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En el inagotable universo de las combinaciones de ropa solo hay un selecto puñado que a pesar de repetirse una y otra vez tiene el éxito garantizado en el tiempo. Vaqueros con camiseta. Americana con pantalones. Y cuando se trata del lado más acogedor del espectro (algo que nos interesa especialmente en 2020) los conjuntos de jersey y falda son la mejor opción.
El auge de este set tan clásico lleva varios años gestándose. Cuando la diseñadora uruguaya afincada en Nueva York Gabriela Hearst lanzó su propia marca en 2015 llamó la atención sobre sus faldas midi combinadas con suéteres en el mismo tono y con el mismo tejido. Poco después fue la también neoyorquina etiqueta Proenza Schouler quien lanzó una pequeña colección de faldas y jerséis con sus característicos estampados, el año pasado les siguieron Balenciaga, Dior, Sacai, Max Mara, Christopher Kane... así hasta llegar a este otoño. Nombra un diseñador influyente y tendrá su propia versión de esta mezcla; nombra una marca accesible y también la encontrarás.
Es evidente que la pandemia ha cambiado nuestra forma de vestir y nos ha hecho gravitar hacia la comodidad. Pero tras unos meses en chándal comienzan a surgir opciones que aúnan el confort con arreglarse un poco. Por eso no es extraño que el llamado a ser el uniforme del otoño-invierno sea este clásico "combo".
Desde luego no es el momento de tendencias explosivas: cuando todo lo demás se siente incierto, llevar algo conocido le hace a una hace sentirse bien. La facilidad con la que funcionan una falda y un jersey (véase si no el mejor ejemplo posible: Miuccia Prada) es el valor que aúpa la tendencia, pero como todo en la moda, existen nuevos matices para actualizar el atuendo.