Rincones a salvo del calor

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MAYA HANSEN. «El sol no está hecho para mí» «Esta es la azotea de las fiestas, pero nocturnas, que es cuando corre el viento y mi piel no peligra», dice Maya. «Como el resto de pisos del edificio son oficinas, podemos estar hasta el amanecer, siempre y cuando no venga la policía», bromea. En este rincón también se nota su personalidad. «Me va el rollito recargado y femenino. No lo puedo evitar, soy así». Este mes cogerá una semana libre. «Iré a Formentera con mi marido y socio, Chema Antón, a la costa Calma, a comprar cervezas para refrescarnos y tirarme en una tumbona bajo una sombrilla». www.mayahansen.com

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BÁRBARA GARCÍA. «En verano habito terrazas» Espera que pronto se la reconozca como Santa Barbarella, el proyecto de rock de esta modelo que ha desfilado para McQueen, Céline o Rodarte. «Soy música desde hace años y ahora estoy centrada en ello». Estos meses divide su tiempo entre sesiones fotográficas y el estudio de grabación. Después del trabajo, «ocupo las piscinas de amigos y habito terrazas como esta –la del museo Reina Sofía– para comentar la expo de Dalí. Al atardecer, voy a la del Círculo de Bellas Artes a tomar unas cañas».

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MARCELA MANSERGAS. «Como la reina de las fiestas del pueblo» Así se siente la diseñadora en el balcón de su taller, en su casa de la calle Mayor de Madrid. «Desde aquí veo el Ayuntamiento. Es una zona muy tranquila, parece un pueblo invadido por guiris». Esta habitación es su territorio. «Ni mi chico ni mi hijo entran, salvo cuando la transformo en el salón de las cenas de verano». Sale al balcón a fumar y sus brazos tatuados destacan todavía más entre los trajes de novia que hace a medida. «Tengo un lado oscuro y otro más dulce. En el fondo, soy una ñoña vestida de macarra». www.marcelamansergasatelier.com