La nueva temporada de ‘Killing Eve’ se traslada a una Barcelona yeyé y almodovariana

Después de recorrer junto a la fría asesina a sueldo Villanelle ciudades como Londres, Nueva York, Moscú, París o Roma, en el primer capítulo de la tercera temporada (estrenada el 13 de abril en HBO) vemos que la insensible asesina a sueldo protagonista de Killing Eve se ha mudado a Barcelona para iniciar una nueva vida. En los primeros minutos se intuye la felicidad del personaje interpretado por Jodie Comer: está en medio de un banquete del que ella es el centro de atención, su propia boda. Vestida con un impecable traje de pantalón de Simone Rocha brinda por su enlace con una española llamada María, pero sin olvidar a la agente del servicio de Inteligencia británico Eve Polastri (interpretada por Sandra Oh). La felicidad es efímera y, al ritmo de la canción popular La Tarara, en la versión yeyé cantada por Marisol en a finales de los sesenta, la celebración toma otro cariz.

En ese primer capítulo se ve a Jodie Comer hablar en catalán durante una visita a Girona, se identifican calles y plazas de Barcelona –de Arc de Triomf a la Barceloneta– y hay más de un guiño a la música española: en un momento suena Calor, una canción cantada por Concha Velasco cuando firmaba sus singles como Conchita Velasco, allá por 1965. Pero parece que los siguientes episodios de la serie (HBO emitirá uno nuevo cada lunes y la temporada tendrá un total de ocho) habrá nuevos descubrimientos y referencias: por ejemplo, en uno de los fotogramas que se han adelantado se ve a Villanelle entrando a un precioso edificio modernista que a los cinéfilos les sonará mucho. Se trata de la Casa Ramos, una joya creada por el arquitecto Jaume Torres i Grau en 1906 a la que ya recurrió Pedro Almodóvar para utilizarla como localización en Todo sobre mi madre (1999).

Las paredes pintadas de esta finca y muchos de sus espacios, como el jardín trasero, se han conservado a la perfección. Allí vivían los padres de la hermana Rosa (Penélope Cruz) y pedía tabajo Manuela, el personaje interpretado por Cecilia Roth en la oscarizada película de Almodóvar, y ahora Villanelle también será una de las inquilinas del edificio. El empresario Ricardo Ramos, consejero-fundador de Fomento de Obras y Construcciones, fue quien encargó construir este bloque situado en la plaza de Lesseps del barrio de Gràcia, donde no faltan azulejos, forja con motivos botánicos y una profusa decoración interior. En la actualidad es posible conocer el edificio por dentro de primera mano: uno de los vecinos ofrece visitas a través de la plataforma AirBnb (suspendidas de momento hasta el 30 de abril por la crisis del coronavirus).

A Villanelle la veremos entre vidrieras y salones con recargadas molduras llevando estilismos rigurosamente combinados con el espacio de la Casa Ramos, como un vestido estampado de aires yeyé de la firma francesa La Double J o un lujoso pijama de seda de Olivia Von Halle. No es casualidad que tonos y motivos vayan a juego, sino algo buscado por el nuevo responsable de vestuario de la serie, Sam Perry, quien afirmó en una entrevista con la edición americana de Vogue que era totalmente intencionado: “Me parecía que los estampados vintage de La Double J encajaban a la perfección con el nuevo armario de Villanelle para Barcelona. El amarillo era juvenil y alegre, era el complemento perfecto para su precioso apartamento nuevo”.

Rodaron dentro de la casa, propiedad de unos arquitectos, y eso dio la oportunidad de experimentar con la estética los responsables del departamento de Arte de la serie. La decoradora de set, Casey Williams, aseguró en la edición estadounidense de Architectural Digest que la casa les permitió “jugar con las texturas, las inspiraciones gráficas moriscas, las texturas y las telas”. También reveló que anticuarios y tiendas de decoración barcelonesas le sirvieron para encontrar las piezas que decoran el apartamento.

Si para las responsables de arte fue sencillo adaptarse a las nuevas localizaciones, el gran desafío para Sam Perry fue renovar el vestuario de la villana mejor vestida de la ficción. Mucho han cambiado la protagonista y el equipo de la serie desde su primera temporada, estrenada en abril de 2018. La responsable de la adaptación de las novelas de espías de Luke Jennings fue la británica Phoebe Waller-Bridge, que a la vez estaba creando Fleabag. Con ambas series, la guionista y actriz consiguió premios, reconocimiento y un éxito que la ha llevado a desarrollar encargos como la supervisión del guion de la nueva entrega de James Bond (que se estrenará este otoño, con Ana de Armas y Daniel Craig) y a despertar expectación con cualquier proyecto que lleve su firma (HBO acaba de estrenar con buenas críticas Run, serie de la que es productora ejecutiva). Si en la segunda temporada Waller-Bridge se desvinculó del proyecto, dejándolo en manos de su cocreadora, Emerald Fennell, en esta tercera entrega está al cargo Suzanne Heathcote.

Lo que no ha mutado es el gusto de Villanelle por la ropa de firma. En la primera temporada su vestido de tul rosa de Molly Goddard se hizo viral y ahora, el nuevo responsable de vestuario apuesta por marcas como Gucci, Halpern, Dice Kayek, Charlotte Knowles o The Vampire’s Wife, la firma de Susie Cave (mujer del músico Nick Cave). “Villanelle, obviamente, disfruta con la moda de lujo. Su sentido del estilo siempre estará presente, incluso si no tiene dinero”, recalca Perry. De hecho, esa obsesión por la vestimenta de la asesina queda patente desde su primera frase en la nueva temporada: copa de champán en mano, dice que lo que le atrajo de María, su esposa, fue que tenía un gran gusto por los zapatos.