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¿Qué tiene Bradley Cooper que tanto nos gusta? (Además de lo obvio)

Repasamos qué tiene de especial este actor, que ahora estrena la tercera y última entrega de ‘Resacón en Las Vegas’.

bradley cover
Getty

Hace solo tres años que el inesperado y monumental éxito de taquilla de una comedia sobre una despedida de soltero que se sale de madre hizo que nos preguntáramos quién era ese actor de ojos claros (y en qué más películas podíamos recrearnos la vista con él). Resacón en Las Vegas, dirigida por Todd Phillips, conquistó al público, a buena parte de la crítica, se hizo con el Globo de Oro y dio de sí para dos entregas más –la última de las cuales, R3sacón, se estrena en nuestro país este viernes– y para catapultar al estrellato a uno de sus protagonistas: Bradley Cooper.

Este actor, nacido en Filadelfia (Pensilvania), ya traía sobre sus espaldas una larga trayectoria plagada de olvidables trabajos: desde telefilms de bajo presupuesto hasta insulsas comedias románticas como Novia por contrato o ¿Qué les pasa a los hombres?, pasando por pequeñas apariciones televisivas (entre otras, como ligue de Carrie Bradshaw en la serie Sexo en Nueva York). Cooper pareció encontrar su nicho en el humor gamberro y hasta kitsch (su Fénix de la versión para el cine de El Equipo A es todo pectorales), y su talismán, nada menos que en Robert De Niro. Junto al veterano actor, que ha sido como un mentor para él, ha actuado en Sin Límites y en El lado bueno de las cosas. En esta última, Cooper dio con su otro talismán: la actriz Jennifer Lawrence. La química entre ambos les valió la nominación al Oscar a los dos, aunque solo se lo llevó a casa ella, y pronto les veremos juntos de nuevo en el drama Serena, ambientado en la Gran Depresión, y en la comedia American Hustle.

En el ránking de los más guapos, Cooper ha desbancado a grandes sex symbols como Brad Pitt, Johnny Depp, Hugh Jackman y, por supuesto, George Clooney, a quien parece querer emular ahora en una campaña publicitaria de Häagen-Dazs que sigue la fórmula erótico-divertida que ha funcionado tan bien a Nespresso. Y no es solo atractivo: de ascendencia italiana e irlandesa, le gusta cocinar (o eso dice), le encantan los perros, habla francés con fluidez –durante la promoción de Resacón 2 (Ahora en Tailandia) sorprendió hablando a la perfección este idioma durante una entrevista en la televisión gala- y es uno de los más estilosos sobre la alfombra roja (aunque él asegura que no le interesa ir de compras… lo cual suma aún más puntos). Pero, ¿nos encontramos acaso ante el chico guapo de moda como en su momento lo fueron Patrick Dempsey o Gerard Butler? ¿O ante uno de los talentos más prometedores del panorama? El tiempo lo dirá. Por ahora, analizamos cinco buenas razones para amarlo (u odiarlo):

1) Es culto (y no se da por vencido fácilmente). Cooper no es de esos actores que empiezan haciendo anuncios a los diez años o antes, se pasan luego a la televisión y finalmente dan el pelotazo tras ser descubiertos en un cásting multitudinario. Él pasó por la Universidad de Georgetown y se graduó en literatura inglesa, presentando una tesis que versaba sobre la adaptación a la gran pantalla de Lolita, de Nabokov. Después se convirtió en un actor del método tras estudiar en el prestigioso Actors Studio, en Nueva York, donde rechazó la ayuda económica de sus padres. Prefirió trabajar para mantenerse y, entre otros sitios, lo hizo en el Hotel Morgans. Allí se cruzó con Leonardo DiCaprio, solo un año mayor que él pero ya una superestrella gracias a su papel protagonista en Titanic. «Estábamos a tres pasos el uno del otro –recordó Cooper en una entrevista para GQ británico–, pero en mundos diferentes». Puede que los 40 sean los nuevos 30. Pero, ¿triunfar a los 38 en Hollywood? Eso tener mucha paciencia…

Bradley Cooper y Jennifer Lawrence, todo química.

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2) Bromea sobre su aspecto (y sobre lo que haga falta). No solo fue nombrado el hombre vivo más sexy del mundo en 2011 por la revista People, sino que además alardeó de un gran sentido del humor que aún lo hace más sexy. «A veces me veo genial, pero otras horrible», admitió entonces, y desató de forma involuntaria la ira de las fanáticas de otro actor que despierta pasiones y que había quedado en segundo puesto: Ryan Gosling. Ni la recogida de firmas a través de Internet ni las protestas multitudinarias frente a la redacción de la revista sirvieron para dejar sin el título a Cooper, quien quitó hierro al asunto en el programa de televisión británico The Graham Norton Show: «[Ryan Gosling] Parece sacado de una sesión de fotos –comentó al comparar unas fotos de ambos tomadas por los paparazzis en París–. Como si saliera de una pasarela. Yo parezco literalmente el vecino de al lado, que nunca sale de su casa. Ni debería salir». Curiosamente, los dos compartirán cartel en Cruce de caminos (The Place Beyond The Pines), en la que Cooper interpreta a un policía que persigue a Gosling.

Muestra de su sentido del humor en el programa de Jimmy Fallon.

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3) Vive con su madre (y se la lleva a los Oscar). Quizá esto no sea exactamente una virtud a priori, pero sí resulta enternecedor cuando indagamos un poco más sobre las causas. No es que el actor sea un niño de mamá, sino que se mudó con sus progenitores poco antes de que su padre muriera, hace ya dos años, algo que le impactó sobremanera. De hecho, no se quita la alianza que su padre, un corredor de bolsa a quien atribuye su vena cinéfila y su amor por obras maestras como Apocalypse Now o El hombre elefante. El protagonista de El lado bueno de las cosas causó sensación al aparecer del brazo de Gloria, su madre, en la pasada ceremonia de los Oscar, en la que además brilló por su naturalidad y simpatía junto a su partenaire en el film, Jennifer Lawrence. De hecho, a ella ha atribuido en varias ocasiones (creemos que sin falsa modestia) el éxito del film que coprotagonizaron.

Bradley con su madre, Gloria Cooper.

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4) Es un tipo sano. Tiene gracia que su cara se volviera conocida por participar en la mayor resaca cinematográfica de la historia del cine, ya que Cooper lleva desde los 29 sin probar el alcohol. ¿Cuál fue el detonante para dejar atrás el lado salvaje? Él mismo lo ha resumido así: «Estaba en una fiesta y golpeé deliberadamente mi cabeza contra el suelo, para quedar de tipo duro –confesó a The Hollywood Reporter–. La sangre caía a chorros, pero volví a hacerlo. Me pasé la noche en el hospital esperando a que me cosieran». Ahora admite que se dio cuenta de que estaba echando a perder su potencial y de que iba a arruinar su vida. Pasarse a la vida sana fue el punto de inflexión en la trayectoria vital de este artista de educación católica, que no tiene problemas en admitir que reza desde siempre con la intención de parecerse a su padre y que se considera un hombre espiritual.

Además, es superamable con sus fans.

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5) Es todo un caballero. Que ha triunfado con las mujeres desde que era un niño lo ha dicho su madre y, desde luego, no sorprende a nadie. Pero quizá sí que Cooper sea de la vieja escuela en lo que se refiere al sexo opuesto, es decir, de los que te abren la puerta, te llevan las maletas y se levantan cuando tú haces lo propio. Él se define como un romántico, que ha hecho locuras por amor (aunque no ha confesado cuáles) y al que le van las mujeres sin maquillaje y capaces de hacer un buen guiso. No sabemos si esto es lo que le sedujo de la modelo británica Suki Waterhouse, con quien está saliendo desde el pasado mes de febrero y que es 18 años menor que él. ¿Pero entonces sí es el típico rompecorazones? «No me veo como un mujeriego», se defiende él, y añade: «Solo porque una relación cambie, esa persona no tiene por qué dejar de estar en tu vida, sería una pena –dijo a la revista People–. Especialmente cuando te importa y habéis compartido tantas cosas», no sabemos si en alusión a sus ex Renée Zellweger o Zoe Saldana, ya que de su ex mujer, la actriz Jennifer Espósito, con quien estuvo casado cuatro meses, ya dijo una vez que todavía no eran amigos, aunque espera conseguirlo algún día.

También tiene la capacidad de terminar sus historias amistosamente. En la imagen con su ex Renee Zellweger.

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