Viajar con la imaginación
Redescubrir el mundo con ojos infantiles es la oferta de estos cinco refugios en la Península. Lugares para regresar a un tiempo donde todo parecía ser parte de un cuento.
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El Añadío (Jaén)
Hasta la ventana de las ocho habitaciones del hotel rural se acercan las reses más curiosas. Estos animales están sueltos en la parcela, de 400 hectáreas, en la que se habilitaron las viviendas de los mayorales como suites. También se puede practicar hípica o realizar una excursión por Sierra Morena. -
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Altiplano Tipis (Granada)
¿Descansar en un campamento indio pero en la sierra de Baza? Esa es la propuesta de los tres coloridos tipis de este complejo. Este alojamiento rústico y divertido no renuncia al confort. Las tiendas, inspiradas en el lejano Oeste, fueron realizadas a mano por sus dueños, quienes también habilitaron una de las cuevas que las rodean para aquellos padres que prefieren el romanticismo de un techo de piedra.
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Casa del mundo (Alicante)
El paisaje no se mueve desde las ventanas, pese a hospedarse en uno de los seis vagones de tren y carromatos que componen este hotel. Cada una de estas habitaciones llegó de un rincón distinto de Europa. «La idea era y es acercar el mundo a los huéspedes. Ofrecerles la posibilidad de alojarse en espacios que representan diferentes países y de disfrutar de la sensación de viajar sin desplazarse», afirma su propietario.
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