_
_
_
_
_

«Las mujeres supervivientes tienen derecho a correrse»: el discurso clave de los Goya fue el de Irene Moray

La catalana se hizo con el Goya al mejor cortometraje de ficción por ‘Suc de Síndria’ e hizo un alegato por el derecho al placer de las mujeres que han superado un abuso o agresión sexual.

Irene Moray al hacerse con el Goya por 'Suc de Síndria'.
Irene Moray al hacerse con el Goya por 'Suc de Síndria'.Gtres (GTRES)

«Quería dedicárselo a todas las supervivientes. Estas mujeres tienen derecho a hacer ruido, a coger su espacio en el mundo, a triunfar, a disfrutar de la vida, de su cuerpo, a correrse y el derecho a ser quien ellas quieran ser». La catalana Irene Moray se hizo con el goya al mejor cortometraje de ficción por Suc de Síndria y expresó uno de los discursos más trascendentales de la ceremonia de los Goya. Su luminoso e intimista corto ha triunfado en los premios Gaudí, en el festival de Málaga, estuvo nominado en la Berlinale, a los premios del Cine Europeo y ha viajado hasta Chicago. Rodada en los idílicos paisajes que rodean a la residencia artística del Konvent de Berga (Barcelona), Suc de Síndria narra la historia de una pareja, Bàrbara (Elena Martín, a la que conoció haciendo las fotos de Júlia Ist) y Pol (Max Grosse), que pasa unos días de vacaciones con amigos. Un escenario idóneo para que Bàrbara pueda liberarse y recuperar el placer sexual tras sufrir una violación en su pasado.

«Tenía claro que quería hablar del amor y la superación e inicialmente creí que escogía la superación del abuso como una herida, como podía haber escogido otra. En realidad, me di cuenta de que no era casual, que es algo que les ha pasado a muchísimas mujeres y que yo creo que en mayor o menor grado a todas nos ha ocurrido. Yo no tengo ninguna amiga que nunca le hayan hecho algo por la calle, por ponerte un ejemplo. No conozco a ninguna mujer que no tenga una historia personal», contó la propia Moray en una entrevista a S Moda.

Al alzarse con el Goya, volvió a enfatizar su oposición a la revictimización de las mujeres que han sufrido un abuso. «Tenemos este imaginario construido a nivel social, el de las mujeres destruidas. Como prueba está el juicio de la Manada y aquello que intentó alegar la defensa: si la chica ha salido de fiesta y ha colgado una foto en Instagram divirtiéndose tan mal no estará. Esa foto desprende, en su teoría, que no la han violado. Rechazo totalmente esta idea y, de hecho, me ofende. Todas las colegas o personas a las que quiero que han sufrido un abuso, pues sí, claro, han estado mal durante un tiempo. Todas tienen su herida, pero siguen con su vida, siguen adelante. Son mujeres hermosas, maravillosas y divertidas con derecho al gozo. Quería hacer una oda a todas estas mujeres que quiero y porque basta ya de este discurso, ¿no? Es mentira. Con esto no quiero negar que haya mujeres que necesiten quedarse en sus casas encerradas llorando si esa es la experiencia que necesitan vivir, pero no todo tiene que ser así y creía saludable crear este referente», añadió en la entrevista.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_