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«Hemos aprovechado la oportunidad»: así es como las Crocs han batido récords de venta en el confinamiento

Pocos esperaban que uno de los diseños más controvertidos de las últimas décadas volviera, y lo hiciera, además, coronándose como una de las marcas de más éxito durante este convulso año.

crocs
Crocs/ Gettyimages

Poco después de su creación, en el año 2002, la revista Time las incluyó en su listado de ‘los 50 inventos más feos del mundo’. Amadas y odiadas, criticadas y alabadas, lo cierto es que en estas dos décadas se han vendido más de 600 millones de pares, pero nada, ni su alianza con Balenciaga en 2008, ni sus colaboraciones con artistas de prestigio en los últimos dos años, les ha funcionado tan bien como el confinamiento. Según datos de la consultora NPD, mientras las marcas de calzado bajaban su facturación en un 20% de media, Crocs las elevaba un 48%, y eso solo en los meses de encierro estricto.

«Se podría decir que aprovechamos la oportunidad», explica Yann Le Bozec, director de marketing de la enseña. «Ya llevábamos un par de años en buena situación, pero en momentos de estrés e incertidumbre, nos dimos cuenta de que la gente iba a demandar mucha más comodidad y versatilidad, y que nosotros podríamos dársela». Además de donar un millón de pares al personal sanitario, Crocs trabajó sin descanso aquellos meses «escuchando a los posibles consumidores», cuenta Le Bozec. Conscientes (y honestos) con su imagen de zapato controvertido, tiraron de ironía para crear memes y filtros de Snapchat. Y ganaron. Hace pocos días, la marca declaraba sus ventas de julio a octubre: habían vendido 350 millones de euros en zuecos, batiendo un récord histórico. «Este éxito inesperado nos sitúa en un muy buen lugar para empezar a pensar en la marca a largo plazo», apunta Le Bozec.

Sin embargo, ni la necesidad de confort ni su uso irónico por parte de los más modernos son capaces de explicar un hito semejante. El de Crocs es, según apuntan desde la marca, un éxito generacional. «Nuestra resonancia ha crecido en los últimos años gracias a la generación Z: para los que nacieron a principios de los 2000 simbolizamos la nostalgia, porque para muchos sus primeros zapatos fueron unos Crocs», explica su director de marketing. «Pero más allá de eso, nuestros clientes son fieles. Personas que siempre los han llevado», matiza. Tal vez porque el suyo, de algún modo, es un ejemplo de cómo de hacer de la necesidad virtud, no disimulan la controversia que despiertan; es más, la enfatizan. «Lo bueno de Crocs es que lo que tenemos que ofrecer (comodidad, autenticidad y expresión de uno mismo) son valores atrayentes hoy en día. Al final, nuestro zueco es muy reconocible, y funciona como un lienzo en el que poder comunicar lo auténtico», apunta. Por eso, de un tiempo a esta parte, ese lienzo ha dado pie a múltiples y muy eclécticas colaboraciones, de la unión con la cadena de comida rápida KFC (de resultados pretendidamente feístas) o la psicodelia de Grateful Dead a las más recientes, protagonizadas por Post Malone, Bad Bunny o Justin Bieber. Las tres se agotaron en menos de 24 horas. «Todos han llevado Crocs siempre, al final es una forma de admiración mutua. Por eso somos tan eclécticos: trabajamos con moda de lujo, músicos de country o iconos culturales».

Unas crocs cuestan de media 50 euros y, sin embargo, en los últimos meses han aterrizado en StockX, la web que dicta las normas y los precios de la reventa de esas firmas de moda urbana, de Supreme a Off-White, que se agotan al instante y duplican su precio en el mercado. Los modelos más originales o excesivos se revalorizan hasta alcanzar los 300 euros. Ventajas de saber aprovechar las circunstancias. Y de no querer gustar a todo el mundo.

El modelo clásico de Crocs, disponible en 27 colores, cuenta con más de 125.000 valoraciones en Amazon y se mantiene entre los artículos top ventas de moda desde hace años.
El modelo clásico de Crocs, disponible en 27 colores, cuenta con más de 125.000 valoraciones en Amazon y se mantiene entre los artículos top ventas de moda desde hace años.

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