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La enésima resurrección de Pete(r) Doherty

Si a un sesentón Jean Paul Gaultier todavía le siguen llamando enfant terrible, que con 34 años Peter Doherty reciba la misma etiqueta parece más que justificado. El niño malo de la música vuelve con nuevo disco al frente de Babyshambles y una gira en solitario que no tiene visos de acabar jamás. El tipo que apeó de la burra a Oasis, Blur y las Spice Girls, hijos consentidos de la Gran Bretaña, marcó la senda de una nueva etapa en la cultura pop más sucia, más elegante, y prácticamente igual de desfasada. Un hijo, una decena de rupturas, un millar de colocones y la muerte de Amy Winehouse, una de sus mejores amigas, son la munición que lejos de llevarle a pegarse un tiro en la sien han servido para que dispare contra todos los que le han dado por muerto de manera sistemática.

Barcelona anoche y Madrid hace tres días, donde vive su hermana Amy Jo, han sido las últimas paradas de un viaje que ni Sal Paradise podría haber aguantado sin desfallecer. Según las crónicas, este gamberro convertido en un crooner de amianto impartió lecciones de buena música y mejor humor que poco tienen que ver con los paraísos artificiales en los que los paparazzi lo ven sumido cuando va por la calle. Será que el escenario es su hábitat natural, será que a los grandes artistas además de hacernos vibrar no se les puede pedir que sean personas vulgares. Músico, pintor, escritor y modelo, sus incursiones en otras artes no han dejado de sucederse. De ellas la que nos atañe es su colaboración con The Kooples, la firma francesa de dandis contemporáneos para la que diseñó una línea de ropa y protagonizó una campaña.

SINGER PETE DOHERTY AT THAMES MAGISTRATES
Will Rose/National Pictures (Topham/Cordon Press)

Izquierda: Doherty a la salida de otro juicio en Londres. Derecha: en el festival de cine de Cannes de 2012.

Cordon Press

En 1997 fundó The Libertines con su amigo Carl Barât, un grupo indie rock que después de dos trabajos y mil escándalos acabó separándose por la drogadicción confesada y sentenciada de Doherty. Paralelamente creó Babyshambles, otra formación con la que publicó dos discos, y en 2009 emprendió su carrera en solitario con una selección de canciones que representan al Doherty más íntimo. Esta semana Babyshambles ha estrenado el primer videoclip del disco con el que pretenden que olvidemos seis años de espera imperdonable. Después de Down in Albion y Shotter's Nation, el próximo 2 de septiembre sale a la venta su tercer proyecto: Sequel To The Prequel.

Siempre pertrechado con trajes de Dior Homme, sombreros de ala ancha, botas Chelsea y Beatle, e infinidad de accesorios combinados con falsa desgana y gran atrevimiento hacen de Doherty una referencia de estilo que incluso Hedi Slimane capturó para sus series en escala de grises. También Roberto Cavalli supo ver algo en la estela misteriosa de este gentleman desgarbado cuando lo fichó para que protagonizara su campaña de otoño de 2007. Pero esos golpes de efecto en diferentes campos siempre han estado empañados por la coca, el crack (un derivado de la cocaína) y la heroína. Según afirmó hace pocos meses en una entrevista para el diario The Guardian, "estar jodido todo el rato no mola". En ese encuentro, el cantante aseguraba que "el subidón de un buen descanso hace que te veas capaz y poderoso, no como cuando te sientes devastado e impotente [por la bajona de los psicotrópicos]". Ese quiero y no puedo por huir de sus fantasmas le llevó a cambiarse de nombre cuando empezó su carrera en solitario: Pete por Peter, que suena más formal.

Por último, qué menos que recordar a las chicas de sus canciones. Aunque What Katie Did de The Libertines y What Katy Did Next de Babyshambles ofrezcan una idea de cómo pudo ser su breve pero tormentosa historia de amor y dependencia con Kate Moss, esos temas están inspirados en un cuento infantil de Susan Coolidge. La modelo Irina Lazareanu y la cantante Lisa Moorish, con la que tiene un hijo llamado Astile, son otras de sus famosas conquistas. Porque yo soy muy listo / pero listo no significa sabio, dice en su canción Fuck Forever. Después de todo, quizás Doherty no sea más que una deidad con apariencia humana. Demasiado humana, seguro, pero siempre lista para cruzar el Rubicón. Aunque acabe ahogado.

Kate Moss y su novio Pete Doherty saliendo de una comida en un restaurante de Londres
Sam Wordley (BWP/Cordon Press)

Tiempos felices.

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