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Las 8 tragedias que hicieron del Doctor Music el festival más gafado de España

La organización cancela el evento que se debía celebrar entre el 12 y el 14 de julio en el circuito de Montmeló por falta de público y una elevada devolución de abonos. La última de una serie de catastróficas desdichas.

Imagen de una edición pasada del festival.
Imagen de una edición pasada del festival.Instagram/ Doctor Music

Era la crónica de una muerte anunciada: la organización del Doctor Music Festival anunciaba hoy mismo su cancelación. El evento, que tenía previsto celebrarse los próximos días 12, 13 y 14 de julio en el Circuit de Catalunya en Montmeló (Barcelona) no se llevará a cabo por falta de público. Una serie de catastróficas desdichas que culminan con un anuncio de la organización donde se destaca que «el cambio de ubicación no ha sido bien acogido por el público». No vender las entradas al ritmo requerido en un enclave diametralmente opuesto al original ha sido el último empujón para la anulación del esperado retorno del mítico festival de los Pirineos catalanes. La organización anunció en junio de 2016, hace tres años, su intención de volver a celebrar el mítico festival en el Pallars Sobirà este 2019. Tres años de idas y venidas, especialmente aceleradas estos últimos meses, con una cronología que ha acabado en desastre y que muchos ya catalogan como el «Fyre Festival català«:

Quejas de los ecologistas (diciembre 2018)

El festival salía al paso de las críticas de asociaciones ecologistas como Ipcena y Aems-Rius amb vida, que advirtieron sobre los peligros y daños medioambientales que podía causar la cita en Escalarre (Lleida). Por aquel entonces solo estaba confirmado The Smashing Pumkins en el cartel del festival. La Generalitat también mostró sus discrepancias después de que la Agencia Catalana del Agua (ACA) plantease  nuevas condiciones a la promotora en un informe desfavorable a la propuesta de ubicación del festival, por aquel entonces planteada en el Pla de Santa Maria. La ACA aseguró que existía un riesgo para la seguridad de las personas en el emplazamiento en “zonas inundables” por  ríos próximos. La promotora aseguró entonces a El País que las mismas quejas «apocalípticas» se emitieron en 1996 y que el festival salió airoso sin problemas. También afirmaba que “cualquier persona sensible por la naturaleza y el ecologismo puede estar tranquila ya que estamos trabajando en hacer uno de los festivales más sostenibles de Europa”

Un glamping que no convence (enero y febrero de 2019)

A pesar de las quejas de los ecologistas y la ACA, el festival sigue ofertando sus servicios e incluye un servicio de alojamiento de lujo VIP que no convence a los usuarios por la falta de fiabilidad frente a los informes ecológicos.

La falta de permisos abre un futuro incierto (principios de marzo)

Mientras la ACA insistía en que la ubicación del festival corría en riesgo por posibles inundaciones y acabó desaconsejando la celebración del evento, el festival añadía más nombres a su cartel (King Crisom y Underworld) mientras la prensa ya alertaba de la posibilidad de trasladar el festival al circuito de Montmeló en Barcelona ante la falta de permisos.

Las alegaciones y cambios propuestos por el festival son «inviables» (mediados de marzo)

El portavoz de la asociación ecologista Ipcena, Joan Vázquez, explicó a La Xarxa que los cambios que había planteado el festival en sus alegaciones ante las pegas de la ACA eran «inviables». Frente a las alertas de que el festival estaba en zonas inundables, la organización planteó trasladar la zona de acampada y el parking a otros terrenos, entre 30 y 60 minutos a pie y con servicios de bus para los asistentes. Vázquez vaticinó entonces que el festival no contaba con el tiempo material para realizar los cambios y que, por ende, no acabaría celebrándose.

Adiós al sueño del festival en los Pirineos: traslado a Montmeló (27 de marzo)

De las praderas del Pallars al asfalto de Montmeló. Una de las decisiones más drásticas del festival y la que, según ha anunciado la organización, fue el culmen del desastre. La falta de permisos en el Pirineo propició que el festival cambiase de escenario. Más accesible para la población de Barcelona pero sin la mística de celebrar un evento en plena naturaleza.

Manifestación fallida en Escalarre (30 de marzo)

Unas 300 personas organizaron una marcha de vehículos y protestaron en el recinto en el que se tenía que haber celebrado el festival exigiendo que la ACA emitiese informes favorables al evento para que pudiese celebrarse en la zona.

Guerra entre municipios, la Agencia Catalana del Agua y el Govern por el festival (abril)

El consejo de alcaldes del Pallars Sobirà organiza una rueda de prensa en la que amenaza con dejar de pagar el canon del agua si el president Torra no se reúne con ellos frente al agravio económico de perder el festival en la zona.

Montmeló no convence: se anula el festival por falta de asistentes (12 de junio)

Ni el fenómeno Rosalía, una de las cabezas de cartel, convence al público. La organización anuncia la cancelación a un mes vista porque reubicación ha provocado «un alto número de devoluciones de abonos y ha sido un durísimo golpe para el Doctor Music Festival». También asegura que se han visto obligados a cancelar los conciertos y han anunciado que devolverán los importes pagados por los espectadores que ya habían adquirido entradas.

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