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Mundial 1 – Libido 0: ¿Afecta el fútbol a nuestras relaciones sexuales?

Las estadísticas demuestran que la gran mayoría de los aficionados a este deporte aparcan la sexualidad durante los grandes torneos y reservan toda su testosterona para animar a su equipo.

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Getty

La afición por el deporte mundial puede ser tal que relegue a un segundo plano hasta el sexo, o al menos lo haga depender de si el equipo favorito ha ganado o no. Eso es al menos lo que se deduce de un informe que la marca más lujosa de juguetes eróticos, Lelo, ha publicado recientemente y cuya conclusión es que las ventas de sus productos aumentan considerablemente antes de los acontecimientos deportivos de relevancia mundial como la Champions League, la Super Bowl o el Tour de Francia. Normalmente los hombres son, en todo el mundo, entorno al 48-52% de los compradores de juguetes de Lelo pero en semanas previas a estos eventos, el género masculino se convierte en el 72% de los clientes de esta marca. Otro dato interesante es que los productos que adquieren los caballeros –que en épocas normales serían artículos para disfrutar en pareja– en periodos pre deportivos son vibradores para mujeres. Concretamente, el modelo Soraya o Gigi 2, especialmente indicado para el punto G, son las estrellas y sus ventas han aumentado este mes en un promedio del 60%. ¿Tienen los hombres la sana intención de que exploremos nuestros cuerpos y nuestras capacidades de placer y que experimentemos nuevas sensaciones con tan sofisticadas y precisas máquinas? Me temo que no y que más bien obedece a lo que Lelo llama “brownie sports points”, cuando el hombres compran regalos de consolación a su pareja, anticipando que va a pasar menos tiempo con ella del que debería.

Un partido cada día puede convertirse en el antídoto de la lujuria, sobre todo si el equipo preferido no ha tenido los resultados esperados. Siguiendo esta teoría, deberíamos pensar que los desastrosos resultados de La Roja han dejado a los españoles “castrados” para una larga temporada, lo que puede interpretarse de dos maneras. Tras el colapso inicial, el interés por el Mundial de Fútbol decae y, después de un periodo de recuperación, el hombre está otra vez dispuesto a cumplir sus deberes eróticos. Existe también la opción B: que el aficionado adopte una nueva nacionalidad, y esta vez se asegure de que es una opción ganadora, para así poder mantener la emoción hasta el final, con lo que estamos, de nuevo, como al principio. Mundial: 1- Libido: 0.

Manex Rekarte, socio fundador de La Juguetería (lajugueteria.com) una marca con dos tiendas eróticas en Madrid, reconoce que lo más demandado, desde que ha empezado el torneo “son los vibradores Soraya y Fifi, junto con G-Ki, que es un juguete verdaderamente sorprendente y eficaz. Se venden también muchos dados y talonarios de cheques regalo, esos que ponen: “Vale por una noche de sexo salvaje” y cosas así. Y lo que hemos visto también en la tienda es que desde la derrota de España se han incrementado la venta de afrodisíacos y estimulantes naturales”

Las ventas de juguetes eróticos aumentan cuando hay competiciones deportivas importantes.

La cantidad de merchandising sexual que ha generado el mundial, podría hacer pensar en el fútbol como el supremo afrodisíaco. El hombre se mantiene concentrado en el partido, pero una vez que éste ha acabado, ha visto las repeticiones de gol una y otra vez, y lo ha comentado suficientemente con sus colegas forofos, de palabra y por todas las redes sociales posibles, la lujuria se desata. Según un estudio realizado por el Departamento de Educación Sexual de PRIME Argentina, el 93% de las personas prefieren festejar los triunfos de sus equipos teniendo sexo. De 492 personas encuestadas, 187 de ellas aseguraron que verán los partidos junto a sus parejas, porque esperan obtener algún tipo de premio o consuelo, dependiendo del resultado final. Pero me temo que estas conclusiones no son extrapolables a otros países.

Para esas personas, a las que el fútbol y sobre todo el triunfo de su equipo ganador, le sube los niveles de testosterona hay toda una gama de productos que unen sexo y pelota. Prudence, una firma brasileña de condones, ha creado uno con los colores de la camiseta de Brasil, el nombre de Neymar y el número 11, que luce este habilidoso jugador; y cuenta con otro con sabor a caipirinha. La línea de cosmética erótica INTT vende un gel para masaje comestible que se llama Hexa Brasil, en alusión al hexa campeonato del mundo que los hijos de la Amazonía esperan ganar. Playboy sacó otra línea de preservativos con los colores de las selecciones de México, Argentina, Alemania, España, Brasil y EEUU. Es probable que los nacionales hayan acabado haciendo el papel de bombas de agua, tirados desde un balcón para asustar a los desprevenidos y nada culpables transeúntes. O puede que, una vez caducados, sirvan como recuerdo de aquel nefasto mundial, en el que ni ganamos, ni pudimos, siquiera, utilizar el preservativo.

El estudio que acaba de realizar Durex dentro de su campaña Don´t Fake it, refuerza la tesis de que este deporte de pelota, enfría los ánimos, por no decir las mismas, ya que el 40% de los hombres, de los 2.000 encuestados, prefieren ver el partido a tener sexo. El 37% aceptaría proposiciones sexuales de sus parejas, si pudieran hacerlo con la televisión encendida; mientras el 42% estarían dispuestos a satisfacer las demandas eróticas, para mantener la paz, pero lo harían más rápido que de costumbre, para acabar antes. La campaña que la marca de preservativos ha lanzado, con motivo del mundial, denuncia la simulación, en el campo de juego y en la cama, y su anuncio enseña a jugadores, en cámara lenta, fingiendo faltas o agresiones por parte de sus rivales. La firma más vendida de condones en todo el mundo, nos insta a que este verano sea más de estimulación que de simulación y que juguemos el “partido” poniendo toda la carne en el asador. Ya está bien de excusas, Durex recuerda que mientras los hombres son más directos a la hora de buscar pretextos, y no tienen problemas en decir “quiero ver el partido”, las mujeres damos más rodeos y por ejemplo decimos que “estamos cansadas”. Otros pretextos muy socorridos, para ambos sexos, son: “me duele la espalda”, “tengo dolor de cabeza”, “he estado trabajando hasta tarde”, “tengo trabajo que hacer”, “estoy demasiado borracho/a”, “¿podemos hacerlo más tarde?”, “no me siento bien” y “tengo que madrugar mañana”.

Según Santiago Frago, sexólogo y codirector del Instituto Amaltea, centro especializado en sexología, en Zaragoza, “el sexo nunca se ha llevado muy bien con el fútbol, porque el aficionado está muy centrado en los partidos y eso no significa solo el momento del juego, sino que implica una serie de rituales como ir de cañas antes con los amigos, quedar después para comentar el resultado, etc. Tradicionalmente, éste siempre ha sido un deporte de hombres y, aunque ahora hay muchas aficionadas, yo creo que el género masculino lo sigue viendo como un espacio muy suyo, muy privado, en el que además, curiosamente, se producen escenas de demostración de los sentimientos, poco usuales entre los hombres. Cuando el equipo marca un gol se abrazan, se besan, se tocan…lo mismo que los jugadores. Se han comentado muchas veces que los forofos gustan de celebrar su victoria con sexo, ya sea con su pareja o con profesionales. Yo lo dudo, yo creo que prefieren estar en ese momento con sus amigos, que en la cama con alguien”.

Cada vez hay más mujeres aficionadas al fútbol. Sin embargo, hay pocos estudios al respecto, lo que entraña una pobre visión comercial y de marketing. Hay todo un mercado esperando ahí fuera que demanda algo más que anuncios sexistas y tontos, en los que las mujeres esperamos, sin otra cosa mejor que hacer, a que nuestros hombres regresen de la guerra, el Mundial de Fútbol, y quieran estar de nuevo con nosotras.

Los condones de Playboy dedicados a nuestra selección.

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