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Carmen García Huerta, la ilustradora del top 100

Taschen dice que es una de las 100 mejores ilustradoras del mundo. En su obra, las mujeres más bellas contrastan con otros dibujos mucho más íntimos, llenos de arrugas, expresión y carne.

cover

La artista madrileña podría ser una de las glamourosas figuras que pinta: estilosa, guapa y delicada. Su firma, que juega con sus iniciales –CGH- a modo de sello de una ganadería, marca a sus estilizadas chicas de moda, las que desde hace ya más de dos décadas pinta para firmas como Lancôme, Max Factor, Custo o Roberto Verino. Por encargo, Carmen García Huerta ha dibujado también las ilustraciones que aparecen en las páginas de las grandes revistas de moda (Vogue, Elle, Glamour), cuadernos, portadas de discos y expuesto en grandes galerías de arte. No obstante, hay dos Cármenes, como dos vertientes en su obra: la más comercial y publicitaria, y la profunda, la honda, la que aprovecha sus pinceles y manejo del mundo digital para desgarrar los cuerpos más allá de la pasarela y la naturaleza en su estado más puro.

– ¿Cómo convives con esas dos 'Cármenes'?

– Ahora convivo muy bien con esos dos estilos, pero ha habido fases. Al principio me causó un poco de conflicto. Porque si ves mi obra más personal, se observa de repente un hartazgo de tanta belleza, de ese mundo perfecto, de tanta producción digital vectorial y pulida. Mi trabajo más íntimo, que ha ido surgiendo con los años, es totalmente distinto, diría que es incluso antagónico. No obstante, ahora llevo bien ambos estilos y considero que ambos se complementan. Porque aparte, la moda siempre me ha encantado y me sigue encantando.

– Porque al tiempo, esas mujeres perfectas, esa moda, son un corsé para una artista.

– Claro, exacto. Y de ahí el conflicto como mujer y como creadora con todo lo que la industria de la moda representa y produce con sus cánones de estética. Lo que pasa es que también es verdad que ese mundo me fascina, me subyuga. Por eso, como por terapia para gestionar esas contradicciones, surgió esa otra obra mía. Necesitaba hacer otras cosas, trabajar con otras técnicas, formatos, pintar la piel arrugada, el desgaste, la anatomía irregular de los cuerpos…

‘Infancial’.

Cortesía de Carmen García Huerta

– ¿Qué es la moda para ti?

– Muchas cosas. Yo como creadora me quedo con la parte de creación. Pero también diría que es una forma de arte accesible o aspiracional. No es el arte con mayúsculas, es el arte que todos nos podemos poner. Pero moda es sociología; es diversión; es industria… Lo que pasa es que tiene demasiada influencia.

– En una anterior entrevista decías que eras imposible de definir; bien, define tu arte.

– Es que es verdad; no tengo palabras para retratarme. Con respecto a mi obra, diría que en búsqueda constante. Es algo así como que cuando llegas a un estado, pasas a otro; es una evolución. Para definirme: mi obra.

– Dices que te inspiras en las cosas pequeñas.

– Eso me viene sobre todo desde que he sido madre. No por eso directamente, pero sí 'a partir de'. Se produce un cambio de dimensión y de observación importante, los grandes temas y las grandes preocupaciones dejan de estar dispersos y se concentran. Eso, aplicado al dibujo, es ir a los detalles más minúsculos de una hoja de una planta y ver cómo se va poniendo marrón. Es fijarme en la parte y no en el todo: centrarme en la rozadura de los dedos de un zapato de tacón más que en el propio zapato.

‘Street Style II’

Cortesía de Carmen García Huerta

– También comentas que buscas como inspiración a madres artistas.

– Te pongo un ejemplo muy claro, Louise Bourgeois y su obra. Para mí, ella es fundamental en el arte contemporáneo, y en concreto, en el arte femenino, aunque es un término que no me gusta distinguir. Ella retrató muy de cerca la maternidad con una mirada propia, porque la maternidad siempre se ha pintado desde fuera, desde los ojos del hombre, y lógicamente con una mirada patriarcal: con el niño frontal, todo con mucha beatitud y de una forma muy estática. Ella la cuenta desde dentro y toca asuntos como la lactancia o el parto con absoluta verdad. Para mí fue como un tiro directo a una emoción que no sentía representada por el arte tradicional. A partir de ella empecé a investigar a las mujeres que producen arte y que son madres a la vez.

– Entonces, ¿hay un arte femenino?

P- ues te voy a responder citándola. Ella decía que no hay un arte femenino ni feminista en sí mismo, que lo que hay es un contenido psicológico. Lo que producimos no es el resultado de un plan a priori. No decimos: “como mujer, voy a plasmar esto”, porque sería impostado, pero sí tenemos unas experiencias particulares de las que no nos podemos desprender. Aunque hay múltiples áreas universales indistintamente del género, y creo que la clave es saber transitar por todas.

– ¿Eres feminista?

– Totalmente.

*La obra de Carmen García Huerta se puede ver en la Galería de Asuntos Importantes (c/General Castaños, 5, Madrid) hasta el 2 de octubre. Se expone –patrocinada por Canon- junto con la de los españoles Jorge Arévalo y David Despau, reconocidos también por la editorial Taschen como tres de los mejores cien ilustradores del mundo.

‘Manicura III’.

Cortesía de Carmen García Huerta

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