Estos son los mejores tours para visitar los estudios de cine (y no sólo los de Hollywood)
Da igual si eres un apasionado de los taquillazos de acción, de la animación japonesa o del péplum más clásico, aquí tienes todas las opciones para pasar, literalmente, ‘un verano de cine’.
Hay pocas estrategias de marketing más estimulantes para el sector turístico que lo proyectado en la gran pantalla. Lo sabe bien nuestro país, eterno escenario de las refriegas entre indios y vaqueros y que en los últimos tiempos ha reavivado el interés cambiando los contendientes por dragones y dothrakis, debido al rodaje de la serie Juego de Tronos. Aquel eslogan tan manido de unas ‘vacaciones de cine’ puede tener tantas interpretaciones como concejales de turismo caminan sobre la tierra, pero su acepción más literal debería estar restringida a los estudios en los que toman vida las películas. Las visitas a los sets de rodaje son una parte ineludible de la oferta vacacional estándar de ciudades como Los Ángeles, pero no es la única que presume de ser capital del celuloide. Roma, Tokio o Wellington también ofrecen al curioso la oportunidad de descubrir dónde y cómo se hicieron sus filmes favoritos. Estos son los mejores tours de estudios que harán las delicias de cualquier cinéfilo.
Con los estudios Universal transformados en un gigantesco parque de atracciones (aunque manteniendo breves exhibiciones al respecto), Warner Bros y Paramount ofrecen los tours más completos de Los Ángeles. El primero de ellos, también disponible en español (pida a Bob como guía, no se arrepentirá), presume de las licencias más taquilleras en las tres horas de duración de la visita. Los fans de la saga Harry Potter, sitcoms como Friends o The Big Bang Theory o los superhéroes de DC (con una exposición dedicada exclusivamente a los vehículos de todas las películas de Batman), cuentan aquí con sets y atrezzo real de las producciones. Aprovechando su reciente éxito, también han reconstruido el café en el que trabaja el personaje de Emma Stone en La La Land para que cualquiera puede sentirse una aspirante a actriz en la ciudad de las estrellas.
La experiencia Paramount se aleja del factor actualidad para repasar la trayectoria centenaria de la productora de algunos de los grandes clásicos del cine. Uno de sus reclamos más atractivos es el tour nocturno, que da comienzo con un brindis de champán al anochecer y que permite a los amantes de lo vintage acceder a los lugares más restringidos del primer gran estudio de la ciudad. El organizado por Sony Pictures está más dirigido al público nativo ya que sus mayores atractivos son las visitas a programas míticos de la televisión norteamericana como Jeopardy! y La rueda de la fortuna. Eso sí, los seguidores de las aventuras de Walter White deben saber que la caravana de Breaking Bad se encuentra aparcada dentro de sus instalaciones.
Ya en territorio europeo, pocos emplazamientos pueden competir con la mayestática relevancia histórica de los Estudios Cinecittà (que celebran ahora su 80 cumpleaños). Más de 3.000 películas han sido rodadas en la “fábrica de sueños”, ubicada a pocos kilómetros de la capital romana. En lo que Fellini tildaba como “el vacío cósmico que precede al Big Bang, el lugar ideal”, péplums inolvidables como Ben Hur y Quo Vadis? u obras distintivas del gran cine europeo como La dolce vita plantaron aquí las cámaras de rodaje. El tour se divide en tres partes: orígenes del estudio, contribución a la historia del séptimo arte y una ruta pedagógica que explica al visitante en qué consisten los diferentes labores del arte cinematográfico (guion, edición de sonido, vestuario o efectos especiales).
Warner tiene en Londres una filial de sus estudios dedicada exclusivamente al mundo mágico de Harry Potter, lugar que acogió la grabación de la saga durante más de una década. Una de sus propuestas estrella es un desayuno en el gran salón de Hogwarts, vestidos con los ropajes de las cuatro casas en las que se distribuye el alumnado del colegio. En la ciudad de Saint Denis, al noroeste de París, se erige La Cité du Cinemá, el carísimo capricho soñado por el cineasta Luc Besson durante el rodaje de León, el profesional, cuando descubrió una central eléctrica abandonada de estilo Art Decó. Cansado de tener que marcharse a la capital británica para rodar filmes de la talla de El quinto elemento, el cineasta consiguió convertir la central en unos estudios funcionales de seis hectáreas. Los amantes del cine francés pueden visitarlos en un tour de cerca de dos horas de duración que intenta abordar todas las caras de la pujante industria gala.
Una figura de Totoro dispuesta en la taquilla recibe a los visitantes del Museo Ghibli, situado en un parque a 20 minutos del centro de Tokio y ambientado en el universo de la celebrada factoría de animación japonesa, responsable de títulos como El viaje de Chihiro o La princesa Mononoke. Diseñado por el propio Hayao Miyazaki, la demanda es tal que conseguir una entrada para acceder a él requiere de tanta suerte como tesón refrescando la página de venta online durante los meses previos a la fecha deseada.
Los Estudios Atlas son las instalaciones más reconocidas del continente africano y probablemente los más grandes del mundo (con más de 20 hectáreas de desierto a la disposición de los cineastas). Situados en las afueras de la ciudad marroquí de Ouarzazate, el conocido como “Hollywood del desierto” brinda a los curiosos la oportunidad de pisar los sets en los que se rodaron películas como Gladiator, Cleopatra, La pasión de Cristo y varias entregas de la franquicia Star Wars.
Saltando el océano hasta Nueva Zelanda, la compañía de posproducción Weta, la más importante del panorama internacional, también permite la entrada de cinéfilos a sus instalaciones. Los creadores de los efectos visuales de El señor de los anillos, King Kong y Avatar enseñan su proceso creativo en diferentes talleres que harán las delicias de los amantes de la Tierra Media. Intentar no arrasar con la tienda al final de la ruta será más complicado para algunos que deshacerse del anillo único.
