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¿Por qué esa obsesión por la altura en Tinder? Radiografía del gran prejuicio físico que afrontan los hombres en las ‘apps’ de ligar

Diferentes estudios biométricos apuntan a que los hombres altos son considerados más atractivos por las mujeres. ¿Qué hay de mito y qué hay de realidad?

tinder

En las entrevistas de promoción de la película Spiderman: No Way Home, que se estrenó a finales de 2021, había un tipo de pregunta que sus dos protagonistas, a la sazón pareja en la vida real, Zendaya y Tom Holland, tenían que afrontar casi siempre: ¿hubo retos por la diferencia de altura? ¿Cómo hacían, por ejemplo, para besarse? Sin ningún tipo de contexto, lo lógico sería pensar que tal insistencia en este detalle podría significar que la diferencia de estatura entre ellos era enorme. Son solo seis centímetros. Ese reto al que hacen todos referencia es otro: ella es más alta que él en una cultura en la que eso no es lo normal.

Ambos les siguen el juego a entrevistadores y Holland aguanta estoicamente las bromas sobre su condición de hombre supuestamente bajo (mide 1,73 metros), e incluso es él quien dirige la atención hacia el tema, como cuando incendió las redes al darle un like a una publicación que decía que los hombres más bajos tienen más sexo. De vez en cuando, se ponen serios y aclaran que esa diferencia no les crea ningún problema en su relación personal, por si había alguna duda (que la gente lo dude les parece una «suposición estúpida», aclararon en alguna de esas entrevistas). Además, para Zendaya nada de esto es nuevo: su madre también es más alta que su padre.

Pese a esa normalidad que defiende la actriz, las parejas heterosexuales en las que él es más bajo son menos frecuentes, y esto está tan aceptado en términos biológicos que la ciencia lo llama the mal-taller norm (la norma del macho más alto). Esto ocurre, en parte, por pura estadística: de media, los hombres son más altos que las mujeres (1,76 frente a 1,62 en España, según el portal WorldData). Sin embargo, algunos estudios ya han desmentido que la supuesta mayor altura de los hombres frente a la de las mujeres sea la única razón para que una pareja compuesta por una mujer más alta que un hombre resulte llamativa. Es el caso de la investigación realizada por el departamento de Economía de la Universidad de Corea en 2015 y publicado en el Journal of Comparative Human Biology, para el que se mezclaron de forma totalmente aleatoria 10.000 personas en parejas de hombres y mujeres sin relación entre ellos, y el porcentaje de hombres más altos que sus compañeras era más bajo que cuando la estadística se realizaba con personas unidas sentimentalmente. Es decir: la diferencia de altura entre parejas de hombres y mujeres se acentúa cuando hay una decisión consciente, condicionada social y culturalmente, por parte de la mujer; si la mezcla fuese simplemente aleatoria (al menos en Corea), sería mucho más frecuente ver parejas donde ellas son más altas.

Esa importancia social y cultural de la altura masculina la desgranó un estudio publicado en 2014 en el Journal of Family Issues: el 57,1% de las mujeres indicaba que para ellas la altura del hombre era importante. En cambio, solo al 40% de los hombres les importaba la altura de la mujer. Otro aspecto interesante del estudio es a quiénes no les importaba la estatura de la potencial pareja: cuanto más altos eran ellos, más probable era que dijesen que la estatura no era importante. Entre ellas era al revés: cuanto más altas, más les importaba. Es decir, seguía funcionando la famosa male-taller norm.

El estudio también preguntó a las personas encuestadas los porqués de sus preferencias. Las razones mencionadas son muy distintas entre hombres y mujeres: las mujeres hablaban de preferir a los altos por protección y seguridad, para sentirse más femeninas o (un 10%) para poder ir con tacones. Es el caso de Carla, de 30 años, que explica que «por muy guapo que sea él, si es bajito, no me va. Un abrazo a un chico bajito me recuerda al abrazo a un niño. Si me abrazan desde las alturas me da sensación de protección», cuenta. En dicho estudio, los hombres mencionaban la incomodidad física de estar con mujeres demasiado bajas o querer evitar el estigma asociado a salir con una mujer más alta.

Saliendo del ámbito de las parejas, hay también estudios que asocian a la estatura una serie de características que podrían ser vistas como atractivas: los universitarios miden tres centímetros más que los que solo tienen estudios primarios (según un estudio publicado recientemente por la Universidad de Jaén y analizado en este periódico), y las personas altas ganan más dinero (según un estudio de 2015 de la Universidad de Chicago), todo ello porque, estadísticamente, es más probable que pertenezcan a familias más pudientes y entornos más estables donde la alimentación ha sido mejor durante generaciones.

Pero, ¿qué es ser alto? En España, la media de altura de los hombres, según un estudio de la OCDE, es de 1,74. Los más altos de Europa son los daneses, cuya media está en 1,82. De manera que en Dinamarca un hombre de 1,80 es bajo mientras que en nuestro país es altísimo. Y esto hay que tenerlo en mente para leer lo que viene a continuación.

El atractivo de la altura (en los hombres)

Sabiendo todo esto, que a las mujeres les importa la estatura de su pareja potencial, que prefieren que sea alto, y que esa estatura tiene toda una serie de extras asociados que se pueden relacionar con el éxito, no es extraño que en las aplicaciones para ligar el dato de la altura sea clave en el caso de los hombres, que aportan este dato con mucha más frecuencia que las mujeres. La prueba de que el tema es una constante que casi se ha convertido en un cliché es que hace tres años la inocentada de Tinder en el April’s Fools Day (el día de los Santos Inocentes del mundo anglosajón) fue que iban a añadir un sistema de verificación de altura. Porque, por supuesto, no todos los usuarios que dicen medir más de 1,80 luego son tan altos. «Una vez un chico no puso cuánto medía en Tinder. Me parecía simpático. Antes de quedar le dije que yo medía 1,90  para ver qué decía y contestó: me gustan las chicas altas», explica Laura. «Cuando quedamos en un pub, él me llegaba por encima del codo. No sé qué cara pondría yo, porque el camarero nos puso unos chupitos sin mediar palabra. Me tomé el mío y me fui del tirón. Luego me llamó superficial por Tinder. A mí me molestó que dijera que solo le gustaban las chicas altas».

La psicóloga y sexóloga Nayara Malnero, especialista en terapia de pareja y problemas de disfunción sexual masculina, dice haber atendido en su consulta a hombres que han tenido problemas de autoestima por culpa de la baja estatura y explica que se le han presentado pacientes que incluso aunque no aportasen el dato en la app, introducían el tema en la conversación si esta llegaba a producirse. “Esa revelación, la de ser bajos, provoca con mucha frecuencia que la mujer con la que están hablando ya no quiera continuar». Catalina le contó hace tres años a su terapeuta que se sentía culpable por esa obsesión por los hombres altos porque era «consciente del sesgo patriarcal de la cuestión; la idea de que él sea protector», como si la pudiera «salvar de algo», explica. Lo que le respondió le dejó mucho más tranquila: «Me dijo que las preferencias sexuales se pueden asumir como asumimos que nos guste la cumbia y no el tecno, o que nos guste más una comida que otra. Son gustos adquiridos, culturales, pero no debía fustigarme por ello».

Esto puede significar, pues, que solo especifiquen la altura aquellos cuyos datos les sitúan por encima de la media. Es el caso de Santiago, un usuario de Tinder de 28, quien pone la altura“porque es un elemento atractivo”. De hecho, es la única información que aporta en el apartado Sobre mí. “Muchas mujeres no quieren saber de la altura o del cuerpo, pero yo busco a una mujer más sensual y atrevida a la que le guste un hombre alto. Intento provocar el efecto de deseo carnal”, asegura. Publica su estatura por la misma razón por la que en su foto de perfil se muestra recién salido de la ducha marcando abdominales: porque considera que son elementos que atraerán al tipo de mujer que busca.

Sin embargo, no todos los hombres altos que acompañan su perfil de Tinder con su estatura lo hacen únicamente como reclamo sexual. Xevi, de 37 años, cuenta que cuando fue un usuario activo de la aplicación, hace unos siete años, especificaba cuánto mide por otra razón. “Mido dos metros, y así aumentaban las posibilidades de que chicas altas diesen un like. Además, no tenía ninguna foto de cuerpo entero”, recuerda. En este caso, a él sí le importaba la altura de sus potenciales parejas, admite, “básicamente por una cuestión práctica: para no tener dolor de espalda o volverme jorobado”, una de las razones que aparecía en el estudio mencionado anteriormente. El truco funcionó, y la mayoría de las chicas con las que quedó eran más altas que la media, aunque también quedó con alguna baja, contra las que, aclara, no tiene nada en contra. “Una chica bajita hasta me preguntó en la primera cita por qué tenía la altura en Tinder y si era un problema que ella fuese bajita”, relata. Le dijo que para él es más fácil estar con chicas altas, pero que “realmente no tenía ningún problema con chicas bajitas si había buena química» y se entendían.

Del mismo modo, que un hombre no publique su estatura en su perfil de Tinder no significa necesariamente que esté por debajo de la media. «Centrarse mucho en la información física puede transmitir la idea de que es eso lo que más te importa y, pese a la fama de superficialidad que arrastran este tipo de aplicaciones, muchos usuarios no estamos aquí por eso», explica Daniel, de 36 años, que mide 1,86 y dice que no especifica la estatura precisamente por eso. “Si pones tu altura, ya estás dando la impresión de que vas vendiendo tu físico en general”, afirma. Al contrario que Santiago, no era lo que él quería transmitir. Cuando alguna usuaria se lo preguntaba, lo decía sin problemas, aunque para él no es importante. La pregunta, eso sí, aparecía con frecuencia, según cuenta. Paula, que mide 1,80, cuenta que se las ingeniaba para «saberlo rápido aunque no tuvieran esa información en sus perfiles. Yo tampoco la tenía», aunque, aclara que no le importa si un hombre es más bajo que ella: «A mí me suelen gustar altos, pero siempre hay excepciones», dice.

Pese a todo esto, parejas heterosexuales como la formada por Zendaya y Tom Holland muestran que toda esta importancia que se le da a la altura de los hombres es una construcción cultural. No solo eso: ese escaparate de primeras impresiones que se muestra en Tinder está sujeto también a los cánones de imagen que impone la cultura de la imagen del siglo XXI, que al igual que glorifica los cuerpos de mujeres imposibles, lo hace con los hombres.

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