1 de 16
Sin menospreciar al chándal, el vestido se ha alzado como inesperado vencedor de las tendencias de la ‘nueva normalidad’. Los modelos estampados de largo midi están entre los más buscados según Edited. “Los consumidores se están acostumbrando a la comodidad y a la facilidad que consigue esta silueta holgada”, indica el informe Post-Covid Trends & Bestsellers de la consultora.
Triunfan los patrones amplios y los diseños bucólicos. No hay que combinarlos más que con unas sandalias o unas botas, según la estación (si el termómetro se pone quisquilloso, con un jersey de cuello alto debajo) y tienen la ventaja añadida de sentar siempre bien y esconder cualquier kilo adquirido durante los meses de confinamiento. Además no conviene olvidar que se trata de un estilo especialmente adorado por las marcas: el patrón ancho consigue que siente bien a un mayor número de clientas, lo que reduce las temidas devoluciones.
¿Cottagecore? Las prerrafaelitas ya lo probaron. Da fe de ello este cuadro de Albert Moore, Zafiros (1877). A la dcha., vestido de Kalita (790 euros aprox).