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Por qué algunas joyas dejan la piel verde y sobre todo ¿es peligroso?

La moda por las joyitas asequibles está levantando la pregunta en redes sociales. La buena noticia es que se puede evitar con varios trucos y un poco de cuidado.

Las fiebre por las 'joyitas' ha venido con con la gran pregunta en redes: por qué se nos ponen los dedos verdes.
Las fiebre por las 'joyitas' ha venido con con la gran pregunta en redes: por qué se nos ponen los dedos verdes.Getty

Desde hace un par de años, las “joyitas” que aparecen como por arte de magia entre los anuncios sugeridos de Instagram tienen un poder hipnótico similar al de los vídeos ASMR: una no se da cuenta de que está embobada y no puede salir del hechizo hasta que ya ha caído por la madriguera del conejo, buscando (y probablemente comprando) una de esas piecitas tan fotogénicas y a buen precio. Uno de los componentes más habituales de este tipo de anillos, pendientes y collares -de estética minimalista, con detalles simbólicos como estrellas o iniciales y tan bonitos de combinar- es el níquel, un material ferromagnético cuya presencia en joyería la UE limitó en 2015: solo está permitido un máximo de 0,28 microgramos por centímetro cuadrado. Pero esto no es algo a lo que una suela dar demasiada importancia cuando tiene un flechazo por internet. Lo que acostumbra a pasar después es muy común: una vez recibida y estrenada la “joyita” aparece un antiestético rastro verde sobre la piel. ¿Pero no era bueno?

El culpable

“El oro por sí mismo nunca mancha la piel, son los otros metales que están contenidos en la aleación los que pueden causar problemas de este tipo”, puntualizan a esta revista desde el Departamento de Tasación de Joyas del Instituto Gemológico Español. Este poco deseado tinte verdoso que a veces dejan algunas bisuterías también puede aparecer “cuando son joyas chapadas o bañadas en oro y ese baño se les ha ido y la piel entra en contacto con el metal” y, recomiendan fijarse en la etiqueta de “libre de níquel” antes de comprar una.

De hecho, la razón más habitual por la que el dedo anular o los lóbulos de las orejas acaban verdes es la presencia tanto de níquel como de cobre en la aleación. Los minerales y químicos presentes en el sudor (o en cualquier producto químico que hayamos puesto sobre la piel como lociones, jabones o desinfectantes) pueden reaccionar con estos elementos químicos, corroer el material, crear las llamadas sales de cobre y hacer que un tinte verde se transfiera a la piel. Si has notado más la reacción en los meses de verano o después de un entrenamiento, es por eso.

Otros metales pueden producir efectos similares: la plata presente en la plata esterlina (que es un 7,5% cobre), y utilizada como aleación en una buena cantidad de joyas de oro, puede oxidarse cuando entra en contacto con la piel. Esto provoca el deslustre y puede dejar una mancha de color verde oscuro o negro.

Es evidente que si mezclamos oro con otro material abarataremos el precio de la joya resultante pero más allá del precio lo cierto es que el oro puro de 24 K es demasiado blando para trabajar con él, por eso se mezcla: “Las joyas de oro se fabrican generalmente en 18 K, es decir, con 750 milésimas de oro puro, y el resto, en aleación con un metal que le otorgue dureza. En España la 1ª Ley es 18 K, pero también se fabrican joyas en 14 K (con 585 milésimas, son las correspondientes a la 2ª Ley), e incluso de 10 o 9 K (a estas se les denomina de oro de baja aleación)”, explican en el IGE. Si hablamos de oro de primera calidad, siempre deberíamos fijarnos, recomiendan desde el IGE, en que la joya esté punzonada con los correspondientes contrastes oficiales según sea de una u otra ley.

Las aleaciones suelen asociarse a bisuterías más baratas pero en realidad se dan también en piezas más caras e incluso de diseñador para conseguir un color o una dureza determinados. Firmas de prestigio como YSL, Balenciaga, Jacquemus o Cult Gaia venden anillos de latón (que es una aleación de cobre y zinc) con acabados dorados por unos 300 euros y aunque presumiblemente no van a dejarnos el mismo rastro verde en la piel que esa sortija fichada en Aliexpress por menos de 3 euros, la manera de distinguir la calidad de la mezcla no solo figura el precio: antes de comprar es siempre recomendable preguntar qué metales contiene porque este tipo de piezas “son más propensas a la corrosión y tienen como consecuencias más frecuentes la oxidación y la salinización, con pérdidas de intensidad o cambios de color y brillo”, aclaran en el IGE. El boom por la bisutería es un negocio al alza y se proyecta que solo en EE.UU este mercado alcance ingresos de 22,3 mil millones de dólares para fines de 2027,impulsado por un creciente sentido de la moda, según datos de Coherent Marketing Insights.

En realidad la única manera de saber qué otros metales lleva una joya de oro sería analizándola pero sí es posible elegir mejor si conoces los cambios de color que suceden al mezclar el oro: “La plata colorea el oro hacia el verde, el cobre hacia el rojo, el paladio hacia el blanco y el níquel hacia el gris”, explican desde el IGE, y añaden que “el cobre, el níquel y la plata que se utilizan para alterar el color pueden causar problemas de tinción de la piel y alergias”.

En principio este tipo de manchas verdosas no suponen un daño para la piel y no son peligrosas. Algunas personas pueden confundir esta impresión con una alergia al cobre pero habitualmente se trata de una reacción de oxidación, no una reacción de la piel, y solo causan cierta irritación en pieles muy sensibles. La buena noticia es que el rastro verde, al ser un residuo físico, se puede limpiar; la mala, que a veces puede resultar un poco obstinado.

El remedio

La bisutería está tan de moda, y la mancha verde tan presente, que en TikTok los vídeos de cómo borrar las manchas verdes llevan más de 14 millones de visualizaciones. Muchos coinciden en que la manera más sencilla de hacer desaparecerlas es con un desmaquillante o con alcohol isopropílico, aplicándolos sobre un disco de algodón y frotando en el lugar del tinte.

En el IGE nos aconsejan varios cuidados fáciles para mantener mejor las joyas y evitar oxidaciones. “La plata, que en contacto con la luz, la humedad y el aire, cambia de color oscureciéndose y perdiendo el brillo, se limpia fácilmente con productos específicos o con bicarbonato y agua templada. También podemos solicitar que le den un baño de rodio para que el proceso de oxidación no le afecte tan rápidamente”. El caso del oro empleado en joyería, que como ahora sabemos está en aleación con otros metales para conseguir el color y la dureza deseadas, “puede sufrir también cambio de color ligero y pérdida de brillo, pero es fácilmente solucionable con una limpieza con detergente suave y agua”, aseguran. Como recordatorio, los anillos de acero inoxidable, platino, oro puro o plata y rodio no son susceptibles a problemas de decoloración. A la larga serán buenas inversiones porque su buen estado se puede mantener durante mucho tiempo.

Cuando hablamos de bisutería uno de los trucos más extendidos para evitar acabar verdes es recubrir las joyas (o al menos la parte que entra en contacto con la piel) con esmalte de uñas transparente. Esta capa actuará como una barrera protectora entre los metales de las joyas y la piel, y de paso, también evitará que el metal de la joya se deteriore o se desvanezca. Este método requiere algo de mantenimiento porque no siempre se puede saber cuándo va desapareciendo, por lo que es posible que se deba reaplicar con regularidad.

Si las joyas son plateadas o chapadas en oro puedes omitir el tratamiento con esmalte y llevarlas a un joyero para que las recubra cuando se desgastan y comienzas a notar la reacción verde.

Otra de las soluciones para acabar teñida es evitar el agua y jabón mientras se usa la joya, por lo que es buena idea quitársela al lavarse las manos, no llevarlas al nadar o hacer ejercicio, dejarlas en casa los días de gran humedad y secarse buen las manos antes de volver a ponerlas. Todo esto servirá para retrasar el proceso de oxidación.

Existen, también, paños antimanchas que pueden ser de gran utilidad cuando la bisutería está dando los primeros signos de oxidación: limpiarlos suavemente puede ayudar, así como almacenar estas piezas en bolsas de plástico para ralentizar el proceso.

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