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Entrevista surrealista a Rihanna, por Joaquín Reyes

La cantante de Barbados conversa animadamente desde su cama practicando zumba virtual.

Rihanna

Rihanna, con el ritmo de vida que llevas, dígame, ¿dónde se encuentra ahora?

Pues me pillas en la cama con una lumbalgia que no me puedo ni cantear. Se conoce que fue en las fotos que me hice el otro día en el barco. ¿Sabes las que te digo?

¿Unas fotos en un barco?

Sí, hombre, unas en las que salía con el culo en pompa, sin bragas…

No me suenan.

Con un top minúsculo, del que casi se me salen las mamellas…

Ahora mismo no caigo.

Llevaba unas Adidas Stan Smith…

¡Ah, sí! Eran blancas y verdes.

Eso es. Pues nada, que pillé frío. Me daba todo el viento a estribor y se me quedó el lomo helado. Estoy en la cama con mi manta eléctrica de Gucci haciendo zumba virtual.

¿Zumba virtual?

Sí, consiste en pensar los ejercicios que harías. Por ejemplo, piensas: «Ahora movería la pelvis para adelante, ahora subiría la rodilla y daría un saltete», y así. Es agotador.

En general, Rihanna, ¿usted se piensa mucho las cosas?

Todo, muchísimo. Antes de subir un vídeo a Instagram haciendo twerking le doy muchas vueltas. No quiero dar una imagen de mí equivocada, soy consciente de que me siguen millones de personas y quizá extraterrestes también.

Pues, esto es todo Rihanna.

Oye, pon en la entrevista que sigo siendo esa niña de Barbados que llegó a Estados Unidos con su maleta llena de ilusión.

Vale.

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