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Concha Jerez: “¿Qué va a dejar en el mundo la lucha por ser famoso? Solo personajes rotos”

A sus 80 años, la “artista conceptual por libre” Concha Jerez no deja de investigar y de analizar la sociedad. Ahora inaugura ‘Mediciones de Tiempos’ en la galería Freijo de Madrid.

Concha Jerez prepara una nueva exposición, coincidiendo con Apertura Madrid Gallery Weekend.
Concha Jerez prepara una nueva exposición, coincidiendo con Apertura Madrid Gallery Weekend.ximena garrigues y sergio moya
Ana Fernández Abad

“Surgen ideas que llamamos utópicas, porque no se pueden realizar muchas veces por falta de medios. Pero es que tampoco está bien vista la utopía en estos tiempos, y yo creo que una sociedad sin utopía es fatal; hay que sobrevolar un poco y mirar otras posibilidades. Que no se dé un gran cambio en el mundo del arte depende de las condiciones sociales. ¿Cuántos artistas en España viven de lo que hacen? Poquísimos”. Al otro lado de la pantalla, Concha Jerez –el pelo corto y rojísimo, de riguroso negro, con una estantería repleta de archivadores detrás– reflexiona sobre el presente y el futuro, habla de sociedad y arte. Porque aunque la memoria es una de las bases de su obra ella siempre ha tenido un pie puesto en lo que vendrá.

Nació en Las Palmas de Gran Canaria hace 80 años y tuvo una infancia nómada (vivió en el Sáhara y Sidi Ifni), acabó la carrera de piano en su adolescencia, a los 17 recibió una beca para estudiar en Washington, luego cursó Ciencias Políticas en la Complutense y a los 30 comenzó su carrera artística. Se inició en la videocreación, fue una de las pioneras del arte conceptual, comenzó a explorar las instalaciones en lugares específicos… Todo eso la ha llevado a recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2011), el Premio Nacional de Artes Plásticas (2015) y el Velázquez (2017). En julio de 2020 su exposición Que nos roban la memoria reinauguró el Reina Sofía tras el confinamiento. “Ese edificio era el hospital de mi infancia. Mis abuelos vivían al otro lado de la Ronda de Atocha, y desde que se abrió el museo me apasionaban sus escaleras. Yo tengo un poco de vicio con las escaleras…”, explica. Fue un guiño autorreferencial, su primera videoinstalación, en 1984 en el Círculo de Bellas Artes, también exploraba ese espacio cotidiano. Ahora vuelve a exponer, coincidiendo con Apertura Madrid Gallery Weekend, Mediciones de Tiempos, en la galería Freijo (del 9 de septiembre al 2 de noviembre).

Concha Jerez trabaja en sus obras en su piso de los alrededores de la plaza de Tirso de Molina, en el centro de Madrid. Luego las almacena en su estudio, situado no muy lejos, cerca del Reina Sofía.
Concha Jerez trabaja en sus obras en su piso de los alrededores de la plaza de Tirso de Molina, en el centro de Madrid. Luego las almacena en su estudio, situado no muy lejos, cerca del Reina Sofía.ximena garrigues y sergio moya

¿Cómo ha influido en su obra su vida nómada?
Yo vivía allí en el Sáhara, pero iba y venía a Madrid para estudiar piano. Mi padre también iba y venía, porque era pintor y había estudiado Bellas Artes. De pequeña me fijaba siempre en la luna, las estrellas, el sol, porque estaban fijos en todas partes. Siempre se entiende que el nómada es alguien que no tiene raíces. Y es al contrario; como no tienes un lugar fijo, echas raíces donde estás, y eso ha sido fundamental para mí y para mi obra.

Con 17 años cruzó el Atlántico para estudiar en los Estados Unidos, ¿cómo fue esa ruptura, siendo tan joven e hija única?
Mi madre, que es una persona excepcional y sigue conmigo, tiene 103 años, me dijo ni te lo pienses, va a ser importantísimo para ti, tienes que irte, y siempre le estaré enormemente agradecida por eso. Era 1958, allí había lavabos para mujeres blancas y mujeres negras, era una realidad diferente. Ese verano cogí un autobús Greyhound y crucé del este al oeste. Más tarde estuve en París un año, en cada sitio he aprendido montones de cosas.

Ha tenido muchos inicios en su vida.
Efectivamente. Cuando estaba en EE UU no había decidido qué iba a estudiar, me gustaban las ciencias, las letras… Es que me gustaba todo. Elegí Ciencias Políticas porque era la carrera que tenía más asignaturas distintas, y todas me interesaban. Yo quería haber estudiado arte, pero mi padre decía que ya tenía bastante con la música. Por eso, cuando ya había tenido dos hijos, dije se acabó, ya tengo que dedicarme al arte. Y empecé de forma exhaustiva. Al final todo lo que has hecho te sirve.

La artista inaugura una exposición en septiembre en la galería Freijo de Madrid.
La artista inaugura una exposición en septiembre en la galería Freijo de Madrid.ximena garrigues y sergio moya

¿La diversidad, la exploración, es también el eje de su arte?
Sí, yo siempre he sido una experimentadora nata, nunca me he sujetado a mantenerme en una etiqueta. Digo que soy una artista conceptual por libre, porque según las ideas que quiero desarrollar en mi obra utilizo distintos elementos y materiales.

Tomó decisiones radicales, estuvo una época fuera del mercado, sin vender obra, ¿nunca temió marcar sus reglas?
No, lo volvería a hacer. En ese momento lo tenía tan claro… Quería desarrollar mi obra a partir de lugares específicos, era salirme de la bidimensionalidad, incluso de la tridimensionalidad, y afrontar los espacios. Entonces ni se hablaba de instalaciones, y pensaba que para dedicarme a eso era mejor desligarme del mercado. Lo decidí en el año 75, que mejor iba por libre, que me iba a ganar la vida de otra manera, y por eso me dediqué unos años a la enseñanza [fue profesora de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca]. No es una actitud tan heroica como puede parecer. He hecho lo que he querido, pero no entré en los museos cuando mis compañeros del arte conceptual sí estaban entrando.

Ahora sí está, ¿ha cambiado el discurso sobre la mujer artista?
Sí que es verdad que se está trabajando más en ello, pero también que se ha ejercido una gran presión para conseguirlo, no ha sido gratis. Por ejemplo, la asociación de las Mujeres en las Artes Visuales, MAV, ha trabajado muchísimo para lograrlo. Se ha empezado a coger una conciencia de ello, pero estamos muy lejos, no ya de conseguir la paridad, sino de tener unos mínimos decentes, porque todavía en los museos sigue habiendo un mínimo de mujeres artistas en las colecciones. Hay tantas de mi edad o mayores cuya su obra no está en ninguna parte… Y esos legados, ¿qué va a pasar con ellos? Es un gran dolor que tengo. A nivel público se tiene que hacer algo. No se puede dejar al libre albedrío del mercado, porque el mercado puede ser muy injusto.

¿El olvido de las artistas puede acabar con nombramientos de directoras en museos, como los recientes de Louvre y Macba?
Espero que sí, pero en el pasado ha habido mujeres poderosas en el arte a las que les ha interesado hacer su currículo y, lamentablemente, se ha hecho con obras de hombres, y de determinados países. Ahora estamos en otra época, confío en que haya una atención mayor a las obras de las mujeres por parte de ellas. Pero el problema es que no se pone uno medallas con las obras de las mujeres. Espero que eso cambie. Y si no, estaremos desde las asociaciones presionando. Porque está claro que en la vida no te regalan. En general, hay que luchar por esos regalos.

Dos detalles de la vivienda de la artista en Madrid.
Dos detalles de la vivienda de la artista en Madrid.ximena garrigues y sergio moya

Usted dice que los museos deberían ser como bibliotecas públicas de arte. A raíz de la pandemia, ¿cree que se intentará eso, o seguirá interesando más batir récords de visitantes?
Eso es horrible, horrible. Debería de cambiar. Porque yo creo que el número de visitantes ha demostrado que no es por la valoración de esa gente ante cosas nuevas, no conocidas, sino que se incrementan cuando hay una exposición de Picasso, de Dalí… No cuando hay una exposición de Concha Jerez. Las cosas como son [risas]. Tiene que hacerse un esfuerzo importante en la sociedad española para valorar el arte y la cultura. Es un problema que tenemos muy grande. ¿Y en qué revierte? En que los políticos, que no son especialmente cultos, se dejan llevar por esa inercia, dicen a la gente que no le interesa. ¿Pero qué se está facilitando en los medios, especialmente en las televisiones? Se facilita la incultura. A las horas fundamentales ponen bazofia en la mayor parte de las cadenas. Hay un gran problema de valores que se tiene que reconducir. Yo creo que la gran revolución que se debería hacer es trabajar más los valores. Esta lucha ahora en las redes por ser famoso, por tener nosecuantos seguidores, ¿qué va a dejar en el mundo? No deja nada, solo personajes rotos.

¿Por eso ha estudiado especialmente los medios de comunicación, su influencia en la sociedad?
Sí, pienso que hay que transmitir esa crítica, y eso tiene que estar en los medios y desde la escuela, enseñar a ser crítico en el mundo en que vivimos, porque si no el mundo te come. Mis suegros eran maestros rurales los dos, de un pueblecito de Galicia, y luchaban por sus alumnos, que iban caminando cinco o seis kilómetros a la escuela, porque sus padres creían en la cultura. Creían que si sus hijos estudiaban iban a mejorar. Hoy no. Hoy esa valoración no existe, y mientras no se vuelva a recuperar esa valoración de que con la cultura sí se evoluciona, mal asunto. La economía no hace evolucionar. Simplemente es una ciencia para distribuir los bienes que se tienen. Sí, está muy bien, pero lo fundamental es la educación, la cultura.

Concha Jerez archiva los procesos de sus obras.
Concha Jerez archiva los procesos de sus obras.ximena garrigues y sergio moya

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Sobre la firma

Ana Fernández Abad
La editora de estilo de vida de S MODA está especializada en temas culturales y personajes de actualidad. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra y ha escrito en medios como Diario 16, El Comercio o Descubrir el Arte.

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