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Correrás pese a tus estrógenos

Zapatillas adaptadas al síndrome premenstrual y otras tecnologías solo para mujeres.

Nike
Nike

No se trata de hacer bueno aquello de que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus pero, cosas de la fisiología, la biomecánica y de las hormonas, el caso es que sí que hay diferencias cuando nos ponemos a hacer deporte. Sobre todo, para el running. Mientras ellos solo varían si desafían a la báscula o alteran su tono muscular por exceso de gimnasio o de sillón ball, en el caso de las mujeres nuestro cuerpo es un tornado hormonal que se repite cada 28 días. Ya no es que estemos más o menos susceptibles según el momento de ciclo sino que nuestro cuerpo varía por efecto de los estrógenos. Piernas pesadas, vientre hinchado y esa sensación de “no me apetece hacer nada” son los regalos que la madre naturaleza nos concede a las mujeres cada mes junto al síndrome premenstrual y de ellos no se libran ni las deportistas profesionales. “En los días previos a la menstruación y el primer día del ciclo me siento más pesada y sé que para obtener las mismas marcas tendré que sufrir más corriendo”, confiesa Marta Fernández Castro, ex atleta de alta competición, doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y entrenadora en el Club de Atletismo Valencia Terra i Mar. Como los calendarios de competición no se fijan según nuestros ciclos menstruales, cuando toca competir en uno de esos días horribilis “intentas no pensar en ello y te dejas la piel para mantener tus tiempos. Sabes que en otras ocasiones te tocará competir al principio del ciclo que es cuando te sientes más ligera y notas las piernas más sueltas”. Marta, que confía sus entrenamientos a las zapatillas Saucony aunque no prescribe ningún modelo en concreto porque todo depende de la pisada de cada corredora, reconoce que aunque esos días dé más pereza ponerse a hacer ejercicio la secreción de endorfinas asociada al deporte atenúa los dolores y molestias propios del final del ciclo.

Jenny Hadfield, entrenadora personal y coautora del libro Running para mortales recomienda programar los entrenamientos según nuestros ciclos menstruales, dejando rodajes más suaves para esos días fatídicos del síndrome premenstrual. 

Pero los estrógenos no solo nos hinchan y multiplican nuestra apatía esos días. También relajan las articulaciones del arco del pie. Asics, una de las marcas líderes en calzado para corredores, ha creado una tecnología específica para mujeres que contrarresta la acción de los estrógenos. Es la Space Trusstic System que hace que la zapatilla se adapte a las variaciones de la pisada a lo largo del mes, garantizando el mejor soporte y flexibilidad. Además algunos modelos como su mítica Gel Nimbus 14 incorpora una capa adicional superior en la mediasuela respecto al modelo masculino con el fin de proporcionar mejor superficie de amortiguación en la parte delantera de la zapatilla y 3 milímetros adicionales de altura para proteger mejor el tendón de Aquiles.

Zapatillas con tecnología Space Trusstic System que se adapta a las variaciones de la pisada.

Asics

Capítulo aparte merecen los juanetes. Aquí no hay que echar la culpa a los estrógenos sino a nuestra pasión por los tacones que acabamos pagando y caro. Hasta la modelo Nieves Álvarez me confesaba una vez que es raro encontrar a una modelo que no tenga los pies destrozados de tanto usar tacones. Una modelo y una mujer normal, que no hay más que ver los desaguisados que nos provocan a cualquiera los stilettos en los pies, desde dedos apiñados a juanetes. Roberto García, responsable técnico de producto de running de Adidas explica que “todo el arco de Adidas para mujer incluye una horma más ancha en el antepié. En parte porque el pie de la mujer es más ancho a la altura de los dedos que en el talón pero también por los juanetes. Por eso también se sitúan ventanas de malla elástica que dan cierta amplitud en esas zonas delicadas del pie”.
 
Volviendo a los estrógenos y su afán por sobredimensionarnos el cuerpo muchas mujeres experimentan un sensible aumento del volumen del pecho durante el síndrome premenstrual. Si ya de por sí al correr hay que llevar un sujetador deportivo adecuado para evitar que tanto impacto afecte a los ligamentos de Cooper, responsables de la firmeza del pecho, más aún en esos días. Estudios de biomecánica del pecho del Nike Sport Research Lab demuestran que el movimiento del pecho sigue una forma de 8 y que éste varía según la actividad deportiva y su nivel de intensidad. El running es de alto impacto así que mejor optar por un buen sujetador y con tejido transpirable que además nos evitará las dolorosas rozaduras en los pezones que a veces sufren los varones corredores. Al menos en algo llevamos ventaja.

Zapatilla ligera de Reebok, que proporciona una gran amortiguación en el empeine y talón.

Reebok

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