10 libros escritos por mujeres que merece la pena leer este verano

Porque los meses estivales son el momento perfecto para ponerse al día con las lecturas pendientes. Esta es nuestra lista de imprescindibles escritos por autoras.

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    Canto yo y la montaña baila de Irene Solà (Anagrama) La escritora, poeta y artista plástica catalana Irene Solà ha ganado varios premios por sus poemarios y novelas y ahora presenta esta novela experimental que no es tal sino una sucesión de cuentos que narran varias generaciones de vidas hasta el día de hoy. Su originalidad radica en su forma de narrar, a la manera de los cuentos de hadas y los relatos de los pueblos: una mezcla entre leyendas, animismo y vida rural. Y todo ello parece contener el basto acerbo cultural de la gente que vive en el campo.

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    Las niñas siempre dicen la verdad de Rosa Berbel (Hiperión) Un evocador repaso a la edad de crecer y al descubrimiento de la vida. Rosa Berbel debuta en la editorial Hiperión tras haber ganado el premio Antonio Carvajal con uno de los poemarios más importantes de este año. A través de un tono entre sereno, honesto y desesperanzado nos relata su visión del mundo al salir de la crisálida de la adolescencia. Para ello ahonda en varias temáticas y a su vez en la poesía clásica y en el verso libre. Los recuerdos infantiles, como brillos sobre el agua, permanecen y a su vez el redescubrimiento de la feminidad ilumina también este debut tan potente.

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    VozdeVieja de Elisa Victoria (Blackie Books) También en un tono similar –esa vuelta a la narrativa desde un punto de vista infantil o adolescente– se inscribe esta novela con la que debuta en la editorial Blackie Books de la escritora Elisa Victoria. Las críticas no han tardado de calificarla como “una voz única, tierna, lírica y divertidísima». Un tono que puede recordar al humor de Elvira Lindo en Manolito Gafotas. El resumen de la novela es el siguiente: una niña de nueve años que navega por el largo verano sevillano y por sus propias incertidumbres, con una capacidad de expresión y de análisis que ya quisieran algunos adultos. En el colegio la llaman Vozdevieja. Ese verano en Sevilla, el primero después de la Expo del 92, es tan largo y tan seco que ella no sabe si llorar o reír. Si quiere que todo cambie o que todo siga igual. Porque todavía juega con muñecas Chabel pero ya mira revistas para adultos. Porque su madre está enferma y ella ya se imagina en un convento rodeada de huerfanitas. Porque todo el mundo, también su padre, insiste en desaparecer. Porque su mejor amiga es su abuela, quien le guisa, la peina, se deja cortar esas uñas como alacranes, le cuenta su amor por Felipe González, le enseña nuevos tacos, le cose vestidos de flores. Luego sale y esos vestidos le molestan tanto como si fueran de lija. Y aun así, Marina siempre tiene hambre: de vida, y de filetes empanados.

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    Cambiar de idea de Aixa De la Cruz (Caballo de Troya) En su tercer libro, Aixa nos relata –nos regala– un momento de lucidez: su redescubrimiento del feminismo y su paso a la treintena en clave de autoficción. Las anécdotas relatadas hacen fácil que nos identifiquemos con sus experiencias y su tono de una honestidad que llega a ser dolorosa en algunos momentos, que se abre completamente y en forma de crónica metaliteraria consigue que no puedas liberarte ni un segundo hasta que lo terminas.

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    Memoria de chica de Annie Ernaux (Cabaret Voltaire) Annie Ernaux, merecedora del premio de la Lengua francesa en 2008 al conjunto de su obra, es una de las autoras más reconocidas dentro de panorama literario francés. En esta obra se sitúa frente a frente con el pasado y de una manera sencilla e incisiva Annie desgrana uno de sus amores de verano. Con él, se pregunta a sí misma desde el presente, desde sus setenta años, qué queda de aquella joven de dieciocho que leía a Simone de Beauvoir.

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    El nenúfar y la araña de Claire Legendre (Tránsito) En esta novela de autoficción –con un título que hace un guiño a La espuma de los días de Boris Vian– la premiada escritora francesa Claire Legendre nos relata sus experiencias, sus miedos y sus forma de enfrentarse a la realidad. Publicada gracias a Tránsito Editorial ahora podemos disfrutar de sus reflexiones agudas sobre la vida, la enfermedad y el miedo a la muerte, el amor y la relación con la pareja. Los capítulos breves hacen que la lectura sea rápida, con reflexiones que tardan tiempo en irse de la cabeza.

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    Tierra de mujeres de María Sánchez (Seix Barral) ¿Dónde estaban las mujeres? Eso se pregunta María Sánchez en uno de los ensayos del año. María –poeta y veterinaria de profesión– formula las cuestiones precisas para comprender la invisibilidad femenina en el campo. Con ligereza y, paradójicamente, con una gran profundidad de visión, su propio descubrimiento permite redescubrirnos a nosotras mismas, nuestra posición frente al trabajo masculino y la necesidad de una nueva perspectiva. Casi podríamos decir que es un libro que contiene dentro de sí muchos otros libros. Sus impresiones y recuerdos familiares logran retrotraernos a nuestras propias experiencias y plantean una reflexión sobre el estado del campo y la importancia de la figura de la mujer. A su vez, mediante estas cuestiones consigue plantearnos otras de mayor calado sobre nuestra sociedad y nuestra forma de vivir. ¿Y si el problema de la despoblación comenzó por la falta de atención y la constante discriminación hacia todas las mujeres?

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    Tuve una jaula de Lara Moreno (La Bella Varsovia) El tercer poemario de Lara Moreno se convierte en un manifiesto emocional palpitante repleto de imágenes sobre las diferencias entre los sentimientos de opresión y la libertad. Sobre la lucha interna que ocurre en la construcción del lenguaje y cómo este –como bien dice la descripción editorial– se convierte en carne.

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    Monstruas y centauras: nuevos lenguajes del feminismo de Marta Sanz (Anagrama) Imprescindible análisis del movimiento del 8M y del lugar del feminismo en la sociedad desde que llegó a visibilizarse en las calles. La lectura de Marta Sanz va de un lado a otro: desde los orígenes del movimiento hasta el hilado de discursos que o bien confronta o explica, une acontecimientos y reflexiona sobre todos ellos. La autora pretende exteriorizar un claro “nos estamos pensando”.

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    Cosas que no quiero saber de Deborah Levy (Penguin Books) La última protagonista de esta lista veraniega es la autora sudafricana Deborah Lévy que, junto a El coste de vivir, escribe el tándem provisional de lo que la autora llama su "autobiografía en construcción". En ella desgrana cómo concibe el feminismo como libertad, es decir, como una forma de expresión que no toma en cuenta cómo el patriarcado impone que escribamos las mujeres. Una de las características de Levy es su proustiana manera de unir relatos y anécdotas unos con otros, su magia no es otra que la de las conexiones impredecibles de la memoria: el primer mordisco a un albaricoque la traslada a la salida de sus hijos de la escuela, observando a las otras madres "jóvenes convertidas en sombras de lo que habían sido". La imagen que mejor describe lo que se siente al leerla es que podrías sentarte en el suelo mientras te relata sus historias, su vida, como hacíamos cuando éramos pequeñas con la vida de nuestras abuelas.

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