_
_
_
_
_

Los nuevos galeristas de arte venden por Instagram y crean comunidad

Estos galeristas han lanzado sus proyectos en los últimos años. Desde Valencia, Santander, Marbella o Palma de Mallorca buscan impulsar nuevos focos creativos a través de una visión muy personal. Combinan lo local y lo internacional, ofrecen residencias a sus artistas, venden por Instagram o apuestan por dar voz a creadores que desafían el canon.

Marc Bibiloni ante la obra 'Ghost, Wings
Fire', de la artista barcelonesa Marria Pratts.
Marc Bibiloni ante la obra 'Ghost, Wings Fire', de la artista barcelonesa Marria Pratts.Antártica
Ana Fernández Abad

Ismaël Chappaz (House of Chappaz, Valencia): “Me inspiro en las cosas de ‘voguing’, quiero crear comunidad, familia”. 

Cada día, al levantarse, Ismaël Chappaz (Valencia, 40 años) ve en su habitación una pieza de Carles Congost que le dio su hermano y un grabado de Jean Cocteau regalo de su madre. En su caso, el arte es cuestión de familia. En junio de 2019 inauguró su nueva galería, House of Chappaz, con una exposición comisariada por Eduardo García Nieto y titulada Les Enfants Terribles, precisamente un guiño a Cocteau. “Presentamos a todos los artistas en el interior, en mi casa, queríamos mostrar el diálogo de los artistas de la galería con la colección de mi familia”, explica. No se trataba de la primera experiencia como galerista de Chappaz, pero este proyecto sí es el primero que lleva su apellido, el mismo de su tío abuelo, el escritor suizo Maurice Chappaz, que en 1997 mereció el Premio Goncourt de Poesía. Junto a su exmarido, Ismaël había creado en 2011 Espai Tactel, y en 2019 inició esta nueva etapa que desde el nombre era una declaración de principios: “Me inspiro en las casas de voguing, quiero crear comunidad, familia, que los artistas definan la galería y la galería defina a los artistas y todos nos sintamos identificados”.

Ismaël Chappaz, en su vivienda-galería situada en el céntrico barrio del Carmen de Valencia.
Ismaël Chappaz, en su vivienda-galería situada en el céntrico barrio del Carmen de Valencia.Antártica

Dejó Ruzafa por el barrio del Carmen y su galería cuenta con otro espacio en Barcelona, junto al estudio de diseño Toormix. Lleva a 19 artistas, realiza ocho exposiciones al año y en 2023 estará presente en ARCOmadrid o Art Brussels, recalca que “las ferias son importantísimas”. En ese escaparate internacional muestra su visión personal del arte, que pasa por hablar de teoría queer o de feminismo. “En el mundo en general, y en el arte, sigue habiendo un enorme peso heteropatriarcal, pero hay una tendencia a rescatar sobre todo a mujeres olvidadas, era necesario”. El cambio, para él, puede iniciarse desde la concepción de la obra, como demuestran dos de sus artistas, Vicky Uslé y Carmen Ortiz: “El simple hecho de que produzcan obras dentro de las líneas más abstractas y minimalistas para mí es activismo, una acción política”. Uno de sus empeños es contribuir a formar nuevos coleccionistas porque, lamenta, “el coleccionismo está mayor en España, es preocupante, a la gente le cuesta acercarse al arte contemporáneo, cree que es superelitista”.

Obras de dos de los artistas de su galería, Ovidi Benet (piezas de cristal) y Aggtelek (enla pared), junto a unos ‘art toys’ de Kaws de su colección personal.
Obras de dos de los artistas de su galería, Ovidi Benet (piezas de cristal) y Aggtelek (enla pared), junto a unos ‘art toys’ de Kaws de su colección personal.Antártica

Mónica Álvarez Careaga (Exhibit, Santander): “La mayor parte de las ventas las hacemos por Instagram, el 60% o 70%”.

La carrera de galerista de Mónica Álvarez Careaga (Torrelavega, 58 años) comenzó después de dedicarse a la gestión cultural, al comisariado y de crear y dirigir una feria, Drawing Room, que este año no se celebrará en Madrid paralela a ARCO pero sí mantiene su cita en Lisboa. “Tengo una empresa de gestión cultural. A principios de 2021 empezamos a hacer exposiciones allí y en diciembre de ese año ya cogimos un local propio para Exhibit en el paseo marítimo de Santander porque habíamos visto que éramos capaces de vender obras”. Aunque vive entre Madrid y Santander se decidió por establecer la sede en su tierra natal porque “la ciudad vive un gran momento cultural; el Centro Botín tiene que ver en ello, y entre 2023 y 2024 se prevé que abran otros tres museos, y además Arte Santander es la segunda feria de arte más antigua de España, todo suma”.

Mónica Álvarez Careaga, ante la obra ‘¡Godot!’, 2022, del artista cántabro Jesús Alberto Pérez Castaños (JAPC), en su galería situada en la conocida calle Castelar de Santander.
Mónica Álvarez Careaga, ante la obra ‘¡Godot!’, 2022, del artista cántabro Jesús Alberto Pérez Castaños (JAPC), en su galería situada en la conocida calle Castelar de Santander.Antártica

Ya cuando en 2014 se encargó del Festival Miradas de Mujeres apostó por potenciar otros centros creativos lejos de los habituales: “El objetivo fue descentralizar el proyecto y llevarlo a todas las regiones, y ahora tener la galería en Santander también tiene que ver con que la mayor parte de las ventas las hacemos por Instagram, igual el 60% o el 70%, a clientes de todo el planeta que no conocemos”. Muchos de esos compradores proceden de Corea, Reino Unido, Taiwán, Japón, Estados Unidos o México. “¿Estar en Madrid es importante? Pues sí, es importante, pero los alquileres son carísimos”, reflexiona Álvarez Careaga, para quien la presencia online ha supuesto un cambio en el concepto de galería. “La pandemia hizo que curiosamente durante los meses en los que todo el mundo estaba paralizado se vendiera bastante arte a través de internet”, señala, y además destaca que “se vive un momento muy interesante en el que una docena de artistas españoles han conseguido tener una audiencia global, como Ana Barriga, Javier Calleja y Okuda San Miguel, y eso supone un tirón impresionante para el arte español”.

Este último es uno de los creadores que tiene en su galería, donde en 2022 realizó 12 exposiciones y con la que esta primavera debutará en la feria de Busán (Corea del Sur). Álvarez Careaga recalca que “el mercado del arte está completamente globalizado” y destaca la importancia de experimentar nuevas formas y combinar lo local con lo internacional: “Con Aitor Saraiba, que llevaba unos meses viviendo en una cabaña en los Valles Pasiegos, realizamos una venta pop-up, pero nuestras próximas exposiciones van a ser de unas artistas de Hong Kong y Portugal”.

La galerista Flor Reiners.
La galerista Flor Reiners.Antártica

Flor Reiners (Reiners Contemporary Art, Marbella): “Es importante que no todo se concrete en un único mes”.

Se formó como economista, pero un viaje a Berlín cuando tenía 21 años dio el primer vuelco a su vida. Flor Reiners (Salvador de Bahía, 37 años) decidió entonces quedarse a vivir en Alemania, estudió Literatura e Historia del Arte en Colonia y creó “una empresa de consultoría para museos, para compras y adquisición”. Permaneció allí una década, organizó un festival de cine y música “para fomentar el intercambio artístico y presentar la cultura brasileira en Alemania, donde solo se veía la parte más folclórica y no la más profunda e intelectual” y apostó por la acción social del arte contemporáneo asesorando a museos brasileños sobre “cómo el arte puede ayudar a niños y adolescentes que crecen en un sistema de violencia”.

Pero en 2015 su vida dio un nuevo giro: se mudó a Marbella con su marido y buscó nuevos horizontes. Así nació Reiners Contemporary Art a finales de 2019. “Estos tres primeros años ha sido un espacio de experimentación, creé un sistema de recibir a artistas alemanes y brasileños en Marbella, ha sido un espacio de intercambio”, apunta Reiners, que esta primavera prevé realizar la presentación de sus nuevas instalaciones, dentro de una finca en la que también organizará un sistema de residencias creativas para sus artistas. “No quiero que sea una galería para ir a ver una exposición rápido, sino un lugar de encuentro, para conocer la obra y vivirla”, reflexiona, “quiero crear un programa más contemporáneo, más político; hablar de dónde estoy y de qué tipo de galerista quiero ser”.

Obra ‘Palacio de Santoña, 1730 #3,’ de la artista de São Paulo Flavia Junqueira, que ha fotografíado espacios llenos de globos en distintas partes del mundo.
Obra ‘Palacio de Santoña, 1730 #3,’ de la artista de São Paulo Flavia Junqueira, que ha fotografíado espacios llenos de globos en distintas partes del mundo.Antártica

Para ello, ultima una exposición con la malagueña Carla Hayes. “Ella habla de la diáspora, una historia que vivo yo y que se vive en Brasil, y además es importante dar a conocer a esta artista afroandaluza con la que se pueden identificar otras mujeres”, asegura. ¿Su premisa al generar proyectos? “Mi interés está en las ideas del artista. No en si me entrega uno o dos cuadros, sino en la historia que cuenta en su trabajo”. Cree que el movimiento genera una escena, confirma que Andalucía “es un centro artístico interesante” del que quiere formar parte. Y ve necesarios más espacios para difundir todo ese dinamismo: “Es importante impulsar plataformas y ferias alternativas, y no concentrar todo en un único mes, así habrá más canales para exhibir nuestro mensaje”.

Marc Bibiloni (La Bibi Gallery, Palma de Mallorca): “Tenemos que anteponer el proyecto del artista al espacio”.

“Creo que es muy de mi generación no ver el mundo como este es mi país o esta es mi zona, sino realmente ver el mundo de una forma global”, explica Marc Bibiloni (Palma de Mallorca, 31 años) desde Nueva York, donde ha viajado para inaugurar una exposición de su artista Marria Pratts. “Viene de Hospitalet de Llobregat, su trabajo se inspira mucho en las zonas industriales, de lo que ella percibe como una decadencia bonita. Por eso realizamos esta exposición en un espacio de Brooklyn llamado The Boiler, una nave industrial en una zona que está sufriendo gentrificación, que es algo de lo que habla su obra. Todo empieza con una fantasía, con un brainstorming que hacemos con el artista antes de acotar dónde vamos a exponer”, argumenta. Esa es una de las bases de La Bibi: “Tenemos que anteponer el proyecto del artista al espacio”. Aunque su galería tiene sede en Palma de Mallorca, comenzó su andadura con una exposición en Madrid, a finales de 2021: “La idea es desarrollar dos proyectos expositivos, el que ocurre en Mallorca y lo que llamamos ephemeral exhibitions”.

Detalle del espacio de la galería, construida en una antigua fábrica textil mallorquina, y la escultura ‘Neón Mask 01’ del mallorquín Grip Face.
Detalle del espacio de la galería, construida en una antigua fábrica textil mallorquina, y la escultura ‘Neón Mask 01’ del mallorquín Grip Face.Antártica

Para Bibiloni, que comenzó estudiando moda, se formó en comunicación y marketing y descubrió cómo funcionaba el arte trabajando en la galería londinense del diseñador Paul Smith y después en la del alemán Gerhardt Braun en Palma, era necesario repensar “la forma de operar en general de las galerías”, dice que “necesitaba que la producción de una exposición o el contacto con el artista fueran algo más que una transacción de tú me das obra y yo la expongo en mi lugar y la vendo, concebía el mundo del arte como que necesitaba una evolución pensando en los coleccionistas jóvenes que no estaban queriendo participar en ese sistema”. La Bibi se hizo realidad en un escenario pospandémico. “Conseguir a los artistas con los que trabajamos hoy fue una locura, yo viajaba a Ghana para conocer a Serge Attukwei Clottey o a Alemania para ver a Aljoscha…”, recuerda. Lo virtual fue uno de los puntos fuertes de su apuesta —“Nunca te imaginarías la de ventas que hemos llegado a cerrar a través de Instagram. Es un medio muy cercano, se convierte en una conversación”—, pero Bibiloni subraya que “aunque el online es crucial tenía claro que quería que fuera una experiencia física”.

La que ofrece en Mallorca es bidireccional. Para quienes visitan su sede, en la periferia de Palma, en medio del campo, está la sorpresa de un espacio que fue “una antigua fábrica textil de lenguas mallorquinas, con vigas de madera en la que de repente entras y estás en otro universo, podría ser cualquier otro sitio”. Y para sus artistas supone la oportunidad de crear a otro ritmo, durante las residencias creativas que les ofrecen en otra nave industrial reconvertida, que antes fue una fábrica de zapatos. “Al australiano Michael Staniak le encantó la experiencia”, asegura, y ahora la coreana Miju Lee pasará unos meses allí, creando obra y preparando el proyecto que presentará con la mallorquina Ela Fidalgo en Urvanity. “Las ferias son un acelerador, para un galerista que empieza son el mejor escaparate. El impacto que puedes generar es algo que no conseguirías si no asumes ese riesgo”, defiende  Bibiloni, que el año pasado estuvo en London Art Fair.

Asistente de fotografía: Gerardo Romera

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ana Fernández Abad
La editora de estilo de vida de S MODA está especializada en temas culturales y personajes de actualidad. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra y ha escrito en medios como Diario 16, El Comercio o Descubrir el Arte.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_