El día acaba como empieza, esto es, con referencias orientales, esta vez, en su vertiente maoísta lejos de ninguna opulenta dinastía. En Lemoniez la silueta que predomina es tan desprendida como tubular, lisa y severa. Los gabanes bolcheviques en múltiples versiones -que actúan como vestidos abotonados- así como los abrigos de hechura marcial, contrastan con las medias rojas y los picassianos morros de las modelos: estos sí, acordes a los caleidoscópicos estampados que decoran jerséis y tops tipo túnica rematados, como manda la tradición rusa y la tendencia este año en Cibeles, con cuellos de quita y pon en pelo.








