La mujer que dibuja Lemoniez de cara al verano que viene tiene un aire intelectual, y viste de nostalgia, con vestidos y pantalones de corte masculino e inspiración aviador, de gabardina de algodón en su clásico kaki.
Rígida y poco domada, poco a poco, y acompañada de salpicones de color, sin desprenderse de la boina Elósegi, tan arraigada a la tierra del diseñador vasco, va ganando en seducción. El cuerpo se va desvelando a través de maxivestidos de punto con escotes pronunciados que como colofón final se rematan con grandes pajaritas.




