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El éxito de Yola, o cómo una cantante negra puede triunfar en el country

Empezó a crear música a escondidas y tras escribir para Katy Perry y hacer coros para Massive Attack brilla en solitario con su debut, ‘Walk Through Fire’. El 22 de junio actúa en el Black is Back! de Madrid.

La cantante, que vive en Bristol, ha grabado su disco en Nashville.
La cantante, que vive en Bristol, ha grabado su disco en Nashville.Alysse Gafkjen
Ana Fernández Abad

“El título de mi álbum cuenta una historia real. Mi casa se incendió. Y yo me reí sobre esas cenizas, fui más feliz en ese momento quemándome de lo que había sido previamente como mujer de color en la industria, que hacía música para otros, giraba para otros y ya no disfrutaba con lo que hacía. Con este incendio sentí que de nuevo era creativa. Tenemos que caer al fuego para renacer. Eso me ocurrió a mí: en ese momento decidí dejar de escribir para otros y empezar a hacer música para mí”, cuenta Yola (Bristol, 1984) por teléfono con su voz suave como un susurro.  Habla de su  primer álbum, Walk Through Fire, que presentará el 22 de junio en el festival Black is Back! de Madrid y que no deja de cosechar alabanzas: para Entertainment Weekly es uno de los mejores discos en lo que va de año y The Guardian lo califica de “poderoso debut”.

Dan Auerbach (The Black Keys) ha producido el disco, que Yola grabó en Nashville. “Concibo el álbum como un organismo, tiene que interactuar con lo que le rodea, y el ambiente de Nashville hace que los discos suenen diferentes, suena como yo quería, lánguido y a la vez fuerte”, explica la artista, que sueña con compartir escenario algún día con Dolly Parton, uno de sus referentes.

Reconoce que llegar hasta donde está no ha sido fácil. Antes de lanzar este primer trabajo había escrito temas para artistas como Katy Perry y hacía coros para Massive Attack. “Me encontré a mí misma cuando estaba negando mi propia voz. Había intentado domarla para otra gente, esperando la oportunidad de explorar mi potencial. Era hora de hacer algo libre. Y como mujer. Me decían: ‘Te gusta esta música y eres negra, tienes que dedicarte al soul, hacer este tipo de música’. Me costó mostrar que no tenía que ser como querían que fuera. Nadie reconoce que es racista, esa frase nunca se pronuncia, es algo que nadie admite, y me costó mucho romper todos esos prejuicios para hacer lo que quería”, subraya. En su experiencia, “la gente blanca puede experimentar con cosas que son históricamente música negra, pero todavía puede haber un estigma con la gente de color experimentando con lo que no es música negra”. Por eso defiende que “es muy importante que la gente vea distintos tipos de música, que es libre y que todos somos iguales”.

Yola junto a su productor, Dan Auerbach, de The Black Keys.
Yola junto a su productor, Dan Auerbach, de The Black Keys.Alysse Gafkjen

Ella tenía claro desde niña que la música era su pasión. Pero fue una vocación que tuvo que desarrollar a escondidas.  “Mi madre me crió sola, y no quería que me dedicara a la música. Yo le dije a los 4 años que iba a ser artista y ella respondió que de ninguna manera. Tradicionalmente, los padres negros quieren que sus hijos tengan un trabajo aceptable, que sean doctores, ingenieros, abogados, quizá, digo quizá, que trabajen en finanzas… No les gusta el concepto de arriesgar, mi madre no entendía que tuviera una vocación”, recuerda entre risas.

De adolescente, empezó a escaparse de casa para asistir a conciertos y para actuar: “Tuve que mantener mi carrera en secreto. Le decía a mi madre que me iba a dormir a casas de amigas, lo que hacía el resto para emborracharse y drogarse, pero yo lo hacía para poder beber y dar conciertos. Los conciertos eran mi droga. Así es como me colocaba. Irónicamente, de niña la música me apartó de las drogas, porque yo quería poder viajar y la mayoría de mis compañeros eran al menos 10 años mayores que yo, era como una niña entre toda esta gente, y eso hizo que tuviera mucho cuidado, porque si metía la pata me iba a quedar sin la posibilidad de hacer música, que era lo único que quería desde que nací”.

Admite que iniciar una carrera musical sin apoyos fue duro: “Tuve que tomar decisiones difíciles, probablemente me costó mucho más llegar a donde estoy”. Y también le costó crecer siendo diferente. “Mi madre era de Barbados, que entonces era aún una colonia, y cuando llegó a Bristol se sentía británica, nos educó de una forma bastante británica, no crecí sintiéndome una hija de inmigrantes, yo no veía diferencias, pero conforme crecía empecé a sentir las miradas sobre mí en mi vecindario, esa especie de sospecha. Fue entonces cuando ser diferente se hizo normal para mí”.

Asegura que la industria musical está cambiando, “tanto como lo está haciendo la sociedad, que cada vez está más polarizada en izquierda y derecha, separatismo y unidad”. En la música, recalca, hay muchos festivales que buscan “cambiar las cosas, poniendo a las mujeres primero o demostrando la importancia de la música negra, como Black is Back!, la antítesis de ese extremismo que segrega y no excluye”. En la Gran Bretaña del Brexit, lamenta, la industria musical también se enfrenta a un futuro incierto: “Es un momento muy duro. Nosotros, como amantes de la música amamos todo tipo de música, queremos a todo tipo de músicos tocando aquí, conciertos, gente que venga de Europa a tocar en conciertos, y ahora nadie sabe lo que va a ocurrir”.

‘Walk Through Fire’ es su primer disco.
‘Walk Through Fire’ es su primer disco.

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Sobre la firma

Ana Fernández Abad
La editora de estilo de vida de S MODA está especializada en temas culturales y personajes de actualidad. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra y ha escrito en medios como Diario 16, El Comercio o Descubrir el Arte.

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