_
_
_
_
_

Más de 100 modelos exigen a Victoria’s Secret que actúe contra fotógrafos que las acosaban

Días después de conocerse el fin de sus desfiles y de anunciar el fichaje de la modelo trans Valentina Sampaio, algunos de sus ‘ángeles’ exigen más responsabilidad a la firma pidiendo que se comprometa a protegerlas en su entorno laboral.

Desfile de Victoria's Secret, 2018.
Desfile de Victoria's Secret, 2018.Getty Images

“Escribimos hoy para expresar nuestra preocupación por la seguridad y el bienestar de las modelos y mujeres jóvenes que aspiran a trabajar para Victoria’s Secret”, arranca la carta dirigida a John Mehas, CEO de la marca, que han firmado más de un centenar de modelos, entre ellas Christy Turlington, Iskra Lawrence y Edie Campbell, desde la Model Alliance. “En las últimas semanas hemos escuchado numerosas denuncias por agresión sexual, por presunta violación y tráfico sexual de modelos y aspirantes a modelo. Si bien estas acusaciones no están dirigidas directamente a Victoria’s Secret, está claro que vuestra empresa tiene un papel crucial para remediar la situación”. Con estas palabras, su desafío a la firma de lencería que definiera el canon de belleza en los 90 representando a mujeres  hipersexualizadas con prendas mínimas e imposibles, es claro. El viraje de Victoria’s Secret hacia la positividad corporal, la responsabilidad social y la diversidad, o es profundo y real, o está llamado a su final.

Las denuncias a las que se refieren en la carta son las recientes declaraciones de varias compañeras de profesión que, recogidas y expuestas a través de la cuenta de Instagram Dieta Prada, señalaban a los fotógrafos Timur Emek, David Bellemere y Greg Kadel habituales colaboradores de Victoria´s Secret en sus desfiles. Emek, según las denunciantes, se habría aprovechado de su fama para captar la atención de aspirantes a modelo a las que exigiría desnudarse como condición para fotografiarlas. Algunas de ellas acusan al fotógrafo de supuestos abusos sexuales durante esas sesiones. La estrecha relación de Leslie H. Wexne, propietario del gigante L Brands tras el que se encuentra la firma lencera, con Jeffrey Epstein, el multimillonario acusado recientemente de crear y dirigir durante años una red de explotación sexual a menores, no han hecho más que acrecentar una crisis de imagen (y de ventas) que la marca arrastra en los últimos años. Su caída en bolsa del 5% y su mala fama entre los adolescentes, que la incluyen en la lista de tiendas a las que no volverían, señalan la urgencia de cambio.

En el texto, las firmantes piden a Mehas que la empresa acate el programa RESPECT, creado por y para modelos desde la Model Alliance, con el que se establece un código de conducta para empleados, representantes, vendedores, fotógrafos y otros trabajadores de la industria protegiendo así a las modelos en su puesto de trabajo. Estas podrán acceder a un sistema de denuncias confidencial que, según señalan, garantice una “resolución rápida y justa de las quejas y las consecuencias debidas para los abusadores”. Aluden además a la capacidad de influencia que aún conserva la firma, mientras esta anda tomando medidas que puedan parecer desesperadas por adaptarse al discurso y preferencias de los tiempos.

La primera de esas medidas, aunque no anunciada oficialmente por Victoria’s Secret, ha sido la cancelación de su desfile televisado tal y como lo conocíamos, ya en horas bajas y alcanzando cifras mínimas de audiencia (pasaron de 9,7 millones de espectadores en 2013 a 3,3 millones de 2018). Lo contaba la modelo Shanina Shaik en una entrevista con la edición australiana de The Daily Telegraph: “Desgraciadamente, no va a celebrarse este año. Me siento rara, porque siempre por estas fechas estoy entrenando como un ángel”. La necesidad anunciada de una reformulación de su visión única y canónica de la mujer ha caído por su propio peso en la era de la agitación feminista y del marketing ‘activista’.

La segunda, esta sí reconocida por parte de la casa, ha sido la incorporación a sus filas de la modelo trans Valentina Sampaio como imagen de su línea Pink. Contradiciendo así las polémicas declaraciones que el año pasado diera Ed Razek, ejecutivo de marketing y figura hasta entonces determinante en la puesta en marcha de sus shows, en una entrevista con Vogue en la que aseguraba que las mujeres trans o con diversidad de tallas no encontrarían un hueco en sus pasarelas. Pero con la llegada de la noticia de la contratación de Sampaio, se ha conocido también la renuncia de Razek a su puesto tras 36 años en él, interpretada como como el indicio definitivo de que en Victoria’s Secret soplan nuevos vientos.

De momento, Victoria’s Secret no ha respondido al llamamiento de las firmantes de la carta publicada por Model Alliance, pero según recogen en The Cut, parece que la firma ya está en conversación con la organización. Si la firma acata o no la propuesta de sanear sus cimientos y comprometerse a proteger a sus trabajadoras frente a la lacra de los abusos sexuales será un indicio clave sobre su grado de compromiso -¿Toma de conciencia real o lavado de cara para recuperar ventas?-. Tras esta demostración, el reto definitivo: ¿Cuánto ha de cambiar una marca cuyos diseños interesan poco al público actual y cuya forma de representar e influir en la imagen de mujeres ha sido tachada de tóxica desde sus propias filas, para que nos vuelva a interesar? 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_