Su colección de otoño-invierno 2011/12 le valió el premio al mejor diseñador de Cibeles y con el verano de por medio, parece que Ángel Schlesser se ha relajado valientemente. A su repertorio de básicos -clásicos trajes marengo que se alternan con acurados pitillos y bombers o gabardinas- se suman tops y faldas de acabado metalizado o lentejuelas que se compensan respectivamente con sendos pantalones o jerséis calados.
Sorprende el tono deportivo de algunas prendas inusuales en su repertorio como sudaderas de piel plastificada con capucha o vestidos tipo parka del mismo acabado. Su monos y vestidos tirados, de punto, en color avellana y negro -aquí afloran de nuevo los maxiguantes de piel- preceden a sus más sofisticadas propuestas en organza rosa y limón empolvado.








