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‘Green graffiti’, o cómo crear arte a partir de una receta

Las pintadas con musgo evolucionan del arte callejero a los blogs de DIY de decoración. Solo necesitas un poco de leche cuajada, una licuadora y gel para plantas.

Green graffiti 2

Musgo, leche cuajada, agua, una licuadora, gel para plantas y un pincel. Esto es todo lo que necesitas para hacer tu propio green graffiti. Lo que empezó siendo una forma de street art, una expresión callejera y de guerrilla, se explica ahora en infinidad de blogs y vídeos tutoriales a modo de receta de cocina. Sólo tienes que mezclar, pintar, regar y esperar unas semanas para ver crecer tu obra.

Unas simples indicaciones te permitirán seguir la estela de artistas anónimos y de otras figuras como el colectivo neoyorkino Mosstika, los franceses Oak Oak y Gaëlle Villedary, o incluso el propio Banksy, que en ocasiones han utilizado el mundo vegetal como forma de arte callejero. Aunque si existe una verdadera referencia en el ámbito del 'green graffiti' actual, ésta es la británica Anna Garforth. Su propuesta artística es sencilla pero efectiva, utiliza musgo y césped para crear lettering y diseños basados en patrones geométricos. Materia viva que hace que sus obras estén en constante evolución, convirtiendo las etapas de floración y crecimiento de estas plantas en parte importante del proceso creativo.

El musgo puede crecer en superficies verticales y horizontales siempre que el material sea poroso.

"Me gusta el valor que adquiere el tacto al trabajar con materias orgánicas, su capacidad de transformación y el hecho de que, a diferencia de los tradicionales sprays utilizados en el mundo del graffiti, no se desprenden toxinas ni malos humos", nos explica Garforth. Cuando le preguntamos sobre cuál es el método que utiliza para crear sus tipografías con musgo, la artista prefiere mantener sus trucos en secreto. "La precisión con la que manipulo el musgo y los años de experiencia con este material son los elementos que hacen de mi trabajo algo único, lo demás prefiero reservármelo", añade.

Un secreto que, por otra parte, corre a voces por Internet donde multitud de sitios explican cómo crear nuestro propio graffiti con musgo. "No me importa, es bueno ver que mi idea ha inspirado a gente de todo el mundo", nos dice Garforth. El canal de YouTube Sick Science muestra este proceso creativo en un vídeo de apenas dos minutos y la web Incredipedia.info recoge distintas recetas, ilustradas con infografías, para que nos aventuremos a probar esta técnica artística. Por su parte, el colectivo de Toronto Sprout Guerrilla ofrece la posibilidad de comprar un kit para principiantes que contiene musgo seco y triturado. Solo tendremos que mezclarlo con nutrientes y dispondremos de una pasta ideal para extender y dibujar aquello que deseemos.

Para hacerlo más fácil incorporan un manual de instrucciones con algunos consejos: la mejor época para plantar es durante el otoño o la primavera ya que son temporadas húmedas. El musgo puede crecer en superficies verticales y horizontales pero el material tiene que ser poroso. Madera, ladrillo, hormigón o arena densa suelen ser buenas opciones. No debe tocarle el sol directo y conviene pulverizarlo con agua regularmente para que llegue a madurar, solo así sobrevivirá a todo tipo de situaciones climáticas.

Sprout Guerrilla, quienes también han colaborado con la artista canadiense Jennifer Illet para elaborar ilustraciones con musgo, critican los costes ambientales que conlleva el uso de aerosoles y de productos para crear y después eliminar los tradicionales graffitis que inundan las ciudades. Defienden el graffiti ecológico porque es biodegradable y funciona como filtro natural que ayuda a purificar el aire.

Marcas como Becks, McDonald’s, Carlsberg o Pull & Bear se han inspirado en las tipografías de Anna Garforth recreándolas con césped artificial en sus escaparates.

Pero, ¿existe una verdadera filosofía eco detrás del green graffiti? Según Garforth: "El arte con musgo es ecológico en el sentido de que no deja huella. Lo que es realmente inspirador es la coexistencia entre urbanismo y naturaleza. Las malas hierbas aparecen en las aceras, los arbustos crecen en vertical por las paredes de ladrillo, el musgo y los líquenes cubren los techos. La naturaleza crece entre las grietas, en los huecos, y se adapta. Mi trabajo es una exploración de la naturaleza que habita en los entornos urbanos".

Para la británica, lo interesante es que "el uso de materiales no convencionales crea una sensación de asombro y sorpresa que, por una parte, impacta en el público y lo atrae pero, por otra, lo hace accesible y lo conecta con la belleza de la naturaleza y la capacidad creativa, que es algo inherente en todos nosotros". Algo que las grandes marcas, el marketing y la publicidad, auténticos devoradores de todas estas formas de expresión callejera, han sabido aprovechar para sus campañas. Como Becks, McDonald’s, Carlsberg o, sin ir más lejos, Pull & Bear que hace apenas unos meses lucía en sus escaparates reproducciones de tipografías similares a las creadas por Anna Garforth, eso sí, con césped artificial.

Tutoriales, blogs y publicidad, el 'green graffiti' no puede estar más al alcance de nuestra mano. Tan fácil como seguir una receta y empezar a crear.

El colectivo neoyorkino Mosstika, los franceses Oak Oak y Gaëlle Villedary, o Banksy han utilizado esta técnica.

Numerosos tutoriales explican el proceso para que cualquiera pueda hacerlo sin necesidad de ser un artista.

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