¿Dónde comen los actores cuando están de gira?

JOSÉ SACRISTÁN: VIAJAR EN EL TIEMPO

Colecciona juguetes viejos, por eso le gusta visitar la Bodega del Vero (Barbastro, Huesca): «Fue una fábrica de chocolates que se mantiene como un colmado y conserva artefactos de otro tiempo». En Ponferrada (León) es fiel a La Fonda, ubicado en un piso antiguo: «Te reciben como en casa; me gustan sus guisos y su generosidad».

IRENE ESCOLAR: SUGERENCIAS Y DESCUBRIMIENTOS

El Restaurante Calvo (Puente San Miguel, Cantabria), regentado por la viuda de un pintor que da conversación al comensal, es una institución entre los actores. Destaca «su ensalada de tomate y la tarta de chocolate». En Sevilla, elige Victoria8, en Triana: «Me lo descubrió Pau Roca, y me quedo con sus croquetas y el rabo de toro».

MARIBEL VERDÚ: RECUERDOS EN TORNO A LA MESA

Cuando actúa en Bilbao, siempre acude a La Viña: «Es muy pequeño, y a él me unen vínculos sentimentales, porque me llevó Iñaki Azkuna». Otros de sus imprescindibles son El Canyar, en Valencia, «un clásico donde además nos cuidan», y La Manduca de Azagra, en el centro de Madrid, por sus verduras.

CARLOS HIPÓLITO: CHARLAS CON LOS PROPIETARIOS

En Zaragoza, Casa Hermógenes es su secreto a voces, que ha compartido con media profesión: «Este sitio es especial, como su dueño, y todo el mundo debería conocerlo». En la carretera de Valencia, en Honrubia (Cuenca), para en el Hostal Marino por sus carnes a la brasa. Y en Santander no perdona los helados de Capri.

SERGIO PERI-MENCHETA: EN CADA SITIO, LO DE LA TIERRA

Esa es la filosofía del actor, que en Riba-Roja de Túria (Valencia) recomienda los arroces del Hotel Muralleta y en Avilés (Asturias) –donde muchas compañías estrenan sus obras–, Casa Tataguyo. «Allí probé el mejor pescado que he comido en mi vida», asegura. En Pamplona le gusta ir a El Merca’o, donde acompaña los platos con rosado navarro.

CARMEN MACHI: CALLOS CANARIOS Y COMIDA ORIENTAL

Es una apasionada de la cocina asiática: en Barcelona sugiere no perderse el coreano Seoul, el chino Shanghai y las tapas japonesas en barra de Dos Palillos. Curiosamente, sostiene que los mejores callos los ha probado en Allende, en Las Palmas de Gran Canaria. Cuando los bolos la llevan a Ferrol, se queda con una vinoteca: Bodegón Bacoriño.