis vídeos tenían millones de visitas. Me sorprendió mucho toda la gente que me conocía, que dejaba comentarios y mi mamá incluso se emocionó”. Fue entonces cuando, como ella nos cuenta, se le abrieron las puertas al mundo y a la prensa. “Antes hacía el esfuerzo de dejar vídeos y cedés por los canales, ahora la prensa me llama, me invitan a programas. Mejoro poco a poco”.

Pero el éxito de la mayor parte de estos artistas no ha dejado a casi a nadie indiferente y ha abierto un debate sobre si su fama es merecida o son solo unos frikis. “En YouTube no existe un filtro que diga qué debemos consumir y qué no. Los usuarios eligen lo que quieren ver con esta democracia de contenidos. Es por ello que en el YouFest tampoco hay ese filtro e integra varias propuestas estéticas. Unos lo llaman la estética de lo friki, otros de lo feo, otros de lo moderno…”, aclara Muller. Por su parte, Pablo Gómez-Rodulfo, Head of Branding & Communication de la plataforma para grupos emergentes Herzio y un apasionado confeso del YouFest, nos aclara un poco más este fenómeno: “Los frikis son los nuevos médium, básicamente porque haciendo lo que hacen ofrecen una propuesta original de lo mismo, cosa que no pasa en el mundo de la música con los artistas pre cocinados de las discográficas. Esto atiende al exceso de información en el que vivimos, en el que es difícil destacar, pero el que lo hace lo consigue con un impacto muy alto, aunque la duración del efecto sea menor”.

Independientemente de que sean frikis o no, o de que tengan una estética que nos agrade o nos horrorice, estos artistas están formando parte de una revolución en el modelo de negocio de la industria musical. “Este nuevo modelo está basado en el cliente y solo en el cliente, elimina riesgo e incertidumbre sobre el éxito de un producto y además divierte. La fórmula hacia el éxito pasa ya por el número de plays, likes y recaudación en los proyectos de crowdfunding. La parte menos positiva para el artista es que ahora tiene que demostrar que vale para ser fichado, cuando antes era al revés. Así solo quedarán los mejores y los que más gusten. Ya lo dijo Darwin en su tiempo”, apunta Pablo Gómez-Rodulfo. Y es que si hoy en día estamos acostumbrados a los cambios culturales y digitales donde el usuario tiene acceso a toda la información, por qué no iba un festival de música a hacerse eco de estos avances. “Últimamente los festivales de música se han separado del mundo real y YouFest viene a ofrecer alternativas. Ya está bien de ser tan serios, nos va un poco más el cabaret”, comenta Fermín Zabalegui, crítico musical y autor del blog Mil maneras de matar al DJ. Él mismo nos da su lista de favoritos: “Soy fan declarado de El Guincho y de Battles, me encantan sus discos y sus conciertos. Pero hay muchas más cosas interesantes como el directo de Buraka Som Sistema es una verdadera fiesta y, por supuesto mi nostalgia generacional tiene curiosidad por Rick Astley y Chimo Bayo. Hay grupos “menores” también muy recomendables, como los raperos Pachamama Crew”.

“Lo siento por Wendy pero el baile de Delfín me ha cautivado. Cada vez que puedo lo desplego”, nos confiesa Gómez-Rodulfo que también nos aclara la aportación de este fenómeno a la industria de la música: “Es un toque de atención a los que viven del pasado. Con estos proyectos como el YouFest nos están haciendo ver que no hacen falta ya presupuestos millionarios para convertirse en estrellas. Es una oportunidad muy buena para el que tenga algo que decir: con una webcam y talento nos podemos comer el mundo. Ahora bien, la webcam se puede comprar pero el talento…”

Además del punto divertido que aportan estas nuevas estrellas, la idea de YouFest es integrarlos con otros artistas más potentes de la escena musical como Underworld, Buraka Som Sistema o Vive la Fête, la pareja belga que saltó a la fama gracias a su fan número uno: Karl Lagerfeld. “Creo que el secreto está en mezclar calidad con frivolidad. Han canalizado un movimiento generacional muy potente y puede que hayan dado en el clavo porque mucha gente está hablando de YouFest. Ahora falta que se materialice en núemro de asistentes. Decía La Casa Azul en su canción La Fiesta Universal que hay que retornar a la anarquía popular, qué viva el arte menor y el vodevil profesional. Buena falta nos hace”, opina Fermín Zabalegui. ¿El resultado? Juzgad vosotros mismos el próximo fin de semana en el Matadero de Madrid y la Sala la Riviera a través de cuatro escenarios, uno de ellos con pantalla de 200 metros cuadrados para la que se han preparado 40 vídeos y que tendrá como objetivo el diálogo entre lo real y lo virtual.