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Pijas, coquetas y con escopetas

La chef Giorgia Pellegrini organiza fines de semana ‘de luxe’ para chicas en los que aprenden a cazar, despellejar y cocinar todo tipo de animales.

Adventure Getaways

Podría ser el argumento de un capítulo de Mujeres Desesperadas, pero cambiando Wisteria Lane por un páramo tejano. Un grupo de amas de casa de mediana edad, impecablemente ataviadas con su indumentaria campera, melenas relucientes, manicura perfecta y bastantes sesiones de bótox por centímetro de piel. Todas con su rifle de caza o, en su defecto, con una caña de pescar. Comandando la expedición, Giorgia Pellegrini. Rubia melena al viento, gafas de aviador, vaqueros ceñidos, camisa de cuadros y botas de campo. Escopeta en ristre y dispuesta a disparar, cargar el arma, cazar y volver a casa con sus piezas listas para despellejar o desplumar, sazonar y echar a la cazuela. Caminando entre matorrales como una top model, sensual contoneo pero con paso firme. Son las Adventure Getaways, escapadas agrestes de fin de semana, fundamentalmente para mujeres y despedidas de solteras. En ellas estas elegantes señoras aprenden a cazar para sobrevivir, a manejar una escopeta y a preparar platos dignos de chef con sus estrellas Michelin. Todo, sin perder ni un ápice de feminidad.

Adiós al mito de que las mujeres con un arma larga vienen a ser un híbrido andrógino entre la Teniente Ripley y Lara Croft, que se las ve venir de lejos. Giorgia es guapa, elegante, fotogénica. Femenina, muy femenina. Que parece más bien que te va a cocinar una tarta de manzana o a dar una charla sobre las bondades de la vida como ama de casa. Tan endiabladamente pija y henchida de ese halo 'easy living' americano que podría ser imagen de una campaña de un Tommy Hilfiger campestre. Hasta que te enseña los moratones del hombro izquierdo, por aquello del retroceso del arma con cada disparo. Entonces sabes que va en serio. Que lo suyo es apretar el gatillo para cazar. Cuando la ves despellejar una ardilla para hacer pinchitos morunos no te queda ninguna duda.

La de Giorgia podría ser la típica historia de broker de la Gran Manzana (era analista en Lehman Brothers) que un día abandona el negocio financiero por otras tareas más lúdicas. En su caso, ya había tanteado otros derroteros más cárnicos. Fue durante su período de aprendizaje como cocinera en Blue Hill at Stone Barns, un restaurante muy 'hipster' a las afueras de Nueva York con granja y huerto orgánico, cuando dio matarile por primera vez a un animal para mandarlo a la cazuela. “Emocionalmente fue un momento muy intenso. Siempre da miedo cruzar esa línea pero, una vez hecho, me sentí muy natural”, confesaba a la CNN.

Facebook – Georgia Pellegrini

Visto lo que le gustaba, se marchó a vivir a un rancho con el objetivo de ser nutricionalmente autosuficiente. Esto es, con su huerto y abundante caza para garantizarse la proteína animal fresca necesaria. Y volcó todo su saber en un libro, Girl Hunter. Que, pongamos por caso, viene un cataclismo como el que plantean en la serie Revolution y adiós vitrocerámica, congelador y microondas, Giorgia nos enseña a elaborar salchichas de ciervo, que aguantan más sin refrigeración. Y codornices rellenas, tayín de faisán y otras muchas recetas altas en proteínas y bajas en grasas saturadas. Algo así como la dieta Dukan, pero a lo bruto. Más tarde llegó Modern Pioneering, con más de 150 recetas y consejos para sobrevivir en la campiña sin tener que pisar el supermercado. En su canal de Youtube se pone en plan Arguiñano a enseñar trucos gastronómicos para omnívoras. Que lo mismo te da las claves para cocinar una boloñesa deliciosa o para despellejar un pichón.

Del éxito literario dedujo que había muchas féminas interesadas en seguir sus pasos. Y de los Girl Hunter Adventure Getaways, esas escapadas de fin de semana para ricas ejecutivas, recién divorciadas y estresadas en general, a las que enseña a moverse por el campo como auténticas depredadoras. Las monta por todo el país: Texas, Montana, Georgia… Allá donde haya un buen rancho con todo tipo de lujos para el descanso de las guerreras. Y no son baratas: unos 1.500 euros el fin de semana, todo incluido. Puestas a conseguir una presa, todo vale: desde codornices a gamo, jabalí, corzo e, incluso, ardillas. Antes de salir, no faltan buenos consejos de belleza para mantenerse guapísimas durante la cacería: llevar cacao, lágrimas artificiales, ropa femenina que no se arrugue, una hidratante con SPF 50 y PA +++ (o sea, poner todos los medios para que el sol no provoque daños en sus sutiles pieles). Con las recomendaciones aprendidas, ya solo falta montarse en el 4×4 y darlo todo en el monte. Y ahí las tienes, embarradas y rifle en ristre, dispuestas a cazar, desplumar, quitar los intestinos y zamparse la carne de faisán del día, todo regado con buenos vinos. Todo muy Shoot, Kill, Eat versión 'deluxe'.

Giorgia acoge despedidas de soltera y escapadas cazadoras para parejas. La blogger Amy de She Wears Many Hats, una perfecta esposa y madre de Carolina del Sur, narra así su primera experiencia: “Era impresionante ver a un montón de mujeres que se encontraban como desconocidas y acababan uniéndose como si se conocieran desde hace años”. El post hace un apasionado relato del día de caza que termina, como no podía ser de otra manera, con un delicado baño de espuma en una cabaña la mar de cuqui, más propia de revista de decoración que de escapada cazadora. Recoge hasta el regalo que se llevan todas las participantes. Un colgante con una bala Winchester 28 de Sure Shots, una empresa de joyería que elabora sus piezas a partir de elementos de balística. Detalles de coquetería que ni olor de la pólvora puede borrar. 

Facebook – Georgia Pellegrini

Georgiapellegrini.com

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