_
_
_
_
_

«Devolvednos al hombre varonil»: el vestido de Gucci de Harry Styles y las falsas alarmas de la destrucción de la hombría

Las voces mediáticas anglosajonas más conservadoras han puesto el grito en el cielo al ver al artista con un vestido en la primera plana del número de diciembre de la edición estadounidense de Vogue.

Harry Styles en la portada de 'Vogue'.
Harry Styles en la portada de 'Vogue'.Vogue

El número de diciembre de la edición estadounidense de Vogue tiene al artista (y antiguo miembro de la banda One Direction) Harry Styles en portada. Es la primera vez en la historia de la revista en la que un hombre aparece en solitario en su portada. Desde que se hizo pública el pasado viernes, la portada ha levantado airados debates sobre la masculinidad y la vestimenta de género. ¿El motivo? Styles aparece en primera plana con un voluminoso vestido azul bebé combinado con una chaqueta de esmoquin negra (ambos diseñados por Gucci).

No es la primera vez que Harry Sytles se pone vestido o una falda (tampoco en una portada, se puso uno de Comme des Garçons en su primera plana para el Guardian Weekend) ni la primera que un artista masculino lo hace: ahí están los ejemplos históricos sobre la fluidez de género con la que jugaron Bowie, Prince, Kurt Cobain, Freddie Mercury o en la nueva hornada junto a Styles, Machine Gun Kelly (que también aparece vestido con falda en su reciente portada de Nylon) o Bad Bunny. Pero sí es la primera vez que en un hombre aparece en la portada de Vogue vestido de esa forma. «Me gusta jugar con la ropa. Nunca pensé demasiado en lo que significa, simplemente se convierte en esta parte extendida de la creación de algo», cuenta el propio Styles en la publicación.

El editorial fotográfico sirve como exploración de la fluidez de género y la vestimenta no binaria que se ha normalizado como nuevo paradigma social entre las nuevas generaciones. Sin embargo conservadores prominentes y muy mediáticos, que definen los estados de opinión desde sus redes sociales, como Candace Owens, Piers Morgan o Ben Shapiro, han mostrado públicamente su rechazo a que Styles apareciese con un vestido. Owens escribió desde Twitter: «No existe ninguna sociedad que pueda sobrevivir sin hombres fuertes. Oriente lo sabe. En Occidente, la feminización constante de nuestros hombres al mismo tiempo que se enseña marxismo a nuestros hijos no es una coincidencia. Es un ataque directo», sentenciando con un «Devolvednos al hombre varonil».

Shapiro, que cuenta con una red de más de tres millones de seguidores en Twitter y es una de las voces que más marca el debate desde Facebook (sus posts siempre alcanzan los diez más vistos de la red cada vez que se cuelgan), compartió la opinión de Owens y añadió: «Cualquiera que finja que esto no es un referéndum sobre la masculinidad para que los hombres se pongan vestidos vaporosos te está tratando como a un idiota». Piers Morgan, que ha montado un debate en su programa para tratar el tema, dijo directamente que era «extraño» ver a un hombre con un vestido

Ni símbolo radical ni normalización de lo trans

Las respuestas a estos ataques no se han hecho esperar. Olivia Wilde, quien actualmente dirige una película en la que aparece Styles, respondió a los tweets de Owens con: «Eres patética». Y la actriz de The Good Place, Jameela Jamil, tuiteó en defensa del artista: «Masculino es lo que tú quieras que sea».

Las reacciones encontradas y los debates en torno a que los hombres decidan ponerse un vestido o pintarse las uñas (el futbolista Borja Iglesias tuvo que contestar a los homófobos que le atacaron por pintárselas de color negro) evidencian la asignatura pendiente de normalizar un acto tan cotidiano como vestirse con lo que a uno más le apetezca. Que un artista globlamente conocido cisgénero se ponga un vestido en una portada de una revista femenina no hará desaparecer por arte de magia la masculinidad hegemónica ni las cifras de violencia hacia las personas trans o la destrucción del machismo cotidiano. Tal y como defendían desde The Daily Beast: «La portada de Harry Styles en Vogue puede ser histórica, pero no es radical», titulaban.

La comunidad trans tampoco quiere aportar un valor transformador a la portada. El artista y escritor Alok Vaid-Menon compartió un post donde cuestionaba el impacto y el mensaje de la portada. «¿Estoy feliz de ver a Harry ser aplaudido por desobedecer abiertamente las normas de moda de género? Sí. ¿Las mujeres trans de color reciben elogios por hacer lo mismo todos los días? No«, escribió.  «Podemos reconocer este momento sin precedentes y al mismo tiempo recordar que solo podría suceder debido a la resistencia de las mujeres trans de color», recordó, añadiendo que «las mujeres trans de color fueron pioneras y continúan enfrentándose a las reacciones negativas» Nuestra estética llega al mainstream, pero no a nuestros cuerpos. Todavía nos rechazan por ser ‘demasiado excesivas’ o ‘demasiado queer’ porque no somos lo suficientemente aceptables para los blancos para los blancos y la heteronormatividad. ¿Es culpa de Harry? No. Es culpa de los sistemas de transmisoginia y racismo», sentenció.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_