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Guía para uso y disfrute de un cuadernillo de verano para adultos

Están de moda los ejercicios veraniegos para mayores, pero practicarlos siempre dependerá de cómo nos planteemos nuestras vacaciones.

Blackie Books edita por quinto año consecutivo su 'Cuaderno de vacaciones para adultos'.
Blackie Books edita por quinto año consecutivo su 'Cuaderno de vacaciones para adultos'.

Cuando eras pequeño y llegaban las vacaciones, ante ti estaban meses de disfrutar del mayor de los placeres: no hacer absolutamente nada. Mañanas de sofá viendo series repetidas, siestas infinitas y tardes en la piscina con los amigos, para matar el tiempo entre la playa con tus padres o las escapadas al pueblo. O eso pensabas tú, porque entonces tus padres aparecían con un regalo: cuadernos de vacaciones. Es decir, cuadernos para seguir haciendo ejercicios y que no se te olvidase parte de lo aprendido. La cuestión es que al final no estaban tan mal y cumplían su cometido. Pero, ¿pueden ser útiles también para los adultos? Desde hace unos años, y parte de culpa la tiene la versión puramente lúdica y volcado al entretenimiento del Cuaderno de vacaciones de Blackie Books, parece que están por todas partes. ¿Para qué los necesitamos?

No perder la habilidad mental

“Los cuadernos para adultos son recomendables para aquellos que les guste hacer cuadernos, igual que la gente que le gusta hacer sudokus. Hay mucha gente a la que le gusta retarse, valorarse a sí mismos para ver cuánto saben, de cuánto se acuerdan, porque eso les activa mental y anímicamente”, apunta la psicóloga y coach Raquel Gargallo. Por su parte, la pedagoga Cristina Conde cree que “los cuadernos de verano son herramientas de aprendizaje para mantener la actividad cerebral y la agilidad mental tanto en niños, como en adultos”. Insiste igualmente en que ejercitar la mente no tiene momento o edad, “incluso en las residencias de la tercera edad se suelen realizar sesiones de actividades para que sigan manteniendo su actividad cerebral: como cortar, pintar, recordar, la hora, el día y el mes, nombre de provincias y capitales, nombres de sus familiares, nombres de las comidas, alimentos que realizan…”.

La pregunta es entonces si estos ‘deberes’ tienen sentido también durante nuestras vacaciones. Según la psicóloga Raquel Gargallo, este tipo de cuadernos son útiles si no queremos que al llegar al trabajo, nuestra mente se haya quedado demasiado en blanco. “A los adultos nos puede pasar que nos quedemos a cero, si realmente pasamos de estar muy activos mentalmente, a realmente no hacer nada de nada, no es muy común, pero puede suceder”. También depende mucho de cuáles sean nuestras vacaciones. Es obvio que nos estimulamos más mentalmente viendo arte en un tour por Italia, que si nos vamos a pasar quince días de la piscina a la playa.

La pedagoga apunta a que “por ejemplo, si estamos realizando un viaje y cada día visitamos lugares nuevos, con apenas tenemos tiempo para descansar, es mejor dejar los cuadernos de verano en casa y disfrutar del viaje”. Sin embargo, “imaginemos otro tipo de vacaciones en las que estamos en un apartamento cerca de la playa y diariamente disponemos de mucho tiempo libre. En estos casos es en los que recomendaría realizar algún cuaderno de verano”.

Una de las págonas del cuaderno de vacaciones para adultos editado por Blackie Books.
Una de las págonas del cuaderno de vacaciones para adultos editado por Blackie Books.

Una diversión pero no una obligación

La idea de este tipo de ejercicios es que sirvan como un pasatiempo de ocio y nunca como una tarea obligada. Es decir, que nos diviertan, pero no nos recuerden a nuestras rutinas laborales.
Tal y como relata Cristina Conde, “sucede tanto en los niños como en los adultos, que si se deja de realizar actividades durante mucho tiempo, luego no recuerdan cómo se hacían, por lo que el comienzo de curso o del trabajo puede costar mucho más”. De esta forma su consejo es que obviamente “no es necesario ni recomendable pasar todas las vacaciones realizando cuadernos de verano”, ni para los niños, ni para los mayores. Lo que sí es bueno es que “después de un tiempo de descanso, como un par de semanas, se vaya retomando la actividad mental de cualquiera de las maneras que se nos ocurran”, y optar por un cuaderno de verano puede ser buena idea.

“La mente hay que entrenarla y ejercitarla, pero cada uno para sacarle el máximo rendimiento, sin que sea una obligación”, sentencia por su parte Raquel Gargallo. Como psicóloga, considera que “podemos ejercitar nuestra mente, pero siempre eligiendo algo que nos guste, que nos mantenga activos y que nos haga ser más ágiles mentalmente por nosotros mismos, no por trabajo, ni por competir con mi compañero, ni por otra cosa que no sea una motivación importante para ti”.

Por eso insiste en que antes de plantearse o no realizar “deberes” de cualquier tipo, durante las vacaciones, lo primero que hay que hacer es “aprender a no hacer nada”.  No a todos los adultos se les da bien, lo que los italianos llaman il dolce far niente. “La mayoría de ellos no saben o no se permiten estar sin hacer nada. Están tan acostumbrados a llevarse por la inercia que muchas veces en vacaciones se aburren cuando no hacen nada, y se llenan de obligaciones creyendo que es el escenario perfecto para quedar con mucha gente, tener mil compromisos y se olvidan de lo más importante: tener tiempo solo para ellos mismos”.

Otras formas de estimular la mente

Si ya hemos dominado lo de disfrutar de no hacer nada y queremos algo de actividad, pero lo de los cuadernos de verano no termina de ser lo nuestro, hay otras formas de estimular la mente en verano, haciendo que sea siempre un placer y nunca un fastidio. Además de disfrutar del tiempo a solas, con un buen libro o unos pasatiempos más al estilo tradicional, con sopas de letras y crucigramas incluidos, las vacaciones son también para compartir con la familia. De esta forma Raquel Gargallo recuerda que una buena forma de aprovechar tiempos muertos puede ser “con algún juego de mesa, para mantener tu mente y tu bienestar activo y hábil, que siempre es más divertido y más sano que decidir repasar los informes del trabajo si se tiene demasiado tiempo libre”. Insiste en recordar que los adultos, al igual que los niños, “seguimos necesitando juegos y risas”, aunque a veces se nos olvide.

“Otra actividad también muy interesante es, nada más levantarse, escribir ideas en un folio, sin ninguna intención, sólo escribir qué piensas, qué sientes, qué esperas del día”. Según la psicóloga esta es también una manera que trabajar la mente, “ya que la escritura a mano está cada vez más olvidada y tiene unos beneficios sorprendentes, mejora el aprendizaje, mantiene el cerebro activo, te ayuda al proceso de antienvejecimiento, es un buen entrenamiento para la memoria, las habilidades motoras y es una gimnasia también para nuestra vista. Además nos sirve para liberar emociones que quizá salgan en estados de relax, ya que no tienen nada que les bloquee”.

Por supuesto no olvida otro imprescindible del verano, sobre todo para los viajes largos. “Escucha música, pon banda sonora a tu verano, y no solo con la canción del chiringuito. Escuchar música contribuye a mejorar las habilidades cognitivas, especialmente aquellas relacionadas con la expresión oral y escrita y las matemáticas”.

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