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Reina Isabel II y Anna Wintour en la Semana de la Moda de Londres
Hace un año, la Semana de la Moda de Londres tuvo la que probablemente sea la visita más ilustre que haya recibido en toda su historia. La reina de Inglaterra tomó sitio en el front row del desfile de Richard Quinn junto a la directora del Vogue estadounidense, otra soberana, aunque de corte plebeyo, con la que compuso una de las estampas más insólitas de la temporada. Para lograr el peinado de la monarca, nada mejor que recurrir a la tradicional técnica de los rulos, “aunque primero hay que preparar el cabello con una hidratación ligera y aplicar un voluminizador para, al cepillarlo, conseguir un efecto de esponjosidad”, añade Gema. Para el vestuario, la clave es “un traje de tweed azul clarito, pendientes de perla redonda y un broche de brillantes en la solapa". Y para cerrar el estilismo “unos guantes largos negros, unas medias blancas cristal y unas merceditas de charol negro”. Para la cara, David opta por “piel empolvada, colorete aplicado en la zona alta del pómulo y sombra de ojos en tonos claros, y una ceja difuminada, casi imperceptible".
Anna Wintour se presta mucho al disfraz. Para Cristina, el peinado y sus icónicas gafas negras bastan para lograr un look inequívoco, que complementaría con “un vestido midi con estampado pañuelo y unas botas de caña alta”. El peinado requiere “un blushing minucioso, mejor con un cepillo nanotérmico para aportar soltura y movimiento, y trabajarlo sin restarle humedad”. Para el rostro, eternamente oculto tras los cristales oscu, bastaría con “labios en un tono natural y con ausencia de brillo”.