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Samanta Villar: «En la prostitución también hay luz, pero nadie lo cuenta»

Hablamos con la periodista sobre ‘Nadie avisa a una puta’, su debut literario con el que profundiza en ángulos poco conocidos de la prostitución en España.

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Cortesía de Libros K.O.

En Nadie avisa a una puta, el nuevo libro de Samanta Villar, la periodista se mete de lleno en el mundo de la prostitución. Y lo hace sin prejuicios y liberando a las putas del estigma que las persigue desde hace siglos. Para escribir su debut literario, que ha editado Libros del K.O., Villar ha acompañado un día cualquiera a siete prostitutas: la especializada en personas con discapacidad, la joven que rota por pisos de citas, la anciana del barrio chino que aún ejerce porque la administración no reconoce su trabajo, la que se enamoró de un cliente especializado en foros de sexo en Internet, la emigrante captada por las mafias internacionales, la brasileña que se prostituye en un hotel de mentira y la escort que habita un mundo repleto de lujos.

Con sus testimonios Villar ha construido un relato basado en historias reales que cuenta sin tapujos cómo viven y trabajan las putas en España. Cuáles son las ilusiones y los miedos de las mujeres que cambian sexo por dinero. Esas mujeres que solo en nuestro país, si se legalizara el sector, aportarían a la Hacienda pública 2.880 millones de euros, según datos de la ANELA (Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne). Para que nos hagamos una idea en 2013 el gobierno destinó una partida de 1.944,73 millones a educación.

Con estos datos en la mano, hablamos con Samanta Villar para conocer cómo consiguió liberarse de la censura y la compasión con el que se suele tratar el tema. Durante la conversación hablaremos sobre todo de las prostitutas que ofrecen sus servicios de forma voluntaria, haciendo hincapié en un perfil pocas veces retratado en los medios.

Durante el libro repites mucho que las prostitutas están hartas de cargar con el estigma

Yo creo que el problema es que todos partimos de ideas preconcebidas. Yo las tenía antes de escribir el libro. La gente no se imagina que este es un mundo con mucha luz. Por supuesto, siempre y cuando hablemos de la prostitución voluntaria. La trata es otra cosa. Es algo durísimo y despreciable. Pero vamos a hablar del mundo de la prostitución voluntaria, del que menos se habla. Éste es un mundo con luz, con mujeres independientes que marcan sus reglas, se ganan muy bien la vida y están cansadas de ser señaladas.

¿Cuánto puede ganar una prostituta en España de media al mes?

El precio medio de un servicio en un burdel o en un piso suele ser 100 euros la hora. Con la crisis ha bajado a 80 euros la hora. Si multiplicas 80 euros por dos horas al día y por 30 días te salen 4.800 euros al mes. Cuenta con que no trabajen todos los días o que bajen mucho la tarifa (50 euros) y que la cosa se quede en 3.000 euros. Lo que te quiero decir es que si tienen la suerte de la chica, de la que hablamos en el libro, y tienen sus clientes fijos pueden ganar un sueldo muy digno trabajando poco. Esto es lo que las engancha. Ellas a veces organizan sus charlas de gestión de dinero para aprender a ahorrar porque es difícil que les dure toda la vida y son conscientes de que deben aprender a organizarse para el futuro. En el libro hablo de Montse, que tiene un hijo arquitecto, al que le pagan fatal. Ya ves siendo arquitecto gana mucho menos que su madre…

Me ha sorprendido que las protagonistas de tu libro, basado en historias reales, no quieren que se regularice su situación.

Ellas son como cualquier ciudadano de a pie. Si tú le preguntas a cualquier español la mayoría te dirá que preferiría no pagar impuestos. Muchas prostitutas se plantean el trabajo como algo temporal y una de las ventajas que tiene es que se gana mucho y libre de impuestos. Yo las traté muy de tú a tú, con mucha normalidad y les decía: 'Vaya morro tenéis'. Y me contestaban que no querían que el Estado fuera su chulo. Y yo les respondía pero si el Estado es el chulo de todos. (Risas). Pero bueno, habría que hacer una encuesta mucho más amplia para saber la realidad porque sí me consta que existe un amplio sector que exige que se regularice su situación para tener las mismas prestaciones que el resto.

En un capítulo hablas de La Maña y Paquita, dos prostitutas ancianas de Barcelona. Ellas reflejan bien el problema de que profesión no esté regulada…

Sí, en su caso si hubieran cotizado hoy al menos tendrían una pensión. El problema es que muchas se lo plantean como algo temporal y no se planifican a largo plazo. Pero claro una vez que ya llevas 10 o 15 años es difícil.

La ilustración de Carla Berrocal dedicada al capítulo del apartamento.

Cortesía de Libros del K.O.

Háblame de esa especie de Trip Advisor de la prostitución que describes en el libro y que es tan popular en Internet…

Hay muchos foros de sexo y prostitución. Del que yo hablo es sexmercadobcn, pero hay muchos. Esto es como cualquier sector comercial. En la era de internet se deja una reseña completa del servicio. Ya sabes como un osteópata. Dejan comentarios tipo: Eva, catalana, es fantástica en esto y en lo otro… Cuando estás bien valorada en uno de estos foros te va bien.

Una de las prostitutas a las que entrevistaste te dijo que casi todos los hombres son unos puteros, que por su burdel pasan maridos que han dicho que van a comprar el pan, trabajadores que hacen una parada antes de volver a casa y que los congresos son todo un chollo para profesión… ¿Has perdido la fe en los hombres tras escribir Nadie avisa a una puta?

(Risas) Qué va. Para nada. Ellas tienen una visión parcial del mundo masculino. Lo que pasa es que ellas solo ven hombres que en su mayoría tienen pareja. Ven muchas infidelidades. Pero de ahí no podemos concluir que todos lo sean. Sigo pensando que hay hombres que van de putas y otros que no. Yo no he perdido la fe en absoluto. (Risas)

¿Qué papel juega la moda en el mundo de la prostitución?

Fíjate que uno de los sectores que más contento está siempre con la prostitución son los comerciantes que están cerca de un prostíbulo porque las chicas gastan dinero. Pregúntale por ejemplo a un taxista. Verás que está supercontento de que haya un burdel cerca de su parada. Las peluqueras, las tiendas de lencería, de maquillaje… Invierten mucho en su imagen. Cuando ellas empiezan a ganar se gastan mucho en caprichos. Y claro si hablamos de escorts de lujo que ganan 300 euros la hora, pues imagínate lo que se gastan en ropa.

En el libro te sugieren que tu misma podrías ganar 3.000 euros por una relación…

Hombre se te abre un mundo cuando te dicen eso. De pronto piensas anda pues podría ganar 3.000 euros en una hora y tirarme a la bartola el resto del mes. Pero en estas situaciones es donde te das cuenta del peso del estigma. Yo, por ejemplo, diría que no. Tendría que estar justificándome el resto de mi vida. El peso del estigma es demasiado fuerte.

¿Qué es lo más duro de ser una prostituta voluntaria?

Yo pienso que dos cosas: Por un lado, gestionar las emociones con los clientes porque surgen atracciones, enamoramientos, surgen sentimientos fuertes. Por otro, vivir estigmatizada. Es durísimo.

Aunque haya prostitutas voluntarias supongo que la mayoría de las mujeres que se prostituyen se ven obligadas por una necesidad económica...

Yo encontré tres perfiles. Abrumadoramente ganan las que lo hacen por necesidad económica. Dentro de este perfil de la necesidad económica existe la mujer que verdaderamente no quiere hacer este trabajo. Este tipo en cuanto gana un poco de dinero se suele salir. (Insiste en que hablamos de las que lo hacen de forma voluntaria no de trata) Luego existe la que entró pensando que sería algo temporal y se ha quedado porque piensa que no es tan malo como imaginaba. El otro perfil, que es muy interesante, es el de la chavala joven de clase media, que por alguna razón ha conocido a alguien del mundo y se mete cuando se da cuenta de la pasta que puede ganar. Este caso es mucho menor, pero existe porque hay un motivo muy poderoso: el dinero.

La ilustración de Carla Berrocal dedicada al capítulo de la red social.

Cortesía de Libros del K.O.

¿La inmigración y la prostitución van de la mano en España?

Sí, en España la mayoría de las putas son extranjeras. De hecho no es fácil encontrar españolas. Son tan escasas que muchas de ellas lo utilizan como reclamo.

¿Y cómo es el 'putero' medio español?

Solo hay que salir a la calle a darse un paseo y tres de cada diez más o menos. (Risas) Ahora hablando en serio te puedo decir que lo que mejor los define es la palabra normal. Se da en todas las clases sociales. La mayoría tienen en común una cosa: necesitan compañía, a alguien que les escuche. Se cree que son unos depravados, unos viciosos pero lo que cuentan las chicas es que tienen una necesidad gigante de afecto. Como sabes un hombre no suele aguantar más de 15 minutos de acto sexual. El resto de la hora es charlar, recibir cariño… En algunos casos, se establecen relaciones de años. De hecho, algunas les llegan a llamar novios.

Existe un debate interesante entre el feminismo y la prostitución…

Hay un sector del feminismo que ha abandonado a mujeres que son muy vulnerables. Necesitan apoyo y comprensión sin prejuicios. Al final son mujeres luchando por su supervivencia. Las que luchan por sus derechos lo hacen por una causa muy justa. Creo que las han abandonado, pero esto cambiará en el futuro. El problema surge cuando no se logra desvincular la trata con la prostitución. Y no tienen nada que ver.

¿Eres optimista respecto a la situación de las prostitutas en España?

No, no lo soy. No se va regular porque como es un problema que atañe a mujeres, en su mayoría inmigrantes, muchas sin papeles, que ni tienen derecho a votar, a ningún gobierno le interesa. Lo que sí creo es que las propias prostitutas están cambiando de actitud.

¿En qué sentido?

En los últimos años, ha surgido una nueva generación de prostitutas jóvenes con otra mentalidad, que ya no se plantean esconderse. Esto es muy novedoso. Incluso se están empoderado de la palabra puta. Si seguimos por este camino en 30 años habrá cambiado la concepción que tenemos de ellas. Igual que ahora hablamos de estrellas porno que son muy conocidas y para nada se esconden.

De hecho en Nadie avisa a una puta hablas de prostitutas que hacen una gran labor social…

El primer capítulo es sobre un caso de una puta especializada en servicios a discapacitados. Me encanta esta historia porque te hace añicos el estigma. De repente te das cuenta que ésta no es la prostituta viciosa y ninfómana que te imaginabas. Tampoco es una víctima que te tenga que dar pena. Es simplemente una señora, que hace un trabajo muy digno, con una función social tan importante que de pronto es ridículo estigmatizarla. Muchos discapacitados y sus familias están muy agradecidos a estas señoras que les alivian y les hacen sentir bien.

Cuéntame una última cosa sorprenderte del mundo de la prostitución en España que no pueda imaginarme.

El proxenetismo en nuestro país se ejerce mucho por mujeres. Normalmente se trata de mujeres que eran putas y se montan un negocio en un piso y se hacen madama. Claro que también hay proxenetas hombres, pero también bastantes mujeres. Pero es así. Hay muchas mujeres proxenetas en España.

La ilustración de Carla Berrocal dedicada al capítulo de la asistenta.

Cortesía de Libros del K.O.

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