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La guía secreta de la Costa Brava

Calas casi desérticas, aguas turquesas, restaurantes gourmet y, sobre todo, mucha paz. Así el privilegiado litoral de Girona ha reinventado el turismo de lujo.

Costa Brava

Antes de que Marbella se proclamara en 1954 como sede estival de aristócratas y actores –con la inauguración del Marbella Club, propiedad del príncipe Alfonso de Hohenlohe–, en España ya existía un lugar donde descansaba la alta burguesía europea: la Costa Brava, en Girona. Un destino que, según el Patronato de Turismo de esta franja litoral, mantiene su estatus y que en 2013 recibió un total de cuatro millones y medio de turistas.

Todo comenzó en S’Agaró, un pueblo en el que los pescadores de la zona se mezclaban con relajados bon vivants, que se hospedaban en La Gavina. Obra del arquitecto Rafael Masó, el hostal abrió sus puertas en 1932 con apenas 11 habitaciones. Sin embargo, su éxito hizo que en 1953 se transformara en un hotel de cinco estrellas de gran lujo y ampliara sus instalaciones hasta 77 habitaciones (actualmente, la noche cuesta 400 euros). Una época en la que acogió a Frank Sinatra, Peter Sellers, John Wayne, Orson Welles, la begum Aga Khan o Gala y Dalí. Ellos, fascinados, convirtieron sus calas en el escenario de clásicos del cine como Pandora y el holandés errante (Albert Lewin, 1951) con Ava Gardner y James Mason como protagonistas, o De repente el último Verano (Joseph L. Mankiewicz, 1959), título al que pertenece la imagen de Liz Taylor sentada a la orilla del mar con un traje de baño blanco. Así el mundo quedó seducido por los 214 kilómetros de litoral de la Costa Brava.

Cúpulas doradas y suelo de mármol. Así es Barc D’or, en el Rigat Park & Spa Beach Hotel (Lloret de Mar). Este bistró ofrece menú de cocina catalana desde 55 euros.

Germán Saiz

Tras las décadas de los años 90 y 2000, en los que el turismo masivo recaló en sus playas, los hoteleros de los establecimientos familiares de cuatro y cinco estrellas se han unido bajo el sello Costa Brava Hotels de Luxe para reivindicar el silencio, la intimidad y la gastronomía y con el que volver a aquel periodo de esplendor.

ESCALERA AL MAR

A unos pasos del hostal La Gavina se encuentra La Taverna del Mar, junto a la cala Sa Conca. Un local que Lázaro Rosa Violán ha transformado por completo. Este interiorista homenajeó a los pescadores con unas lámparas de mimbre con forma de pez espada, además de tapicerías con estampado tie dye, manteles de algodón y una carta basada en arroz, pescados y marisco. Para conseguir una mesa en la terraza, es necesario hacer reserva. www.lagavina.com / www.latavernadelmar.cat

El hotel Sallés es conocido por su innovadora coctelería.

Germán Saiz

CAMINO DE LOS PIONEROS

Quien busque el origen del nombre de esta zona debe ir a Begur. «Aquí surgió, en 1908, el término Costa Brava, en una conversación entre el político Joan Ventosa i Calvell y el periodista Ferran Agulló sobre estas calas de piedra», recuerda Josep M. de Vehí Falgás, dueño del hotel Aigua Blava (190 euros la noche), junto a la bahía que le da nombre. Un edificio fundado en 1934 por Clara Capellà, conocida por ser una de las primeras mujeres hoteleras del siglo XX. www.hotelaiguablava.com

Calle medieval de Pals que lleva a la Torre de les Hores, de estilo románico. Desde la zona más alta del pueblo se puede observar la llanura del Empordà.

Germán Saiz

EL SUPERVENTAS VACACIONAL

El 50% de las habitaciones turísticas de la Costa Brava están en Lloret de Mar (un porcentaje que equivale a 34.000 plazas hoteleras). El ocio, las tiendas de moda y los restaurantes lo han convertido en el destino favorito de los rusos. Más de 500.000 lo visitarán este año y gastarán 150 euros al día, según la Agencia Catalana de Turismo. «Ellos son reservados, buscan tranquilidad y boutiques de lujo», nos cuenta Sebastià Gispert, director del Rigat Park, un cinco estrellas junto a la playa de Fenals en el que se puede dormir desde 247,50 euros la noche. «Tanto el hotel como su decoración, compuesta por antigüedades de los siglos XVIII y XIX, son propiedad de la familia Rigat», dice Gispert. Por su estética, se compara incluso con el Chateau Marmont, el escondite de las celebridades en Los Ángeles. Sin embargo, quien busca bullicio se aloja en otro tipo de cinco estrellas, como el vecino Guitart Monterrey (desde 54,90 euros la noche), que tiene el Gran Casino Costa Brava. www.rigat.com/www.guitarthotels.com

Germán Saiz

PASEO DE LA FAMA

Penélope Cruz, Kylie Minogue y Eva Longoria escogen el hotel Vistabella, en Roses, para disfrutar de sus días libres. Esta dirección está cerca del Museo Dalí (Figueres), la casa del pintor (Cadaqués) y la cala Montjol (donde estuvo el El Bulli). Fue allí donde se formó Javier Cabrera, encargado de los fogones de Els Brancs, uno de los orgullos de este refugio. El chef, de 32 años, logró su primera estrella Michelin en 2013, gracias a una cocina «con productos de la zona basada en la gastronomía regional», cuenta. El menú degustación cuesta 74,60 euros. www.hotelvistabella.com

Quien se aloje en una de las 49 habitaciones (desde 170 euros) del Sallés Hotel & Spa Cala del Pi (Platja d’Aro) puede disfrutar de un baño en su agradable piscina.

Germán Saiz

LA CALMA DEL INTERIOR

En el Baix Empordà está una antigua masía del siglo XVIII propiedad de la familia Figueras. En 1988, tras recorrer la Toscana y la Provenza, decidieron restaurarla y levantar en su interior 20 suites (a partir de 370 euros la noche). Este año festejan su 25 aniversario y sus dueños exponen por primera vez su colección de tapetes pintados por Calder, Miró o Tàpies, con los que estas figuras rindieron homenaje a Pablo Picasso. www.hotelmastorrent.com

Interior de una de las nuevas habitaciones del hotel Aigua Blava, con espectaculares vistas a la bahía.

Germán Saiz

Jordi Garrido, chef de Mas de Torrent

Germán Saiz

Salón de la masía que acoge este hotel.

Germán Saiz

Desde hace 75 años La Taverna del Mar es un monumento de S’Agaró. Este verano ha reabierto sus puertas con nueva decoración y carta de pescados y mariscos (con platos desde 10 euros).

Germán Saiz

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