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Botànic (Palma)
El restaurante forma parte del exquisito hotel Can Bordoy, que abrió el pasado diciembre y que se ubica en un edificio del siglo XVI, antigua escuela infantil que cuenta con el jardín privado más grande del centro de Palma.
Como el hotel, en el restaurante Botànic la decoración nos lleva al pasado, a una casa señorial mallorquina, donde el tiempo transcurría lento y sosegado entre piezas de anticuario, como las sillas Luis XIV del comedor.
Andrés Benítez, el cocinero, hace lo que él llama una “cocina honesta, donde todo gira en torno a las verduras. Huimos de los alimentos ultraprocesados y los azúcares y preferimos lo local y de temporada”. La cocina, abierta todo el día, permite tomar cualquier cosa a cualquier hora.
Los superalimentos están presentes en el desayuno, en sus ‘boles saludables’ de kéfir, porridge (avena) o chía; en sus ‘combos’ (platos únicos al estilo del buddha bowl) y hasta en los postres, con su crepe de trigo sarraceno, su chía con leche de almendra o su tarta y helado de queso con láminas de pera en almíbar de kombucha (una bebida fermentada, obtenida a partir de varias bacterias y levaduras). Sin olvidarse de sus vinos ecológicos, biodinámicos y bajos en sulfuroso, de bodegas como la mallorquina Selva Vins. Todo en Botànic es hermoso, sano, natural y hace referencia al pasado o al futuro. El presente se desvanece, como cuando vemos una buena película o leemos un gran libro.