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¿Es Bob Esponja de izquierdas o de derechas?

Ambas facciones se lo disputan después de un capítulo en el que Bob pierde el trabajo y se resiste a cobrar el paro. Antes, los conservadores le acusaron de hacer «propaganda gay».

bob esponja cover
Nickelodeon

Sabemos que vive en una piña debajo del mar y que está censado en Fondo Bikini, pero ¿qué opina Bob Esponja de la reforma laboral?, ¿y de la Ley Wert?, ¿y de la gestión de Ana Botella al frente de ayuntamiento? En definitiva, ¿de qué pie cojea Bob, es de izquierdas o de derechas?

A ese debate se entregan estos días los medios estadounidenses, desde que la semana pasada se emitió en Nickelodeon capítulo SpongeBob, You're Fired!, en el que Pantalones Cuadrados pierde su trabajo en el burger Crustáceo Crujiente, cuando su jefe descubre que puede ahorarse todo un níquel prescindiendo de un empleado. Bob entra en una espiral de depresión y su amigo Patrick trata de animarle, explicándole las ventajas del "glorioso desempleo": cantidad de tiempo libre y comida gratis en forma de food stamps, la ayuda que reciben en Estados Unidos las personas con rentas más bajas. 

Pero a Bob no le convence la idea. "El paro será divertido para ti, pero yo necesito un empleo", se lamenta. Y a eso se agarragon los medios conservadores como un clavo ardiendo. En Breitbart, la web que fundó el columnista de derechas Andrew Breitbart, titularon "Bob Esponja critica el estado del bienestar y aboga por la autosuficiencia". En el tabloide New York Post, una de sus columnistas estrella le puso como ejemplo de actitud "positiva" ante el desempleo: "en lugar de holgazanear, chupando del bote y gastando sus food stamps, Bob se dispone a volver al trabajo allá donde lo pueda encontrar". La inefable Fox no podía dejar escapar tan candente debate. Su presentadora Heather Nauert felicitó a la esponja marina por no "exprimir los servicios sociales". 

¿Bob arcoiris? En el pasado los medios conservadores no fueron tan amigos del señor Pantalones Cuadrados: lo acusaron de proselitizar una agenda ambientalista y pro-gay.

Nickelodeon

Desde la orilla contraria no iban a dejarse arrebatar a un héroe así como así. Al fin y al cabo, los conservadores llevan años criticando la serie de dibujos por alertar contra el cambio climático y  difundir "la agenda homosexual", según denuncio la ultraconservadora American Family Association.

En Salon, Sean McElwee subía la apuesta. Nada de tibio socialdemócrata, según su sonado titular, "Bob Esponja es marxista". Y enumera las pruebas: en la economía de Fondo Bikini, la competencia no lleva a la innovación, tal y como defendía Karl Marx. El Crustáceo Crujiente y su rival, Chum Bucket, intentan arrebatarse los clientes no a base de ofrecer mejores productos sino con trampas y manipulación. "En la economía marxista, la comptencia sólo lleva al monopolio de una empresa que explota a los trabajadores y a sus clientes. ¿Les suena?", dice McElwee. Justo como el imperio del CangreBurger. Además, a Bob no le ha servido de nada ser el mejor cocinero de cangreburgers de todo el fondo marino: su sueldo es inferior al salario mínimo. Aun así, es feliz en su trabajo y cree en la cooperación, con verdadero espíritu sindicalista. Es más, a lo largo de todas sus temporadas, ha dado múltiples muestras de su activismo político, como cuando se opuso a la construcción de una super autopista que dejaría sin su hábitat natural a millones de medusas.

El creador de la serie, Stephen Hillenburg no se ha pronunciado al respecto de esta cuestión. En 2005 sí que salió al paso de la polémica sobre la sexualidad de Bob y aseguró que la esponja no es gay, ni tiene un rollo con su amigo Patrick, ya que es asexual.

El debate sobre la afilicación política de los personajes de ficción no es nuevo y suele adquirir rango de estado en Francia. La exposición que la Biblioteca Nacional dedica a Astérix en estos momentos y el nuevo libro de la saga, que acaba de publicarse (el primero en el que no participan Uderzo ni Goscinny) han resucitado la polémica sobre el pequeño galo: ¿icono nacionalista o luchador contra el opresor (romano)? Le Nouvel Observateur invitó recientemente a políticos de varios partidos a batirse el cobre al respecto.

Con Tintín la cosa fue más lejos, hasta la Asamblea Nacional. En 1999, coincidiendo con el 70 aniversario del reportero, los 60 parlamentarios que formaban entonces el club tintinófilo de la cámara mantuvieron un agitado debate con luz y taquígrafos en el que trataron de sumar a Tintín a sus filas. En realidad, se suele creer que la criatura de Hergé es "más de derechas que el grifo del agua fría", como en su día dijo Rodríguez Ibarra sobre Mayor Oreja. Los comunistas franceses siempre le tuvieron ojeriza, sobre todo después de Tintín en el país de los soviets. Y así lo corroboró una encuesta que se hizo en 2012: los votantes conservadores prefieren a Tintín y los progresistas a Astérix.

En cuanto a Bob, conservador o liberal (en el sentido anglo del término), lo que nadie le discute es su estatus como icono pop de primer nivel. Marc Jacobs lo lleva tatuado y lo colocó en bolsos de Vuitton, Pharell Williams hizo camisetas de Bob Esponja para su marca A Bathing Ape, bandas como The Shins, Wilco, The Flaming Lips o Violent Femmes han puesto música a la serie y en su especial de aniversario salían, entre otros muchos, Ricky Gervais y Tina Fey.

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