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Gatos, datos, Shakespeare e impresoras 3D: qué aprendimos en el SXSW 2013

El festival de Texas, mezcla de Coachella y charla TED, deja varias tendencias en cine, música y cultura digital.

SXSW cover
Cordon Press

"SXSW es el nuevo Art Basel que a su vez es el nuevo Coachella". Si lo dice la bloguera Leandra Medine, más conocida como The Man Repeller, que no se pierde una, habrá que creerla. Aunque en realidad South by Southwest (SXSW), el megafestival de cine, música y cultura digital que acaba de clausurarse en Austin (Texas) es bastante más que la orgía de postureo que sugiere la frase que Medine colgó en su Instagram.

Lo que empezó en 1987 como un discreto festival musical se convirtió primero en el principal mercado de la industria musical alternativa (cuando ese apellido aun significaba algo), el lugar al que tenían que acudir las bandas si querían firmar un contrato discográfico, y después, con la incorporación del SXSW Interactive, en el vivero de toda tendencia digital que se precie. Tan sólo esta rama del SXSW ya atrajo a casi 25.000 visitantes el año pasado. Y desde que en 2007 una pequeña empresita llamada Twitter se presentó en Austin –llenaron el Centro de Convenciones del SXSW de pantallas que mostraban intrigantes mensajes cortos; los asistentes pronto aprendieron que aquello se llamaba un "tweet"– y salió de ahí convertida en una sensación global, cada año la ciudad de Texas que presume en su eslogan oficial de ser "rara" y querer seguir siéndolo ("Keep Austin weird") se llena de emprendedores de todo pelaje que llegan con su startup bajo el brazo con la esperanza de convertirse en el nuevo Jack Dorsey.

La rama audiovisual también ha ido ganando importancia, sobe todo desde que en 2005 se concibió allí el minigénero conocido como mumblecore y se reconoció al festival la capacidad de generar estilos. Fue en South By Southwest, en 2010, cuando se oyó por primera vez el nombre de Lena Dunham, que presentó allí su película Tiny Furniture

Así que durante nueve días de marzo, Austin se convierte en el lugar al que se va a comprar y vender nombres, productos y memes. Cuando se despeja el polvo del camino, suelen surgir grandes tendencias transversales de cada edición. Hace un par de años, por ejemplo, los medios decretaron que "internet había muerto", en el sentido en que se borraron las fronteras entre la vida real y la vida digital. El año pasado, en el apartado Interactive, todo la atención fue para las aplicaciones de social discovery (como Grindr, pero no sólo para el sexo).

Quizá es pronto para destilar qué quedará del SXSW de 2013, pero he aquí unas cuantos titulares que emergen de la edición de este año:

-Las impresoras 3-D van en serio. Hace tiempo que oímos hablar de ellas, de esos misterioros aparatos que nos permitirán "imprimir" todo tipo de objetos. Pero ahora se trata de hacerlas asequibles y fáciles para el usuario más torpe. La empresa australiana MakerBot levantó expectación al revelar su escáner 3D, que se pondrá a la venta a un precio de entre 2.000 y 3.000 dólares. Otra compañía, 3D Systems demostró de manera bastante empírica lo "portátiles" y manejables que son sus impresoras 3D contratando a un tipo que se paseaba por el Centro de Convenciones con el gadget literalmente colgado al cuello.

-Josh Whedon es un auteur. Lo último que la audiencia del SXSW esperaría del creador de Buffy, la Cazavampiros y director de Los Vengadores era que les viniese con un Shakespeare. Y menos con uno rodado en su casa, en blanco y negro y en apenas 12 días. Sin embargo, su sorprendente versión actualizada de Mucho ruido y pocas nueces fue uno de los hits del festival de cine. Aunque el filme, que, según Variety, gustará más a los acólitos de Whedon que a los puristas literarios, ya se había visto en Toronto, Austin validó lo que podría haber sido un capricho del director. 

-Los datos son sexies (y "saber procesar datos" es el nuevo "saber programar"). Sean Parker, el fundador de Napster, dijo en una ocasión que el SXSW era un lugar extraño: si se paseaba por allí al lado de Ashton Kutcher, el público lo que quería era hacerse fotos con él, y no con el ex de Demi Moore. En ese universo paralelo de celebritismo, rama geek, no es de extrañar que una de las estrellas del Interactive fuese Nate Silver, el bloguero famoso por su novedosa interpretación de las estadísticas al que fichó el New York Times para la pasada campaña presidencial estadounidense. Silver, que predijo con enorme exactitud los resultados electorales en los 50 estados de la unión, aseguró en su discurso que es el momento de "transformar los grandes datos en progreso", datos que ahora se ignoran por culpa de la burocracia. Con un estudio ajustado sobre las estadísticas de encarcelación, por ejemplo, se podría reformar todo el sistema de prisiones para hacerlo más justo y eficaz.

-¿Cómo era aquello de comprar discos y películas? Parece que ha llegado la hora de reflexionar sobre el vertiginoso cambio de las últimas décadas en la forma cómo consumimos cultura. El documental Downloaded, uno de los más comentados del festival, cuenta la historia de Napster y el tsunami que supuso para la industria musical en sus dos escasos años de vida legal (de 1999 a 2001). Otro documental que se estrenó en Austin, Rewind This, se remonta a la historia del VHS, hasta llegar a quienes lo consumen hoy por fetichismo analógico.

-'Black Mirror' ya está aquí. El futuro distópico que vemos en algunos capítulos de la serie Black Mirror, en los que la memoria humana se sustituye por un sensor que graba toda nuestra vida, podría no estar tan lejos. Una de las cinco aplicaciones que destaca la web Mashable como las más interesantes del SXSW es Takes, que está pensada para grabar continuamente, todo lo que sucede, por ejemplo, en una fiesta, y editar después pequeños videoclips compartibles. Otra app que generó ruido en Austin es MessageMe, una especie de Whatsapp enriquecido, que permite compartir vídeos, doodles, localizaciones…

-El humor y los gatos siguen moviendo Internet. No necesariamente en este orden. Zac Efron, Olivia Wilde, Paul Rudd, Selena Gomez, Chloe Sevigny, Justin Timberlake y otras dos o tres docenas de celebrities más se dejaron caer por Austin durante el festival pero ninguno atrajo tanta atención como Grumpy Cat, un gato-meme famoso porque siempre tiene cara de malas pulgas. Cientos de fans hicieron cola durante horas para hacerse una foto con él. Por suerte (o no), la industria de los contenidos aún se nutre de iniciativas menos, digamos, aleatorias. En el SXSW se presentó Jash, un nuevo canal de comedia experimental en YouTube comisariado entre otros por Michael Cera y Sarah Silverman y del que se espera que sea un importante destino internetero para el humor.

-¿Y la música qué? Quédate con estos nombres. El SXSW sigue siendo un importante mercado de hypes musicales. Sobre todo si tienen historias tan interesantes como Prince Rama, el dúo formado por las hermanas Taraka y Nimai Larson, que se criaron en una comuna de hare krishna y suenan exactamente como si se hubieran criado en una comuna de hare krishna. O The Orwells, cinco criaturas más jóvenes que los One Direction que facturan garage rock a lo Strokes. También se habló de The Staves, un trío de británicas de aire folkie que quizá quiere aprovechar el camino que han abierto en EE UU Mumford & Sons y de las imparables suecas Icona Pop, autoras del hit I Love It, con un lugar preferencial en la banda sonora de la segunda temporada de Girls

Las chicas de ‘Spring Breakers’ también pasaron por Austin, Texas.

Getty

Anna Kendrick y Olivia Wilde, en la presentación de la película ‘Drinking Buddies’, dentro del festival.

Getty

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