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¿Puede un blog de recetas insultar a todos y tener éxito?

Los temibles ‘foodies’ de Thug Kitchen arrasan entre los amantes de la cocina vegana. Acaban de publicar un libro de recetas para seguir hostigando a los malos comedores.

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Sarna con gusto no pica. Eso es lo que deben pensar los miles de lectores que cada semana se prestan voluntariamente a que la lengua bífida del blog Thug Kitchen los zurre por desobedientes. El matrimonio formado por Michelle Davis y Matt Holloway, responsable del invento, lleva dos años ofreciendo alternativas a lo que ellos llaman "basura envasada" y otros productos prohibidos por su condición de veganos. La editorial estadounidense Rodale Books acaba de ficharlos para poner negro sobre blanco todo aquello en lo que creen. Thug Kitchen: Eat like you give a fuck (Cocina a lo bestia: Come como si de verdad te importara), publicado el pasado lunes, ya ocupa el quinto lugar de la lista de best sellers de Amazon en Estados Unidos, cuatro puestos por encima del famoso libro de Lena Dunham.

El estilo implacable y las hirientes perlas que acompañan a cada una de las creaciones del blog lo han convertido en una de las referencias más heterodoxas y odiosas de quienes buscan que alguien enderece su forma de alimentarse. Medio millón de seguidores en redes sociales y la bendición de la ilustre vegana Gwyneth Paltrow avalan el recorrido viral de un proyecto que comenzó como una broma y ha acabado en las estanterías de las librerías. "Recuerdo aquellos días en los que estaba segura de que la porquería envasada que compraba a mis hijos era un alimento completo. Cómo podía ser tan vaga e imbécil". De esta forma resume la idea principal de Thug Kitchen una de las actrices que protagoniza el vídeo de presentación del libro.

¿La clave? Recetas fáciles y sanas, preparadas con productos locales y en las que los alimentos precocinados o de origen animal están completamente prohibidos. Ese es el concepto que articula un recetario plagado, además, de innumerables vulgaridades. En una entrevista concedida al diario New York Post, los veganos más malhablados de internet explicaban recientemente cómo trabajan. "Michelle cocina y yo saco las fotos. Luego escribimos la receta juntos", decía Matt Holloway. Esas redacciones no tienen desperdicio: "Come unos malditos espárragos. ¿No te apetece dar un toque divertido a tu orina?", por ejemplo. "¿Un smoothie de siete dólares? Por favor, que le den por saco a [la cadena de batidos] Jamba Juice. Prepáralo en casa, joder".

Thug Kitchen recibió en primavera el premio revelación al mejor blog de gastronomía del año de la revista especializada Saveur, un galardón que reconoce por encima de todas las cosas la originalidad de la apuesta. Además medios como The Washington Post o The Daily Beast también han puesto la mirada sobre ellos. "Estábamos hasta las narices de esa superioridad moral con la que hablan algunos supuestos gurús de la cocina sana. Queremos decir a la gente que no hay nada malo si piden una simple ensalada, en plan '¡quiero mi puta ensalada, joder!", aseguraba el matrimonio en una entrevista.

El objetivo tanto del blog como del libro es básicamente uno, simplificar y desacralizar un plato de verduras. "No tenemos que recorrer diecisiete putos mercados veganos para encontrar los ingredientes. Basta con ir al jodido supermercado y ver lo que hay al lado de la salsa barbacoa", dicen. Frente al estilo almibarado de otros colegas, Thug Kitchen propone cocinar sin tonterías. El tabulé de garbanzos –"puedes convertirlo en un sandwich si metes toda esa mierda dentro de un pan"– y la sopa de tomate –"evita todas las toneladas de sal que lleva la basura enlatada"– son algunos de sus platos estrella. Con ellos, los delicados de estómago tienen un campo de posibilidades para disfrutar de la comida sana. Los delicados de espíritu, por el contrario, puede que se atraganten.

Sugerencias para presentar algunas de las recetas. No las vamos a traducir.

thugkitchen.com

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