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La casa en la que todo está en venta

Openhouse es una tienda con forma de hogar en la que todo puede ser comprado

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Mari Luz Vidal

Andrew Trotter es el propietario de Openhouse, una casa abierta al público donde comprar cada una de las piezas y accesorios que la decoran. Abierto hace pocos meses, es un local en activo (c/ Notariats 6), una tienda on line y una placentera eterna mudanza.

¿Encontraste este espacio o te encontró?

Vine a Barcelona con la idea de abrir la tienda, pero no en un futuro inmediato. Al poco de llegar paseaba por la calle Notariat y ví el cartel de que se alquilaba un local. Dos semanas después era mío. Parecía un asunto del destino.

¿Qué era antes de que la transformaras?

Antes era una tienda que reparaba lámparas, que no se había reformado en los últimos 50 años. Traté de dejar el espacio lo más auténtico posible. El local es lo que es, bonito, así que tiré abajo las paredes para que fuese más diáfano y utilicé las vigas para hacer un banco en el patio. También utilicé una escalera para hacer estantes.

¿Lo más duro?

El mes que dediqué a quitar las viejas capas de pintura. Cada día, al volver a casa, cruzaba el Gótico entre turistas, completamente cubierto de polvo, como el hombre gris. Me convertí en un imán para las miradas curiosas.

¿Qué es Openhouse?

Se define con su nombre; es una casa abierta. Quiero que dé la sensación de ser una casa, a pesar de que sea una tienda y galería. Esto hace que la gente se sienta cómoda nada más entrar, que quieran quedarse para mirar y que se encuentren con objetos nuevos o desconocidos, buen diseño y artesanía, pero sencilla y natural.

¿Cuánto dinero y tiempo te costó la reforma?

Absolutamente todo, unos 40.000 euros, incluidos impuestos y contenido. Ten en cuenta que la mano de obra es mía, y de mis amigos que se implicaron en la obra durante dos meses, eso abarata costes y aumenta el orgullo de realizar tu proyecto.

¿Qué puedes encontrar en una casa así?

Puedes encontrar todo; desde muebles hasta accesorios para la casa, plantas, lámparas, arte, fotografía, ropa y complementos, y pronto perfumes y cremas.

¿También es tu vivienda?

Me siento en casa, pero no tengo ducha ni cama. Aunque la idea es tener todo lo que necesitaría. A lo mejor algún día, con un espacio más grande.

¿Esta es la vida que soñabas cuando eras niño?

Al principio diseñaba barcos, luego fueron casas, y siempre quise ser arquitecto. Era muy difícil entrar en arquitectura en Australia, de donde soy, así que estudié diseño de interiores. Cuando me mudé a Londres trabajé casi todo el tiempo en la moda, aunque siempre soñé, y sigo soñando, con casas.

Pese a que se acerca el fin del mundo, o eso parece… ¿animarías a otros a que se embarquen en un proyecto propio?

Siempre animaré a que la gente persiga sus sueños, especialmente si son algo nuevo y original, que no se haya visto antes.

La impecable cocina.

Mari Luz Vidal

Un detalle entre la vegetación.

Mari Luz Vidal

Camisa-lámpara. Un blanco luminoso.

Mari Luz Vidal

Cuerdas y cuernos como perchas

Mari Luz Vidal

La entrada de la casa-tienda

Mari Luz Vidal

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