Los 50 looks más anacrónicos que nos regaló Eurovisión (el festival que jamás conoció la actualidad)

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Krista Siegfrids - Marry Me (Finlandia, 2013) Por el aspecto, esta dama de la tierra de las nieves perpetuas estaba más cerca de una stripper de fiesta de despedida de soltero que de joven doncella dispuesta a subir al altar. Para la posteridad quedará su beso lésbico con una de las coristas como aportación desinteresada al a la lucha gay.

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Madame Monsieur - Merci (Francia, 2018) Llegaron vestidos de blanco impoluto y actuaron de riguroso negro: los diseños que llevaron llamaron la atención… y no era para menos. Se trataba de sendas creaciones de Jean Paul Gaultier. Gracias a ellas, el dúo francés pasará a la historia de los más elegantes del festival.

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Gisela  Casanova (Andorra, 2008) La cantante de Operación Triunfo parecía adelantarse a la serie Juego de tronos con ese look diseñado en una noche de turbulencias. Desde su presentación hace nueve años no ha dejado de aparecer en todas las listas relacionadas con los vestidos más imposibles del festival.

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Abba - Waterloo (Suecia, 1974) Si hay que señalar un antes y un después en el Festival de Eurovisión, el mérito hay que dárselo al grupo Abba aunque solo fuera por ese look que bebía tanto de la herencia del glam-rock como de los últimos suspiros del movimiento hippy con sus destellos de glitter. Cuarenta años después sigue igual de reluciente e inmaculado.

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DQ - Drama Queen (Dinamarca, 2007) Aunque no pasó a la final, este señor llamado Peter Andersen y de profesión drag queen puso su momento de fantasía y diversidad en la historia del festival. Lo malo es que para entonces ya habían llovido muchas Priscillas Reinas del Desierto y Zizi Jeanmaire nos había enseñado todo lo que se puede hacer con unas buenas plumas sobre el escenario.

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Eleni Foureira - Fuego (Chipre, 2018) La respresentante de Chipre estuvo a punto de proclamarse ganadora y, de hecho, su canción sonó durante todo el verano en Europa entera. Recordadísima, por supuesto, gracias a su puesta en escena y a su body brillante que hacía referencia al propio título de la canción: Fuego.

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Donatan & Cleo - My slowianie (Polonia, 2014) El dúo interpretó un hip hop al estilo polaco que habla sobre las virtudes de la mujer polaca que pretendía demostrar que en el este de Europa no son nada fríos. Para la ocasión decidieron reinterpretar (a su manera) el traje tradicional.

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Lydia - No quiero escuchar (España, 1999) Ponerse un vestido de la diseñadora Ágata Ruiz de la Prada puede resultar un opción muy valiente y también muy arriesgada. Aunque de la canción casi nadie se acuerda, el vestido pop-art merece un lugar destacado en el gran armario estilístico del festival.

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Lordi - Hard Rock Hallelujah (Finlandia, 2006) Los pioneros del Festival de Eurovisión nunca se hubieran imaginado que cincuenta años después el certamen coronara como ganadores a una banda de heavy metal y aspecto de comic Heroic Fantasy. Su triunfo en el Festival puso de relieve que a los espectadores y seguidores del certamen nunca les ha faltado el sentido del humor a la hora de votar.

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Elina Nechayeva - La Forza (Estonia, 2018)

La representante estoma logró colarse entre los diez primeros puestos, y no solo fue por su impecable lírico en italiano, sino sobre todo por su impresionante vestido-mapping. Valorado en 65.000 euros, causó furor en el escenario y en las redes sociales.

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Scooch - Flying The Flag (Gran Bretaña, 2007) Quizás como promoción de la nueva era de los viajes 'low cost' Gran Bretaña decidió enviar esta misión musical con cierto gusto vintage que no acabó de despegar en su estreno eurovisivo. El festival demandaba emociones más fuertes.

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Samra - Miracle (Azerbaiyán, 2016) La cantante, que ya había intentado representar a su país en 2012, apostó por un mono dorado de malla bastante complicado. Aunque mirándolo bien no está tan lejos del que lució Bella Hadid en la última gala Met.

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Pirates of sea - Wolves of sea (Letonia, 2008) Repasando el look más de uno pensaría que habíamos vuelto al Londres de los primeros años ochenta y el movimiento de los Nuevos Románticos, con su glamour decadente y maquillaje teatral. Vistos más de cerca la cosa, sin duda, estaba más próxima a un espectáculo de Port Aventura en temporada veraniega.

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Rodolfo Chikilicuatre - Baila el Chiki-chiki (España, 2008) El personaje de Rodolfo Chikilicuatre, interpretado por el actor David Fernández, y su guitarra de plástico Luciana pasarán a la memoria colectiva de canciones españolas con cierto regusto freak en Eurovisión. Fue la gala más vista en nuestro país desde que Rosa López cantara Europe's living a celebration. Su atuendo y tupé nos dejó sin palabras.

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Tolmachevy Sisters - Shine (Rusia, 2014) Sin duda, lo más llamativo de la puesta en escena de estas gemelas fueron sus coletas entrelazadas. Las rusas, a las que muchos identificaron con la princesa Leia, llevaron vestidos de la diseñadora Ulyana Sergeenko y una extaña barra transparente. Sin duda una de las apuestas más extrañas que hayamos visto.

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Conchita Wurst - Rise like a Phoenix (Austria, 2014) La aparición de esta joven barbuda sin duda significó el triunfo total de 2014. Su paso por el Festival puso a prueba el nivel de tolerancia artística y estética (y aprobó con nota).

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Mikolas Josef - Lie To Me (República Checa, 2018) La del checo fue también una de las actuaciones favoritas de la pasada edición. Su canción era pegadiza, su juventud y energía contagiosas… y su look colegial (tanto o más que el de sus compañeros) de lo más divertido.

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Cezar - It's My Life (Rumanía, 2013) Una muy competitiva actuación caracterizó al representante rumano: y no solo por su voz, sino también por su traje al más puro estilo Drácula. Su gran falda y su blazer negras adornadas con cientos de aplicaciones parecían pesar mucho, pues no se movió del punto fijo desde el que empezó la canción... pero la razón es que una altísima plataforma lo elevó para el golpe de efecto final.

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Zdob Si Zdub - So Lucky (Moldavia, 2011) Aunque a primera vista podrían pasar por unos primos lejanos de los gnomos y otros habitantes del bosque encantado, este grupo moldavo puso la nota simpática y gamberra y sus buenas dosis de energía. Estamos seguros que sus gorros habrían sido aplaudidos por la mismísima Elsa Schiaparelli.

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Moje 3 - Ljubav Je Svuda (Serbia, 2014) Aunque el tema que defendieron este trío serbio gustó, sus looks a más puro estilo de un tierno dibujo manga, no convencieron.

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Jedward - Lipstick (Irlanda, 2011) Viéndolos moverse sobre el escenario se podría decir que esta pareja de mellizos irlandeses se han bebido una bodega entera de bebidas energéticas. Sus atuendos tampoco dejaron indiferente a nadie.

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Electro Velvet - Still In Love With You (Gran Bretaña, 2015) Cuando un sencillo esmoquin y un vestido charlestón tienen tanto que decir que llevan incluidas tiras de luces led para brillar en la oscuridad.

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Poli Genova - If Love Was A Crime (Bulgaria, 2016) La representante búlgara sorprendió con un vestido plagado de aberturas en blanco y negro. ¿Lo más impactante del look? Su tatuaje en la muñeca con el logo de Eurovision.

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Buranovskiye Babushki - Party For Everybody (Rusia, 2012) El toque de gusto folk siempre es un valor seguro en épocas de incertidumbres y tiempos de crisis. Este grupo de 'yayas' rusas dejaban el pabellón ruso en un lugar de honor y a punto estuvieron de dar la campanada. Aunque su uniforme regional no llegó a crear tendencia, su paso por el festival será largamente recordado y su visión para algunos, imborrable.

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Eye Cue - Lost and Found (Macedonia, 2018) Eye Cue era un dúo macedonio de rock alternativo, pero las miradas del público solo se centraron en la componente femenina. Marija Ivanovska, la vocalista, llevó para su actuación un extravagante conjunto de shorts y top muy brillante que casi no dejo ver gracias a un blazer fucsia puesto del revés.

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Moran Mazor - Rak bishvilo (Israel, 2013) Embutirte en un vestido de corte sirena no está al alcance de todos y si no que se lo pregunten a la representante de Israel que a punto estuvo de hacer saltar todas las costuras y provocar un incidente televisivo. Un generoso escote y unas gafas modelo Nana Moskouri completaban la imagen de la intérprete que sin duda hubiera merecido los elogios carnales del mismísimo Fellini.

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Dj Bobo - Vampires are alive (Suiza, 2007) No sabemos qué hubiera opinado Bram Stoker, el creador de Drácula, de estas criaturas de la noche a ritmo de música disco y más cerca de una fiesta de Halloween que de un aquelarre satánico. A la vista del show no estamos seguros, como proclamaba la canción, de que los vampiros siguieran vivitos y coleando.

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Nina - Caroban (Serbia, 2011) Ni Pedro Almodóvar en sus fantasías más pop hubiera soñado con un diseño de vestuario más ad hoc para alguna de sus producciones. Sabiendo del gusto un tanto barroco y folklórico que suele acompañar a los antiguos países comunistas, siempre se agradecen estas líneas más básicas y algo naif.

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NonStop - Coisas de nada (Portugal, 2006) Digamos a su favor que cada uno de los looks exhibidos por este grupo de distinguidas señoritas no tiene desperdicio en cuanto a riqueza de detalles y complementos. A la vista queda la herencia que en su momento dejaron las Spice Girls y Madonna y que continúa cosechando sus frutos décadas después.

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Sébastian Tellier - Divine (Francia, 2008) El paso del músico Sébastien Tellier por el escenario eurovisivo dejó uno de los momentos más jugosos de la reciente historia del festival. Tellier jugaba con todos los tópicos de la mise en scène propia del festival con sus gotas de pop, humor e ironía. La barba hipster entraba por la puerta grande de la televisión comunitaria.

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Laura Rizzotto - Funny Girl (Letonia, 2018) Como recién salido de una vetusta tienda de vestidos de invitada –de esas de "cuanto más brilli, mejor"– era el estilismo de Laura Rizzotto, una brasileña de 23 años que representó a su país de adopción.

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Verka Serduchka - Dancing Lasha Tumbai (Ucraina, 2007) Si hay un valor estético que define al Festival de Eurovisión no es otro que el de la desmesura. El imperativo de la originalidad se confunde con el dictado de la excentricidad y a partir de este momento todas las posibilidades y variables pueden producirse sobre el escenario. Como muestra, un botón…

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Pollapönk - No Prejudicie (Islandia, 2014) Para su imagen de presentación publicitaria este cuarteto islandés parece rendir homenaje aquel grupo infantil de los años ochenta conocido como Parchís y al genio creativo de ese diseñador llamado Elio Fiorucci.

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Zlata Ognevich - Gravity (Ucrania, 2013) Si creíamos haberlo visto casi todo en el festival, estábamos muy equivocados. La última edición del 2013 nos dejaba esta nueva versión de ese clásico que es La Bella y la Bestia. Por unos momentos hasta soñamos con la aparición del ogro Shrek y Fiona sobre el escenario.

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Michal Szpak - Color Of Your Life (Polonia, 2016) Al más puro estilo Jack Sparrow, el candidato polaco protagonizó uno de los looks más comentados de la edición.

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Francesco Gabbani - Occidentali's Karma (Italia, 2017)

Dejando a un lado el twist-guiño al colectivo LGBTQ+ que el cantante ídolo de masas italiano hacía con su traje (esto siempre es bien), lo que casi nadie entendió fue el atuendo de su bailarín acompañante: un disfraz de simio.

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Naviband - Story of My Life (Bielorrusia, 2017)

Como si de un cuento mitológico se tratara –con mucho aire bucólico y estilo folk–, Arciom Lukjanienka y Ksienija Žuk aparecieron sobre el escenario vestidos de blanco riguroso. Pero lo mejor fueron todas las aplicaciones de encaje que (valga la redundancia) encajaron en su rostro y su guitarra.

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Sunstroke Project - Hey Mamma (Moldavia, 2017)

Las coristas del grupo molado llevaban ramos de flores camuflando sus micros y, de un momento a otro, se convirtieron en novias (con velo incluido) y protagonizaron esta increíble escena.

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Manel Navarro - Do It For Your Lover (España, 2017) El eterno e icónico look hawaiano fue el elegido por los estilistas del representante español. Un clásico que nunca falla, aunque se alejara tan descaradamente de los cánones eurovisivos.

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ZiBBZ - Stones (Suiza, 2018)

Sombrero de fieltro, top de cuero con aberturas, pantalones de cintura (súper) baja y un batería vestido de rockero. Nada fallaba en el estilismo de los suizos para trasladarnos de lleno al Bar Coyote.

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Waylon - Outlaw In 'Em (Holanda, 2018) Waylon y su banda tocaron música country: quedó claro incluso antes de que comenzaran a raspar sus guitarras gracias a sus botines de cocodrilo, su sombrero con chapas y su abrigo de leopardo.

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Vanja Radovanovic - Inje (Montenegro, 2018)

Acompañado por cuatro mujeres vestidas de algo a medio camino entre un hada y una novia, y llevando un traje azul celeste brillante, con solapa y zapatos blancos, asimétrico y más largo por un lado que por el otro… Así lució Vanja un look tan épico como el tema que compuso él mismo.

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Lea Sirk - Hvala, ne! (Eslovenia, 2018) Nada que ver tuvo el baile y el ritmo psicodélico de la canción eslovena con el estilismo de Lea Sirk y sus bailarinas: mucha lentejuela, mucha transparencia y un look que recordaba a los peores tiempos de la Spice deportista.

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Saara Aalto - Monsters (Finlandia, 2018)

Más que el look total glitter y la trenza vikinga de Saara Aalto, sorprendió el giro tan bien llevado del estilismo de sus bailarines. Convirtieron un simplón traje gris de oficina en algo rompedor añadiéndole guantes de cuero, botas militares y un arnés.

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Jonas Rasmussen - Higher Ground (Diamarca, 2018)

Lo llamaron el “vikingo pacificador” por su himno antibélico, pero la puesta en escena parecía decir todo lo contrario: al más puro estilo Juego de Tronos, con voces de ultratumba y largos abrigos de piel acompañaron a sus largas melenas y barbas al viento.

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DoReDoS - My lucky day (Moldavia, 2018)

De las actuaciones más divertidas fue la del grupo moldavo. Ataviados con trajes de los colores de la bandera de su país, y con la ayuda de tres dobles que aparecían y desaparecían junto a ellos, protagonizaron una puesta en escena que recordaba a una antigua sitcom de programa de noche de sábado.

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Ari Olafsson - Our Choice (Islandia, 2018) Con su traje blanco y su apariencia de niño bueno, Ari Olafsson representó a Islandia acompañado por cinco compañeros uniformados en color burdeos... En una escala del 1 al 10, ¿cuánto recuerdan al quinteto de OT que acompañó a Rosa en la final de 2002?