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Probamos el nuevo Satisfyer Curvy, un juguete sexual pensado para conseguir orgasmos de calidad

La nueva generación de Satisfyer Curvy ofrece una experiencia mucho más personalizada para dar un nuevo enfoque al autoerotismo femenino. La masturbación rápida y fugaz da paso a una experiencia más trabajada.

satisfyer

Juguetes sexuales que se introducen en la vagina para proporcionar placer los hay desde la prehistoria. Vibradores que utilizaban la electricidad para proporcionar una estimulación, que no puede dar otra persona, fueron la revolución del s.XIX. Para nuestra generación el cambio pasó por dejar de usar la vibración y el concepto de “consolador” y sustituirlo por nuevos juguetes que dejaban de imitar el coito y apostaban por nuevas sensaciones: la succión. Los succionadores de clítoris llegaron apenas hace unos años y revolucionaron por completo el mercado el mercado.  Y no solo eso, el Satisfyer, supuso un antes y un después en la sexualidad femenina convirtiéndose en el responsable de una gran revolución de placer femenino.

Ahora esta revolución va un paso más allá y permite que sea la mujer la que decide cómo quiere que funcione su juguete sexual. Y esta es la gran apuesta del nuevo Satisfyer Curvy. Ese paso más que estábamos esperando. Un nuevo salto cualitativo que, como no, traerá seguidores y detractores. Pero que sin duda alguna supone un gran cambio.

Tras probar el nuevo modelo, puedo decir que lo más interesante es tener la posibilidad de decidir cómo, cuándo y cuánto quieres que succione o vibre. Si quieres alternar succión y vibración. Si quieres subir la intensidad de uno u otro, o si, incluso quieres diseñar tu propio modo de estimulación. Esto es se consigue con la app Satisfyer Connected, diseñada para hacer funcionar tu juguete a través del móvil por bluetooth.

Unir aplicaciones y juguetes eróticos no ha resultado muy bien en el pasado pues se trata del uso de una herramienta íntima, como para dejar que la nube pueda acceder a esos datos aunque solo sea para hacer estudios de mercado. Es para pensárselo pero unir el uso de un vibrador a una app en el móvil supone superar un hándicap en el mundo de la juguetería erótica. La inmediatez. Lo que fue un antes y un después del Satisfyer Pro2 y de otros succionadores, fue la posibilidad de tener orgasmos en 2 minutos. Todo cuando uno de los grandes mitos del orgasmo femenino era que este necesitaba mucho tiempo de estimulación para lograrse. Al final, resultó que era más una cuestión de saber dónde y cómo estimular. Pero el hecho de tener orgasmos rápidos también creó todo tipo de críticas. Había quien veía en esto una ventaja para un desahogo rápido y quien creía que era algo así como hacer un símil con la comida rápida. Ganábamos inmediatez, pero quizás perdíamos calidad.

Esta nueva propuesta, en cambio, pasa por poder dedicar tiempo a las formas de masturbación individuales. Esto es, otorgar de nuevo un papel de protagonismo al autoerotismo. No se trata solo de dar opciones a un usuario en una app. Tampoco de contabilizar tiempos y orgasmos o de almacenar modos favoritos, como pasaba con anteriores aplicaciones. Se trata de permitir a la mujer que juegue, se descubra, innove y sea ella misma la que controle el tiempo y el ingenio que quiera a su masturbación. Es cederle el protagonismo sobre su propia sexualidad. Algo que parece baladí, pero que ha costado siglos conseguir.

Y, al fin y al cabo, esto no deja de ser una opción. La nueva generación de Satisfyer Curvy funciona también apretando un botón del propio succionador, si realmente ese día tenemos prisas o si es simplemente lo que estamos buscando es algo fugaz. Pero lo que me ha resultado más interesante es el abanico de posibilidades que se abre con su uso. No se trata de marcar un camino. Sino de dejar abiertas las opciones, por si en algún momento nos decidimos a recorrerlas. Esta es la idea que persigue desde hace años la sexología. No hay una receta para una sesión de sexo perfecto. No hay unos tips que todo el mundo tenga que cumplir en torno a su sexualidad. Consiste en saber que tenemos opciones y que seamos nosotras mismas las que decidamos cuáles queremos probar y cuáles no.

El nuevo Satisfyer Curvy 2, en color rosa (también disponible en color blanco).
El nuevo Satisfyer Curvy 2, en color rosa (también disponible en color blanco).

Podemos usar nuestro vibrador para un desahogo rápido. Podemos vincularlo a una app para crear nuestros modos de estimulación o para descargar los que han usado otras personas (y de paso imaginar cómo se han sentido al usarlos). Podemos dejar que nuestra pareja, en un mundo de pandemia y de amantes a distancia, tenga el control de la app y pueda jugar con nosotras previa invitación. Podemos vincular la música de nuestro móvil para que, al masturbarnos, esta no sea solo una música que suena de fondo, sino una vibración que marca nuestro placer. O podemos usarlo como siempre y decidir que esas opciones están ahí, para el momento en el que nos sintamos con ganas o con seguridad para explorarlas.

Disfrutar del sexo al final es eso. Salirse del camino marcado y decidir explorar. Dejar de ser un turista que va a hacer la foto típica, para convertirse en un viajero que se deja llevar por lo que pueda ofrecer cada nuevo lugar. Es decir, dejar de poner el modo automático del vibrador y dejarse llevar para averiguar cuál es nuestro propio modo.

Nos empeñamos en hablar de la necesidad de salir del coito en pareja. Pero nos faltaba hablar de la necesidad de salir de los modelos marcados también en la masturbación. Al fin y al cabo, puede que a lo largo de la vida tengamos varias parejas sexuales, pero nos vamos a pasar toda la vida dándonos amor a nosotras mismas. Alguna variedad vamos a necesitar probar.

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