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Poder afroamericano, pero ni cómico ni del Bronx

La familia más influyente de EE UU es negra, tiene una discográfica y protagoniza la serie ‘Empire’, que ha cambiado las tornas sobre el grupo que dicta las tendencias.

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No había pasado algo parecido desde 1992: en la televisión norteamericana reinaba Roseanne y el evento más esperado era, como hoy, la Superbowl. Pero algo cambió el 7 de enero de este año, cuando la Fox estrenó la serie Empire. Ante la pequeña pantalla, 9,9 millones de espectadores se engancharon a la trama inspirada en «el rey Lear, de William Shakespeare, pero en clave hip hop», como cuenta el crítico televisivo Jefferson Grubbs. Aunque para su realizador, Lee Daniels, se asemeja más a la «grandiosa y espectacular Dinastía. Pero con menos florituras».

En ella aparecían Joan Collins y Linda Evans, como Alexis y Krystle Carrington, y Diahann Carroll, como Dominique Deveraux, la primera millonaria negra en televisión.

Los casi 10 millones de espectadores de Empire no llamaron la atención en un mercado que produce al año más de 100 ficciones. Pero al finalizar su primera temporada, el 18 de marzo, había sumado 8 millones de espectadores más, según datos de Nielsen. La consultora explica que ninguno de sus capítulos dejó de crecer gracias al empuje de la población negra, que la sigue más que a la mencionada Superbowl (en la franja de menos de 50 años). Según sus cifras, el 71% de afroamericanas entre 18 y 49 años (la más codiciada por las firmas) no se la pierden. Y en twitter es el drama más importante, por encima de Scandal (protagonizada por Kerry Washington) y The Walking Dead. «Su éxito se debe a que por fin se atiende a una demanda. Los ejecutivos debieron aprender del triunfo de La hora de Bill Cosby. Pero desde su fin solo produjeron comedias o dramas de gueto. Se olvidaron de la influencia económica y cultural de esta población», explica Josef Adalian, de la revista Vulture.

©20thCentFox/Courtesy Everett Collection

Naomi Campbell interpreta a la diseñadora Camilla Marks en la serie ‘Empire’.

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David Kaufman, del New York Post, asegura que la ficción «está redefiniendo la estética de los ricos en EE UU». Si en su predecesora, la caucásica Dinastía, del armario se encargaba Nolan Miller, en Empire lo hacen Rita McGhee y Monique Mosley. Ellas son las artífices de los looks de sus protagonistas –Terrence Howard, Taraji P. Henson y Gabourey Sidibe (con nominación al Oscar)–, además de los de las secundarias de lujo como Courtney Love o Naomi Campbell.

Por su parte, Timbaland, el marido de Mosley, está detrás de la banda sonora. Ésta logró el número uno de la lista Billboard la semana del 11 de marzo, la misma en la que Madonna publicó su Rebel Heart y tuvo que conformarse con un segundo lugar, algo que no le había ocurrido en los últimos 18 años. La cantante, conocida por su capacidad para reconocer una tendencia rentable, contrató a Howard para que la acompañara en su segundo single, Ghost Town, y logró el número uno en iTunnes. La ambición rubia sabe lo que funciona.

Courtesy Everett Collection

El diseñador de vestuario de ‘Dinastía’ contaba con un presupuesto de 31.000 euros semanales.

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©NBC/Courtesy Everett Collection

‘El príncipe de Bel-Air’ marcó el tono cómico de las series protagonizadas por afroamericanos desde los noventa a hoy.

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