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La moda duele: cinco errores que cometemos por seguir las tendencias

La ‘poshitis’, o lo que es lo mismo, el hábito de llevar el bolso en el antebrazo, no es la única moda que perjudica tu salud. El 72% de las mujeres ha sufrido alguna enfermedad por la cosmética o la moda.

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Getty

“Siguen una tendencia, pero a la vez están almacenando problemas”, declaraba hace unos días el fisioterapeuta Sammy Margos al periódico Express. Se refería a la moda de llevar los bolsos colgados del antebrazo, esa práctica que tiene a Victoria Beckham entre sus principales valedoras y que los medios han bautizado irónicamente como “poshitis” Al parecer, el síndrome Beckham produce a medio plazo inflamación de los tendones del hombro, esguinces e incluso desgarramientos musculares.“Los problemas en hombros y cuello han aumentado enormemente”, continúa Margos, “y si esta práctica va acompañada de tacones altos añade aún más presión a la postura”

Hace unos meses, el Telegraph se hacía eco de un informe llevado a cabo por la web my voucher codes que revelaba que el 72% de las mujeres han sufrido alguna dolencia debida a la moda o a la cosmética. Todos sabemos que el abuso de los tacones provoca problemas de pies y espalda o que los zapatos de horma estrecha producen deformaciones (aunque a esas mujeres que se amputan el meñique para calzarse unos buenos stilettos poco les importe) Sin embargo, otras modas aparentemente inofensivas también pueden llegar a causar molestias a largo plazo si se abusa de ellas:

La impaciencia pica.

¿Quién no ha sentido la necesidad irrefrenable de estrenar lo que acaba de comprarse? Muchas prendas llevan apresto, una sustancia que hace que la ropa conserve el color y la tersura tras estar meses en un almacén o en la propia tienda. Basta con lavar la prenda antes de estrenarla para que desaparezca, pero el no hacerlo puede provocar sarpullidos y reacciones alérgicas en las pieles más sensibles. De igual modo, las resinas de formaldehido, utilizadas para que la ropa no se arrugue o encoja, pueden dar lugar a quemazón en los ojos, erupciones y picores. En este caso lo recomendable es someter la prenda a varios lavados antes de empezar a lucirla. Nunca sabes, además, quién se la ha probado antes que tú…

Lo cómodo, a veces, incomoda.

Somos muchos los que no sabemos caminar con tacones o preferimos la comodidad del zapato plano para el día a día. Pero, al parecer, el abuso de las bailarinas lleva a lesiones en el tobillo o incluso a la fascitis plantar. Son muy cómodas, sí, pero muchos modelos no protegen el arco del pie y no llevan la suela lo suficientemente acolchada como para no sufrir las irregularidades del asfalto y las aceras, lo que provoca sobrecarga en el tobillo y la zona lumbar. Las flip-flops, mejor para la playa, ya no sólo porque estamos expuestos a cualquier tipo de herida, también porque no ofrecen ningún apoyo ni al pie, ni al resto de nuestra postura. Como suele ocurrir en cualquier ámbito de la vida, lo correcto es el término medio: alternar zapatos planos con tacones o cuñas teniendo en cuenta que los primeros no sean demasiado bajos y los segundos no demasiado altos.

The 40th Anniversary American Music Awards Nominations Press Conference
Kevin Winter (Getty Images)

Christina Aguilera, sin miedo a vestir demasiado apretada.

Getty

Curvas acalambradas.

Comprarnos una talla pequeña de esa prenda porque la nuestra está agotada o bien porque pretendemos adelgazar en los próximos meses ya es incómodo de primeras, pero, además, afecta a nuestra respiración al oprimir el diafragma, ralentiza el metabolismo al presionar nuestro estómago e incluso puede afectar a cuello, hombros y cabeza provocando tensión muscular generalizada. El abuso de los pantalones muy ajustados, aunque sean de tu talla, puede producir a largo plazo lo que los expertos llaman meralgia parestésica, que se manifiesta con el adormecimiento y los calambres prolongados en las piernas.

El coleccionismo irrita.

Mucho se ha hablado de los efectos nocivos de los parabenos, esas sustancias químicas presentes en algunos cosméticos. Pero aparte de consultar la composición de los productos de belleza que adquirimos, se recomienda renovarlos cada poco tiempo. El rimmel, por ejemplo, es el cosmético que antes caduca. Usarlo tres meses después de abrirlo puede dar lugar a infecciones, dadas las bacterias que se han ido acumulando en el envase. Así que nada de coleccionar neceseres. Lo que se compre, que se use.

Copas que ahogan.

Pocas, poquísimas mujeres saben cuál es su talla de sujetador. Una talla equivocada no sólo aprieta, también crea heridas y rozaduras bajo el pecho, tiende a provocarnos una mala postura en la espalda y, a largo plazo, favorece las dificultades respiratorias. Midan su contorno y su copa antes de renovar su ropa interior y no se fijen únicamente en que el pecho quede realzado o no se salga porque al parecer, con el tiempo, un mal sujetador genera otros malos hábitos

La moda y las tendencias, como todo, con precaución y moderación. Lo que parece inofensivo y favorecedor puede convertirse en algo perjudicial e incómodo.

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Paul Treadway / Matrixpictures.c (Paul Treadway / Matrixpictures.c)

Julianne Moore tuvo un pequeño incidente con sus zapatos en la ‘premiere’ de Gatsby en Cannes, obviamente no eran de su talla.

Cordon Press

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