Más de 500 cócteles para sorprender: el icónico licor con el que triunfar en las próximas fiestas navideñas
Con una receta que se mantiene inalterable desde su creación y una botella inspirada en los perfumes de la Belle Époque, Cointreau tiene el poder de convertir cualquier bebida en un combinado perfecto para celebrar y brindar esta Navidad.
Desde The Original Margarita o el legendario Cosmopolitan hasta el londinense y centenario Sidecar o el reinventado Daiquiri L’Orange, la versatilidad de Cointreau lo ha situado como ingrediente imprescindible de más de 500 cócteles. Y la lista sigue engrosándose cada día gracias a la calidad de un licor creado en 1885 a partir de la selección y destilación de las mejores pieles de naranja dulces y amargas. Quizá la paradoja que hace de Cointreau un licor tan especial, y le otorga un puesto obligado en tu minibar durante estas fechas festivas, es su capacidad para convertir en extraordinario hasta el cóctel más simple al mismo tiempo que mantiene inalterable su receta centenaria. Una chispa natural y sin aditivos, de intensos aromas afrutados y cítricos, que logra un balance perfecto entre dulzor y frescor.
Para celebrar su estatus como catalizador y sinónimo de la cultura cóctel, Cointreau presenta un rediseño de su botella que, además de reforzar su identidad y usabilidad, rinde tributo tanto a la historia de la Maison como a su ingrediente principal. Las pieles de naranja se muestran ahora en el exterior del packaging, el tapón incluye un acabado texturizado que evoca esta fruta y se introduce un guiño a los 19 alambiques de cobre –como los empleados hace más de un siglo por su fundador, Édouard Cointreau– donde se destila. Natural de la localidad francesa de Angers, su característica botella ámbar y cuadrada, fabricada con vidrio reciclado e inspirada en la elegancia de los perfumes de la Belle Époque, cuenta a su vez con una ilustración de la puerta de su primera destilería e ilustraciones de sus vidrieras en los laterales para reafirmar su vocación modernista. El homenaje se completa con el característico medallón que indica tanto el año como el lugar de origen de la Maison.
Dentro de la evolución de Cointreau, hay elementos en su historia que permanecen inalterables. Como la alianza perfecta entre Cointreau y el tequila. Cuando la socialité estadounidense Margaret Sames decidió crear allá por 1948 un cóctel con el que poder agasajar a los invitados que acudían a sus exclusivas fiestas en su casa de Acapulco, apostó por utilizar sus dos licores favoritos. Margarita, como era popularmente conocida entre la jet-set de la época, buscaba dar con una bebida que pudiera ser disfrutada durante todo el día junto a la piscina por amigos de la talla de John Wayne o Lana Turner. Sin saberlo, acababa de inventar y dar nombre a uno de los cócteles más populares y personalizables de la historia de la mixología, disfrutable y vigente tanto en aquellas fiestas de la costa mexicana de los años 50 como en cualquiera de las muchas citas navideñas que se avecinan en las próximas fechas. Y su creadora, consciente de las bondades del licor trip sec de naranja por excelencia, tenía claro cuál era su mayor secreto: “Porque un Margarita sin Cointreau no vale ni su propia sal”. Más de 170 años de historia, legado familiar y savoir faire dan para mucho.
También para seguir brindando con él en nuestras celebraciones. En unas fechas tan especiales, Cointreau apuesta por convertirse en el mejor compañero creativo no solo de los mejores bartenders sino también de los mixólogos aficionados que tratarán de conquistar a sus invitados con sus creaciones. Aunque sus cualidades cítricas y frutadas harán volar tu imaginación con centenares de posibilidades diferentes, no hay una opción más sencilla, atemporal o ganadora que un refrescante Margarita para asegurar que los brindis sean tan prósperos como los deseos compartidos. Y si quieres bordar la receta que popularizó Margaret Sames, solo tienes que seguir leyendo:
The Original Magarita
Ingredientes: 30 ml de Cointreau, 50 ml de tequila blanco, 20 ml de zumo de lima, sal y una rodaja de lima.
Son innumerables las versiones de este cóctel que han ido apareciendo y amenizando nuestras veladas a lo largo de los años, pero la receta original es ya un incunable de nuestro tiempo que no por simple ha perdido un ápice de excelencia. Primero comienza haciendo un borde de sal en tu vaso y, si te apetece, permítete jugar con las diferentes variedades en el mercado –sal rosa del Himalaya, egipcia o de Guérande, por ejemplo– para darle un sutil giro a tu creación. Después combina todos los ingredientes en una coctelera con todo el hielo que puedas y agita con vigor, hasta que el exterior de la misma quede bien helado. Por último, cuela la bebida en un vaso de Margarita y adórnala con una rodaja de lima. Disfruta del equilibrio óptimo entre acidez y dulzor que propone el icónico licor de naranja Cointreau y viaja, sin billete de vuelta, al Acapulco de los años 50.
